Informe sobre Desarrollo Humano 2019: el PNUD señala las desigualdades en el desarrollo humano en el siglo XXI

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El documento insta a centrar los esfuerzos sobre quienes hasta ahora han sido excluidos del desarrollo y a adoptar medidas para enfrentar las barreras que los marginan

Quito– Matilde Mordt, representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y Fernando Pachano, responsable del Área de Gobernabilidad Democrática y Desarrollo Social de la mencionada organización presentaron y comentaron hoy en Quito los contenidos del Informe sobre Desarrollo Humano 2019, difundido a nivel global.

El informe, titulado ‘Más allá del ingreso, más allá de los promedios’, analiza las desigualdades en el desarrollo humano a través de un nuevo prisma, evalúa cuáles están ganando importancia en la actualidad, como éstas se dan de diferente manera en el mundo y entre los diversos grupos de población; y cómo están evolucionando. Asimismo, indica que pese a los importantes avances en salud, educación y condiciones de vida, las necesidades básicas de muchas personas continúan insatisfechas, y además surge una nueva generación de desigualdades que beneficia a las personas más favorecidas. Por ello, el descontento de la población con la desigualdad está relacionado con la percepción de injusticias en las sociedades en las que viven. En este sentido, es necesario estudiar la profundidad de la desigualdad más allá del ingreso, de los promedios y del presente.

Por otro lado, las desigualdades están profundamente arraigadas en nuestras sociedades y economías, así como en la esfera política. De hecho, el lugar de nacimiento y el nivel de ingresos de la familia en que se nace, determinan la vida de muchas personas. Las desigualdades comienzan a temprana edad, pueden aumentar y transmitirse de una generación a otra. Sin embargo, hay margen para actuar. La redistribución por sí sola no basta. Es necesario desvincular el poder político del económico, y crear unas condiciones equitativas en la economía. También es preciso seguir trabajando para cerrar las brechas en las privaciones básicas y construir políticas para combatir la nueva generación de desigualdades del desarrollo humano, actualmente en aumento.

En resumen, del IDH 2019 se extraen cinco conclusiones clave: En primer lugar, pese a que muchas personas están consiguiendo alcanzar niveles mínimos en materia de desarrollo humano, las desigualdades continúan siendo generalizadas. En segundo lugar, está surgiendo una nueva generación de profundas desigualdades en desarrollo humano, al tiempo que se avanza en reducir las brechas no resueltas del siglo XX. En tercer lugar, las desigualdades en desarrollo humano se pueden acumular a lo largo de toda la vida, con frecuencia acentuándose, debido a profundos desequilibrios de poder. En cuarto lugar, la evaluación de las desigualdades en desarrollo humano requiere una revolución en su medición finamente, en quinto lugar, corregir las desigualdades en desarrollo humano en el siglo XXI es posible. Par a lograrlo, debemos actuar ahora, antes de que los desequilibrios de poder económico se traduzcan en un profundo dominio político.

Ecuador y el Índice de Desarrollo Humano

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es una medición compuesta de la longevidad, el nivel de vida y la educación, desafiando las evaluaciones puramente económicas del progreso de las naciones.

Desde 1990 hasta 2018, el IDH de Ecuador creció en un 18%, hasta ubicarse en 0,758, lo cual mantiene al país en un nivel de alto desarrollo humano. El IDH 2018 de Ecuador está por encima del promedio para los países del grupo de alto desarrollo humano y en línea con la media de los países de América Latina y el Caribe.

 

 

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