A la edad de 102 años, por muerte natural, falleció el pasado 18 de enero, el insigne compositor de música nacional, Nicolás Fiallos Medrano, quien deja al país un legado de más 400 composiciones de música popular ecuatoriana. Composiciones que fueron y serán interpretadas por reconocidos intérpretes, toda vez que se convirtieron en clásicos, entre los más conocidos: Te quiero, te quiero, El Mendigo, Amor Incomparable, Solo, Vuelta a Casa.
Temas que fueron cantados por artistas renombrados como Carlota Jaramillo, Julio Jaramillo, Hermanas Mendoza Suasti, Segundo Rosero, Paulina Tamayo, Trío Colonial, Teresita Andrade, Ana Lucía Proaño, Margarita Lasso, Carlos Grijalva, entre otros.
Sus honras fúnebres se realizaron en su ciudad natal, Baños de Agua Santa, provincia de Tungurahua, en el teatro de su mismo nombre, con un aforo muy limitado por las restricciones propias por la pandemia, producida por el Covid-19. En este cantón se decretó tres días de duelo y se izó la bandera a media asta en entidades públicas y privadas.
Nacido el 25 de julio de 1919, el maestro Fiallos nos hereda un repertorio de variados ritmos de música nacional como albazos, danzantes, pasacalles, sanjuanitos, tonadas y aires típicos, que acompañaron en los momentos más importantes de la vida a los ecuatorianos/as, circunstancia que permitirá que su recuerdo permanezca de forma indeleble en la memoria y corazón de los amantes de la música nacional.
En Quito se anunció que el próximo 29 de enero, en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura se dará un homenaje especial al artista, a partir de las 17h00.
El investigador musical, Mario Godoy Aguirre, nos cuenta que Nicolás Fiallos estudió en su pueblo natal, en la escuela Pedro Vicente Maldonado. Su acercamiento a la música se debe al sacerdote Sebastián Acosta y sus tíos maternos, quienes en los años 30, eran músicos integrantes de la banda del pueblo. En su infancia y juventud se dedicó a vender a los turistas los pilches, poros o mates, con diseños creados por él, en Baños.
Ya radicado en Quito, en 1944, en calidad de cantante y guitarrista integró varios ensambles musicales como el Conjunto Cachullapi, con el que grabó varios discos con los temas Amar con alma, Bailando me despido, Indio Ecuatoriano, con A se escribe tu nombre.
También integró el conjunto Ritmos Criollos, trabajó en la Orquesta de Julio Cañar y en el Conjunto Oriente. Cuando vivió en Guayaquil (1948) integró el Conjunto Los Romanceros Andinos y el Conjunto de los Hermanos Castro. Además, laboró en la empresa disquera IFESA, como dibujante-pintor, era el diseñador de las portadas de los discos, logotipos de las vitrolas que se vendían en el almacén.
De 1986 a 1988 fue presidente nacional de la Sociedad de Autores y Compositores Ecuatorianos (SAYCE), en su administración logró que el Congreso apruebe la entrega de tres pensiones vitalicias a anuales, para igual número de compositores ecuatorianos, se creó el subsidio por enfermedad, aguinaldo navideño y fondo mortuorio.
Cuando escuchemos los pasillos A Ella, Amémonos, Amor Incomparable, Amor y más Amor, Besos, Canción del alma, Enamorado, Estancia de Amor, Fatal Pasión, Gracias Amor, Olvido, Solo, Tu olvido, Un beso nada más, Amor y más amor, evocaremos el nombre de este prolífico creador quien con sus composiciones nos hizo derramar lágrimas y sacar sonrisas inolvidables. ¡FELIZ ENCUENTRO CON EL SUPREMO!