LA PERCEPCIÓN PSICOLÓGICA SOBRE LOS PUERTORRIQUEÑOS

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Los sentimientos nos ofrecen un panorama interesante del mundo; pero no siempre son capaces de expresar una verdadera imagen de la realidad. De hecho, construimos una cantidad de ideas para amplificar nuestros sentidos. ¿Y qué son nuestros sentidos?

Pues, se puede resumir en un cúmulo de sensaciones recogidas por la inmensa capacidad de nuestros sentidos y como dije anteriormente, no necesariamente esta información recogida son necesariamente la realidad.

La realidad es que a través de los tiempos se ha tratado de cambiar la percepción de lo que son los PUERTORRIQUEÑOS. Con el tiempo y en combinación de un bombardeo continúo de informaciones convertidas en medias realidades se ha podido cambiar de forma perceptual y transformar el concepto que tenemos de los puertorriqueños como una personalidad fatídica, negativista, con énfasis al fracaso y a la dependencia. Este ha sido un buen trabajo, bien planificado, pensado y ejecutado por aquellos que no aprecian a los puertorriqueños.

Ya no somos aquél puertorriqueño a quien muy bien le cantaba el compositor Rafael Hernández en El Lamento Borincano como un puertorriqueño luchador, trabajador y con dignidad, con capacidad de sentirse triste al no poder ir al mercado y no poder vender el trabajo producto del sudor de su frente.

Han creado una percepción equivocada del pueblo puertorriqueño donde ha influenciado negativamente la psiquis, emociones y fortaleza de este pueblo luchador para crear esta falsa sensación de un pueblo independiente, inseguro y sin la capacidad de funcionar como siempre hemos sido: un pueblo con un propio idioma, cultura, tradiciones y valores.

El Puerto Rico de hoy con calles, agua potable, electricidad, servicios de salud y una amalgama de instituciones de apoyo no llegaron ayer. Fueron construidos por mentes creativas, hombres y mujeres con mentes capaces de producir y construir y manos laboriosas que en la década de los 50’s en la Operación ‘’Manos a La Obra’’ se tiraron a la calle para transformar a Puerto Rico de Isla pobre, sin medios de comunicación, carreteras, etc., al Puerto Rico que tenemos hoy. Hombres laboriosos, manos trabajadoras y mentes capaces de producir. Esta es la verdadera percepción.

La situación que está pasando actualmente nuestro pueblo está haciendo que se cambie la percepción de nuestro pueblo; nos enfrentamos a momentos difíciles y años de fuertes sacrificios. Pues bien es de conocimiento de todos que el mundo se encuentre en alguna u otra forma en una situación parecida en cuanto a los cambios económicos y sociales producto de malas decisiones económicas y conflictos de guerra, en algunos casos no necesarios.

Estamos en posición de crear un proceso constructivo y a la integración de cada persona al ambiente de desarrollo para un bien común. Esta integración de cada persona nos llevará a desarrollar una capacidad perceptiva, positiva y funcional; en un proceso de información- adaptación al ambiente. Además de dotar de un sentido a la realidad en que vivimos y que permita a la adaptación de todos los puertorriqueños a su entorno. Es así cuando podemos utilizar todos los recursos que contamos y facilitar al pueblo a que pueda sentir y vivir una mejor calidad de vida.

Es así que necesitamos cambiar esta percepción derrotista y crear nuevamente un pueblo con un solo propósito de enfrentar la adversidad y darle a la próxima generación una mejor calidad de vida; como así lo hicieron los que nos precedieron.

Estos pensamientos no son con el propósito de reforzar ninguna idea político- partidista, ya de eso hemos tenido demasiado. Más bien, es tocar la fibra y corazón de nuestros puertorriqueños y no importa donde estemos nuestros pensamientos se eleven a un máximo.

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Psicólogo Clínico Nació en Mayagüez, P.R., estudió su bachillerato en el Recinto Universitario de Mayagüez y su doctorado en Psicología Clínica en la Universidad de Syracuse en Nueva York. Trabajó por 35 años como Catedrático en la Universidad de Puerto Rico como profesor de Psicología del Desarrollo. Fue profesor de Psicología en la Universidad Católica de P. R., Universidad Interamericana y Escuela de Medicina de la UPR. Ha sido profesor invitado en el área de Behavioral Science en la Universidad Autónoma de Guadalajara, Escuela de Medicina. Ha realizado investigaciones en el área de Violencia Escolar. Participado en varios Congresos de Psicología como Conferenciante. Escrito diferentes artículos en el área de Psicología en los diarios de mayor circulación en la isla. Tiene práctica privada como Psicólogo en el cuarto piso del Edificio La Palma Oficina 4D en Mayagüez, Puerto Rico desde el año 1980. 787-832-0881.

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