Rafael Hernández Colón, el último de los grandes.

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24 de abril del 2018 Hato Rey, Puerto Rico Centro de Convenciones de Puerto Rico El presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, junto al presidente de la C‡mara, Johnny MŽndez y el exgobernador Rafael Hern‡ndez Col—n participan en la conferencia en el Congreso de Legisladores Municipales organizado por el Senado de Puerto Rico. En la foto, el ex gobernador Rafael Hern‡ndez Col—n. [email protected] teresa canino

San Juan, Puerto Rico- El pasado 2 de mayo falleció don Rafael Hernández Colón (RHC) el cuarto y sexto gobernador del Estado Libre Asociado de Puerto Rico y una de las figuras más importantes de la política puertorriqueña en el siglo XX. Militante del Partido Popular Democrático (PPD), Hernández Colón falleció el día en que el fundador de su partido, don Luis Muñoz Marín (LMM), recibió cristiana sepultura en 1980.

El ex Gobernador dejó detalladas sus exequias fúnebres. En la mañana del viernes su cuerpo fue velado en el Capitolio. Habrá una misa en la Catedral al mediodía. Luego de la misa el coche fúnebre se detendrá frente a la sede del PPD, en Puerta de Tierra. Los restos mortales del ex mandatario serán velados a partir de la 6:00 de la tarde en su Biblioteca Gubernatorial, en Ponce. El velatorio continuará la mañana del sábado 4 en la Biblioteca. La comitiva fúnebre saldrá a las 11:30 a.m. hacia la Catedral Nuestra Señora de la Guadalupe para una misa en cuerpo presente al mediodía. Tras la misa, el cuerpo de Hernández Colón partirá hacia el camposanto donde se realizarán los actos fúnebres familiarmente.

El gobernador Ricardo Rosselló decretó 30 días de duelo nacional.

“Rafael Hernández Colón fue un hombre de estado”, señala la historiadora cayeyana, Aida Mendoza. “Es el último de los grandes líderes políticos del siglo XX. A pesar de no ostentar puesto electivo, su figura ha sido respetada y venerada por sus correligionarios”.

Conocí a RHC en mi adolescencia. Era un joven universitario y él buscaba volver a Fortaleza tras perder las elecciones en 1976. Mi amigo Jorge Liquet y yo estuvimos envueltos en la juventud popular, organizábamos grupos universitarios en la región occidental del país. Nos formamos en los talleres de liderazgo desarrollados por el PPD, desde mi punto de vista, los mejores en la historia de Puerto Rico. Liquet trabajó en la década de los 80 con la administración de RHC.

“Son varias las memorias pero una en especial fue cuando nos visitaba un circo y un parcipante le puso una culebra a Doña Lila y RHC corrió a quitársela pues ella le tenía fobia; ahí conocí al esposo y líder de familia por encima del político. Humano y sensible ante la condición y limitaciones humanas”, rememora Liquet, quien en la actualidad es profesor universitario en el Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico.

“En lo político lo conocí desde nuestra participación en la juventud popular la diferencia entre política partidista y política pública; en Aguas Buenas nos dijo que una decisión informada es duradera y acertada, pero sin información es pura especulación pecado del político por lo que la decisión no se sustenta”.

“Entonces le pregunté qué cuanto se tomaba en una decisión y me contestó que de política varios segundos pero que de política pública semanas de preparación y deduje que la decisión política no estaba informada a diferencia de la de política pública que afecta a tantos”.

“Las decisiones de RHC fueron para mi opinión de política pública vis a vis con las decisiones políticas en la que encontrarás algunos desaciertos”.

“El deceso de RHC me hizo reflexionar sobre mi propia mortalidad pues mis héroes se están convirtiendo en constelaciones”, concluyó Liquet

RHC llegó a la gobernación en 1972 como el político más joven en la historia del país en alcanzar la Fortaleza. Era conocido como el gallito y las mujeres suspiraban por su gallardía. A pesar de ser retraído y ajeno a las muestras de afectos que requería la política puertorriqueña, aprendió a ser un líder carismático, adorado por las masas y venerado por los puertorriqueños de tres generaciones. Perdió las elecciones de 1976 debido a los problemas económicos surgidos por la crisis petrolera de 1973. Intentó regresar en 1980, pero en una elección aún cuestionada, perdió por 3,000 votos. Obtuvo la presea en 1984 y revalido en 1988.

Antes de convertirse en el líder máximo del PPD, el joven abogado RHC fue nombrado Secretario de Justicia (1965) durante la gobernanza de don Roberto Sánchez Vilella, siendo el más joven en la historia del país con solo 29 años, lo que impedía que fungiera como gobernador interino en ausencia del primer mandatario y del Secretario de Estado. Tras la división del PPD en 1968 y la pérdida de la gobernación por primera vez en 28 años, RHC fue electo al Senado, único cuerpo legislativo retenido por el partido. Don Luis, que también fue electo senador, se negó a presidir el cuerpo legislativo y sugirió que lo presidiera RHC. Esa designación inició una transición de poder a una generación más joven y representó el inicio de la larga trayectoria política de RHC que concluiría con su fallecimiento a los 82 años a causas de la leucemia o cáncer de sangre.

Rafael Hernández Colón nació el 24 de octubre de 1936 en Ponce, Puerto Rico. Fue el mayor de los tres hijos de Rafael Hernández Matos, abogado y juez asociado de la Corte Suprema y Dorinda (Dora) Colón Clavell.  Estudió la escuela elemental en Ponce e hizo la secundaria en la prestigiosa Valley Forge Military Academy en Wayne, Pennsylvania. Obtuvo su licenciatura en Ciencias Políticas en la Universidad Johns Hopkins en 1956. Regresó a Puerto Rico a estudiar derecho en la Universidad de Puerto Rico, graduándose en 1959 como abogado. Fue el mejor estudiante de su clase.

Fue profesor de procedimiento civil en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico en Ponce entre 1961 y 1965. Como profesor, publicó varios artículos en defensa del Estado Libre Asociado y en 1968 un libro sobre derecho civil.

Durante su primer mandato, RHC estableció el programa de incentivos conocido como la 936 para potenciar el desarrollo económico del país, también gestionó que se incluyera la Isla en el Programa Nutricional federal conocido popularmente como los cupones. Inició un intercambio con lideres de la Cuenca del Caribe y potenció la formación de acuerdos colaborativos y desarrollo empresarial en la región.

Durante su tercer mandato promovió en 1991 la Ley del Idioma, aprobada por la Cámara y el Senado, que declaró el español idioma oficial único de Puerto Rico, hecho por el cual el pueblo puertorriqueño fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1991.

En su vida personal, RHC contrajo matrimonio con doña Lila Mayoral Wirshing el 24 de octubre de 1959. Doña Lila falleció de cáncer en 2003. El matrimonio tuvo cuatro hijos: Rafael, José Alfredo, Dora Mercedes y Juan Eugenio. A finales del 2004, Hernández Colón se casó con la abogada Neisa López a finales de 2004. Solo su hijo Juan Eugenio ha tenido una posición electiva como senador en Puerto Rico. José Alfredo contempló ser gobernador, pero la enfermedad de su hijo lo hizo desistir de sus aspiraciones políticas a pesar de contar con un amplio respaldo a nivel nacional.

“La obra de Hernández Colón pertenece ahora a la historia y serán las futuras generaciones las que pasaran juicio sobre sus logros y desaciertos”, afirmó Mendoza. “Nadie puede negar su profundo amor por la Patria, su gran influencia en la sociedad puertorriqueña ni su estatura como un gran hombre de estado”.

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