Quito fue el epicentro de la atención del Continente, durante el 3 y 4 de septiembre, cuando se reunieron 11 países para abordar el tema de la migración masiva venezolana y las posibles salidas técnicas a esta situación que involucra a la región.
En la cita se suscribió la llamada “Declaración de Quito”, la misma que contiene 18 puntos acordados por los asistentes. Asimismo, exhortaron al Gobierno de Venezuela para que tome de manera, urgente, las medidas necesarias a fin de que otorgue de forma oportuna los documentos de identidad y de viaje para sus compatriotas, como son cédulas de identidad, pasaportes, partidas de nacimiento, partidas de matrimonio y certificados de antecedentes penales, de la misma manera las apostillas y legalizaciones que fueran requeridas.
Según cifras que se dieron a conocer en la reunión, en los últimos cuatro años, salieron de Venezuela 2,5 millones, un millón pasaron por Ecuador con destino a Perú, Chile y Uruguay. No obstante, 200.000 decidieron quedarse en Ecuador y a 90.000 se les entregó visas que les permiten vivir legalmente en el país. El ministerio de Educación informó que este año lectivo que se inició los primeros días de septiembre, en la región andina y amazónica, se matricularon más cuatro mil estudiantes venezolanos.
Asistieron a la reunión los representantes de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Panamá, México, Perú, Uruguay, Paraguay y Ecuador como anfitrión. Hay que remarcar que la “Declaración de Quito” no contó con las firmas de los representantes de Bolivia y República Dominicana.
Terminada la cita, se dieron varias reacciones por parte de los analistas internacionales como es el caso del ex Embajador de Ecuador en Venezuela, el catedrático Ramón Torres Galarza, quien se refirió a este evento, en los siguientes términos:
1.- ¿Cuál sería el balance sobre la reunión de 11 países Latinoamericanos, en Quito, en la que se abordó el éxodo masivo de venezolanos en la región?
La convocatoria a la reunión regional de países latinoamericanos fue de carácter técnico, convocada por la cancillería ecuatoriana, en el ejercicio de un derecho legítimo de un Estado para desarrollar medidas, instrumentos y procedimientos sobre el tema de la migración venezolana que se produce en relación con el Ecuador y con otros países.
Lo que resulta contradictorio es que, exclusivamente, se convoque a un cierto número de países de la región, cuando el enfoque de una reunión técnica en América Latina y El Caribe debería ser a partir del principio de multilateralidad. Y ese carácter multilateral debió ser considerado en relación con los organismos de integración regional; precisamente con aquel organismo más facultado, como es la Unión de Naciones Sudamericanas, UNASUR.
Entonces, una primera contradicción, evidente, tiene que ver cómo una reunión ad hoc de pocos países termine intentando remplazar a un organismo creado por consenso y legítimamente constituido por los poderes de Estado de los países miembros UNASUR y, que adicionalmente desarrolló el concepto de ciudadanía latinoamericana que permite una complementariedad y una convergencia de políticas que garanticen los derechos humanos de los ciudadanos latinoamericanos. Lo que resulta totalmente incoherente es que, en este momento, cuando la región necesita una lógica de integración se busque desmantelar y desintegrar la UNASUR.
Es lamentable saber que la reunión técnica tampoco contó con el actor principal que en este caso es Venezuela y el hecho de que no suscribieron la “Declaración de Quito” República Dominica y Bolivia por la poca representatividad de aquella reunión.
Además, es necesario tomar en cuenta el carácter tecnocrático de concebir al tema migratorio, exclusivamente, a partir de procedimientos de regulación y control. Aquello no termina favoreciendo al derecho de migrar ni los derechos humanos que tienen los migrantes, y más bien buscan dificultar este aspecto tan esencial entre los latinoamericanos. Deberíamos tener claro que venimos de procesos de migración tanto la nación latinoamericana cuanto las naciones del mundo. En tal sentido, limitar o subordinar a una reunión técnica el hecho migratorio es una simplificación burda de esta importante complejidad.
2.- ¿Usted conoce y por qué no suscribieron la “Declaración de Quito” los representantes de Bolivia y República Dominicana?.
Por las declaraciones del gobierno venezolano, del presidente Evo Morales y de las autoridades de República Dominicana hay un cuestionamiento a la naturaleza de la convocatoria y de sus resoluciones. En ese sentido, hay que tomar en cuenta el llamado del presidente Morales que apunta a buscar una convergencia que respete la democracia, al gobierno y al pueblo venezolano y, que no busquemos una práctica injerencista.
3.– Los países asistentes hicieron un llamado para que se aperture el mecanismo de “asistencia humanitaria”
Sin duda una crisis migratoria es una crisis humanitaria. Pero el problema está detrás de los descalificativos a la situación venezolana y lo que se esconde detrás de esa descalificación al proceso venezolano. Es un nuevo intento que desconoce el diálogo, el entendimiento, la democracia y al pueblo venezolano.
Venezuela vive un momento muy complicado en relación con su modelo político, pero, no hay que condenar al gobierno sino hay que acompañarlo, favorecerlo a través de la cooperación, con salidas democráticas, y no buscar calificativos que justifiquen los afanes de injerencia e intervención o amenaza militar, que pende sobre su economía y su pueblo.
4.- Por su parte el gobierno de Nicolás Maduro envió una nota de protesta formal a los participantes de esta cita por “promover xenofobia” contra los venezolanos en el exterior.
No estoy seguro que la reunión técnica haya promovido una conducta xenofóbica. Pero de lo que sí estoy seguro es que existe una sicología social en muchos países latinoamericanos, incluido Ecuador, que ha generado en relación con Venezuela una sicología xenofóbica, de discriminación, exclusión, de incomprensión del drama que un migrante latinoamericano atraviesa cuando tiene que sufrir la desintegración familiar y la pérdida de la calidad de vida. Al respecto, creo que sí es necesario trabajar adecuadamente en políticas de información y comunicación porque la ignorancia antecede al odio. Lamentablemente, a través de matices mediáticos y la descalificación del otro, lo que generamos son regímenes de intolerancia y violencia. Eso sí es muy preocupante porque se desconstituye nuestros modos de ser y nuestros modos de sentir.
América Latina es mucho más que un mercado, somos un maravilloso continente del buen vivir, donde la fraternidad y la solidaridad, han sido la causa común. Hay que recordar que América Latina en la última década comenzó a desarrollarse en paz, democracia, integración, unidad en la diversidad. Así fue conformada Unasur por gobiernos del socialismo del siglo XXI, gobiernos neoliberales, de derecha, liberales, conservadores. Sin embargo tuvimos la capacidad de pensar y sentir a la región.
5.- Asimismo, se conoce que cada vez son más los venezolanos migrantes que se acercan a sus embajadas y consulados de su país para pedir el “retorno a la patria”.
Efectivamente, la prensa en varios países recoge el hecho de que muchos hermanos venezolanos, en distintos países como Ecuador, Perú, Brasil y Chile se han acogido a las políticas de retorno que el gobierno de Venezuela ha implementado. Por la maravillosa querencia que tienen con su país, siempre encontrarán el camino de regreso.
6.-.- Hasta qué punto estas reuniones son parte de una estrategia para debilitar organismos regionales como la Celac, Alba, Unasur y, sobre todo, renacer a la CAN?
Lamentablemente, esta es una estrategia de desintegración. Cuando nos ponemos a mirar cuál es el destino de los procesos de integración latinoamericana como el ALBA, UNASUR, CELAC, Mercosur, nos damos cuenta que estos procesos están en crisis. En este caso habría que pensar a qué intereses afectan los procesos de integración regional. Nuestra integración no debe ser pensada en contra de nadie sino en favor de nosotros mismos, y esa característica de integrarnos tiene que ver con consolidar una fuerza inmensa, una nación de naciones, y esa posibilidad, sin lugar a dudas, tiene que ver con la economía y con nuestros recursos naturales y, ante todo, tiene una cosa que es esencial: nuestra cultura del Buen Vivir, una cultura que es capaz de vivir en respeto y coexistencia con la naturaleza.
Por eso, juzgar a Venezuela, acusar a Venezuela, marginar a Venezuela o aislarla es no solamente oprobioso contra ese pueblo sino es suicidio en términos de que a Venezuela la necesitamos formando parte de América Latina. De igual manera que a la Argentina, Brasil y México les necesitamos dentro de América Latina.
7.- Hay denuncias que señalan que es común que traficantes en las fronteras abusen de mujeres y niñas, o simplemente las emigrantes se ven forzadas a ejercer el “sexo de sobrevivencia”. Es decir esta migración masiva tiene rostro de mujer.
También tiene rostro de niños y jóvenes, cuyas condiciones laborales les obliga a formas inhumanas de sobrevivencia, y frente a eso el estigma mediático y político hace que además se les acuse de prostitución, violencia, delincuencia y de todos los males de la humanidad a los migrantes venezolanos. Y no solamente ese estigma, sino que se denuncia que la inversión que hacen nuestros países en relación con los migrantes no se justifican; cuando los datos de la realidad en todo el mundo evidencian que el trabajo de los migrantes en los países de destino, lo que hacen es elevar el producto interno bruto de esos países. Es decir la migración contribuye al desarrollo económico de los lugares de acogida.
8.- -Analistas internacionales denuncian que tras estas estrategias de sacar a los ciudadanos venezolanos de su país, está el interés de declarar a Venezuela como un estado fallido y apoderarse de los recursos naturales, que de paso, son abundantes.
Esto estrategia funciona desde hace muchos años, es una acción política para apropiarse de nuestros recursos naturales estratégicos no solamente de Venezuela sino de América Latina y El Caribe. Recordemos que varios de nuestros países son parte de los países más megadiversos del planeta; es decir tenemos los mayores y mejores recursos en ecosistemas y en especies, y esta característica hace al continente latinoamericano, un continente de la codicia. En el pasado fue la conquista española, hoy es el imperio que requiere usar de nuestros recursos para seguir explotando las condiciones de la economía global.
9.- ¿Hasta qué punto es cierto que esta es una ofensiva imperial en contra de los gobiernos progresistas de Latinoamérica?
Claro que hay una ofensiva imperial, pero, también vivimos el gobierno mundial de las corporaciones privadas y de las transnacionales. Esta circunstancia ha hecho que los derechos de las corporaciones, de las transnacionales, del capital, sean más importantes que los derechos humanos, los derechos de la naturaleza y los derechos del trabajo. No sólo que es una paradoja sino es inadmisible y es sorprendente que demos credibilidad e incluso votemos por gobiernos corporativos, cuyos gerentes de las grandes corporaciones son los ministros que administran un Estado; donde administran no desde el interés público y común, sino administran el Estado para favorecer sus intereses empresariales.
10-.- También la OEA convocó a una reunión, misma que sí tuvo ribetes políticos ¿cuáles fueron las principales decisiones?
Lamentablemente, la Organización de Estados Americanos, OEA, fundamentalmente, su secretario general y algunos países que integran este organismo, operan con un tufo de injerencia, con una lógica de intervención que desconoce la libre determinación, al conformar un grupo de trabajo dirigido por un fanático de la oposición venezolana, quienes tratarán de buscar soluciones a la migración venezolana. Esto no es sólo un despropósito sino evidencia la visión con la que la OEA quisiera resolver el problema de la migración venezolana. Este problema debe tener una mirada más integral ya que esta tiene que ver con varios factores y condiciones, que el mismo pueblo y proceso político venezolano debe encontrar sus propias salidas.