Enjambre de temblores sacude el sur de Puerto Rico

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Genera preocupación por un evento sísmico mayor en el futuro

(San Juan, Puerto Rico) Un temblor de magnitud 4.7 sacudió el sur de Puerto Rico a las 6:36 de la tarde del sábado. Uno mayor, con magnitud 5.2, se registró a las 9:06 de la noche, informó el Servicio Nacional de Meteorología de San Juan.

El epicentro de los sismos está ubicado en una falla al sur de Guánica, municipio costero en el suroeste de la Isla. Desde el primer movimiento telúrico se han sentido 15 sismos.

El temblor se sintió en toda la Isla, pero con mayor fuerza en el sur y oeste. Hasta el momento solo se han reportado daños menores.

Los temblores tomaron por sorpresa a los expertos porque desde que se tiene memoria histórica la falla de Guánica no había estado activa.

El terror se apoderó de la población por el sonido peculiar que se escuchó y los fuertes movimientos debido a que los temblores ocurrieron a solo tres kilómetros de la superficie.

“Fue como un monstruo”, dijo Alba Montañez de Ensenada, un barrio de Guánica, en un programa radial.  “Yo estaba en los kioscos compartiendo con amigos y escuchando música cuando se escuchó un sonido estruendoso. Como el rugido de un monstruo. Todo tembló. La gente corrió despavorida”.

“Cuando llegué a mi casa tenías las paredes rajadas (agrietadas) y todo en el piso”, añadió.

Elba Gutierrez de Lajas se encontraba compartiendo junto a su esposo Tavo en la marquesina cuando sintieron el temblor

“Los oídos me querían explotar. Fue un ruido horrendo. Luego todo se movió”, comentó Gutierrez. “Yo me quedé petrificada. Miraba al techo esperando me cayera encima. El sillón de Tavo se jamaqueo fuerte”.

“Nos asustamos mucho. Nene no me pude mover de la impresión”, añadió la ciudadana lajeña.

Tomás Rodríguez estaba en el estadio Isidoro García de Mayagüez apoyando a su equipo de pelota, Los Indios.

“Los jugadores se tambaleaban como si fueran piezas de juguete. La gente gritaba. Todos corrían intentando abandonar el edificio al mismo tiempo. Fue espeluznante”.

En Hormigueros se sintió el primer sismo con fuerza, pero los otros apenas se percibieron.

“Estaba en la sala cuando todo se movió”, dijo Santa Torres. “Hubo un ruido como si algo se moviera debajo de la casa. Hubo jamaqueos que parecieron eternos. Tan pronto me repuse salí a la calle para compartir con los vecinos”.

En la Ciudad Señorial, Ponce, se han sentido con fuerza todos los movimientos.

“No he podido dormir”, expresa Lynnette Rodríguez de Coto Laurel, barrio de Ponce. “Estaba sentada cuando el primero, salí a la calle. Todos mis vecinos lo sintieron. Cuando ocurrió el de las 9:00 de la noche estaba acostada viendo televisión. La cama se jamaqueó (hamaqueó), todo se movía. Fue aterrador. Luego he sentido otros, uno fuerte como a la 1:00 de la madrugada”.

El primer temblor ocurrió a seis millas al sur de Guánica. Originalmente se indicó que fue de una magnitud de 5.1, pero luego fue ajustado a 4.7. A una hora de este primer movimiento terráqueo hubo uno de 4.1 con una profundidad de 10 kilómetros. El más fuerte ocurrió a las 9:00 p.m.’

La gobernadora Wanda Vázquez Garced activó el Negociado de Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (NMEAD).

Los sismos se han sentido más fuertes que en otras ocasiones debido a que están ocurriendo bastante cerca de la orilla y a poca profundidad, según explicó Carlos Acevedo, comisionado a cargo de NMEAD.

“La situación es compleja. Estamos monitoreando la falla”, aseguró el director de la Red Sísmica, Víctor Huérfano.

Los sismólogos están en espera de un evento telúrico mayor en cualquier momento, «no necesariamente la activación de la falla significa que habrá uno», añadió Huérfano.

El pasado 23 de septiembre ocurrió un fuerte temblor a eso de las 11:30 p.m. con una magnitud final de 6.0 en la región del Cañón de la Mona.

Las estadísticas indican que en Puerto Rico ocurre un sismo categoría 7 o mayor en un periodo que va desde 80 a 110 años

El último terremoto fuerte en Puerto Rico fue el de San Fermín que ocurrió el 11 de octubre de 1918. Este evento tuvo su epicentro en el Cañón de la Mona con una magnitud de 7.3. El temblor causó daños en toda la Isla. Además, generó un maremoto (tsunami) de 20 pies que devastó la costa oeste.

“Nos anuncian que viene un terremoto fuerte y nos piden tranquilidad”, menciona una irónica Andrea Vega de Guayanilla. “Un terremoto no se puede predecir, ni se emiten avisos como sucede con un huracán. Nos toma por sorpresa, ¿cómo pretenden que mantengamos la calma”.

“Nos pueden dar mil consejos, pero en un momento de terror se pierde la razón”, indica Ramón Ureñas de Cabo Rojo. “Unos nos petrificamos, otros corremos, algunos gritan y otros se desmayan. No podemos predecir cómo vamos a reaccionar. Las emociones nos dominan en estos momentos en que la adrenalina control y la supervivencia es prioritaria”.

Existen muchos consejos validos por enfrentarse a situaciones de un terremoto.

Lo primero es constatar que la residencia donde vive está diseñada de forma responsable y cumpliendo normas antisísmicas, que los residentes conozcan de primera mano los planes de contingencia y evacuación y tengan a la mano un maletín de supervivencia con documentos, botiquín de primeros auxilias, radio, linterna, alimentos y un silbato. Si puede, baje el interruptor de energía eléctrica y las llaves de gas. Si está cerca del mar, abandone el área inmediatamente, un tsunami puede ocurrir a minutos de un terremoto. 

¿Qué no debe hacer?

No se ubique debajo de muebles, ni se acerque a las ventanas con cristales. Abandone las cocinas. No use elevadores, ni encienda velas, fósforos o encendedores.

Evite gritar, correr, y mucho menos empujar a otras personas. No utilice escalera mientras se está moviendo el edificio o si hay peligro de caída de escombros.

Si está al aire libre, aléjese de los edificios, postes y cables eléctricos. Debe protegerse la cabeza y el cuello con los brazos.

Si está manejando un automóvil, debe disminuir la velocidad y detenerse en un lugar seguro. Evite el tráfico, los puentes, los postes y no abandone el auto hasta que el temblor se detenga.

En Puerto Rico pueden suceder deslizamientos de tierra, posibles caídas de rocas y caerse los árboles, es importante monitorear los movimientos del terreno y no cobijarse debajo de los árboles.

Un consejo importante es usar el teléfono solo para emergencias, evite comunicarse por mensajes de texto y a través de las redes sociales para evitar el congestionamiento de las líneas que se necesitan para la respuesta del personal de emergencia.

Un último consejo, proteja su vida y la de sus seres queridos. Las cosas materiales se recuperan, la vida no. Trate de mantener la calma, aunque sea difícil. No preste atención a rumores, solo escuche las directrices de las entidades oficiales.

Estamos conscientes que en cualquier momento puede ocurrir un gran terremoto, informarse y preparase a tiempo puede hacer la diferencia.

 

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Félix Cruz posee una larga trayectoria como periodista en Nueva Jersey-Nueva York y Puerto Rico. Es además historiador, gestor cultural, escritor, orador, educador y asesor gubernamental. Posee un doctorado en Comunicación Social con concentraciones en Periodismo Escrito y Lenguaje Corporal y está terminando un segundo doctorado en Historia de Puerto Rico y el Caribe en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. Doctorado en Historia de Puerto Rico y el Caribe.

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