El último fin de semana, Ecuador se tiñó de oro y orgullo porque la joven marchista Glenda Estefanía Morejón Quiñónez alcanzó una medalla de oro, proclamándose Campeona Mundial en la especialidad marcha, tras correr 35 Km, en Omán país localizado en el suroeste de Asia. Para completar esta oleada de felicidad el equipo de varones ganó otra medalla de oro, en la misma competencia.
Con apenas 21 años, la atleta Morejón ostenta una carrera deportiva plena de triunfos, su meta ahora es llegar a París 2024 y ganar la medalla olímpica. Para lograr este objetivo tendrá que trabajar con la misma dedicación que lo ha hecho hasta el momento.
Recientemente, Glenda ganó medalla de oro en el Campeonato Sudamericano Sub 23 en Guayaquil (2021). En diciembre del mismo año se hizo del primer lugar en el Panamericano Sub 23 de Cali- Colombia. En enero de 2022 ganó el Campeonato Nacional de Machala- Ecuador. En febrero obtuvo otra de oro en el Sudamericano de Lima- Perú.
Nacida en Ibarra, provincia de Imbabura, un 30 de mayo de 2000, es la cuarta hermana de cinco hermanos. Inició su vida atlética desde que tenía 8 años. Desde entonces ha demostrado talento y perseverancia en su trayectoria deportiva.
Como la gran mayoría de nuestros atletas, que nos han brindado momentos de suprema alegría, proviene de una familia humilde que siempre le ha apoyado tanto en lo económico como anímicamente.
De hecho, su carrera no ha sido fácil, ha tenido que superar grandes obstáculos como es la ausencia del Estado ecuatoriano en su preparación y participación en las competencias. En 2017 contó a la prensa que entrenó, durante tres años, con zapatos parchados por su padre.
Agrega, que entre sus peripecias que ha tenido que vencer, está el hecho de que cuando tuvo que competir en Argentina, la Federación Deportiva de Imbabura se negó a cubrir sus gastos completos y le entregó apenas USD 500,00.
Ella y su familia no se dieron por vencidas, vendieron chochos y salchipapas en las afueras del Estadio Olímpico de Ibarra. En tanto, su padre hizo un préstamo y cada uno de sus compañeros de entrenamientos colaboró con 10 dólares. A esta gente generosa les retribuyó con otra medalla de oro.
La Federación Deportiva de Imbabura le entregaba mensualmente una beca de USD 60,00 que, realmente, era un monto muy exiguo. Su madre es una trabajadora del Mercado 24 de Mayo, ahí tiene un puesto de frutas, cuyas ganancias son para sus cinco hijos. Su padre es docente pero no ha podido conseguir trabajo, por lo que se dedica a cuidar la familia en casa.
Lo anecdótico de la deportista es que en 2017, ella ganó el campeonato del mundo sub-18, en Nairobi- Kenia. Esta competencia hizo ruido mundial, toda vez que la atleta corrió con los zapatos rotos ya que el gobierno de ese entonces liderado por Lenin Moreno Garcés, no le apoyó. En ese entonces apenas tenía 17 años, dejó atrás a sus dos competidoras cercanas de nacionalidad turca y rusa, respectivamente.
Con el triunfo en Omán, Glenda ya tiene un sitial de honor en la historia del deporte ecuatoriano. Su carrera deportiva le depara nuevos triunfos y, sobre todo, ella ya es un referente de la juventud ecuatoriana, que evidencia que no importan las carencias materiales, cuando se trata de cumplir los sueños.
Adicionalmente, el equipo de varones de marcha también obtuvo la ansiada medalla de oro, logrando el Campeonato Mundial por equipos. Daniel Pintado, David Hurtado y Jordy Jiménez tras recorrer 20 Kilómetros, nos brindaron esta gran satisfacción, luego de superar a Japón y China.
