En un encuentro con la prensa, el científico forense y especialista en análisis de vestigios humanos antiguos y momias, Phlippe Charlier, anunció que en seis meses entregará el resultado de una investigación multidisciplinaria de la “Momia de Guano”, que fue descubierta en 1949, en los muros de la iglesia de Guano, población situada en la provincia de Chimborazo, zona central de la región andina, completamente momificada por procesos naturales.
El francés Philippe Charlier realizará un análisis de la momia con el apoyo de los técnicos del INPC
El francés Philippe Charlier es director de investigaciones y de estudio del Museo Qual Brabdly (París), ha participado en investigaciones relevantes como los restos de Adolf Hitler, en Moscú, así como en estudios de los restos de Juana de Arco y la reconstrucción del rostro de Maximilien Robespierre.
En Quito está para investigar y analizar esta momia que fue traída desde Guano, bajo protocolos muy estrictos a fin de conservar y proteger a este bien patrimonial. Su primera actividad fue asistir a la Universidad San Francisco de Quito, donde le hizo una tomografía. Posteriormente en el Laboratorio de Investigación del Instituto de Patrimonio Cultural, INPC, conjuntamente con el personal de esta entidad realizó más observaciones.
Como resultado de sus primeras observaciones, Charlier afirmó que los restos tienen deformaciones en los dedos de las manos y los pies, características propias de los pacientes aquejados con poliartritis reumatoride, enfermedad originaria del continente americano que luego se trasladó a otros lugares. Respecto a esta enfermedad aseguró que esta momia puede ser el “eslabón perdido que nos permita conocer mejor el origen e historia natural de esta enfermedad”.
Además, encontró que sus mejillas estaban hinchadas por lo que cree que falleció por una aguda infección. Con la toma de muestras se harán estudios rigurosos para conocer la verdadera causa de la infección. Se presume que por el absceso situado en el mentón izquierdo, una infección dental podría ser la causa de su deceso.
La momia, que está en posición cúbito- dorsal (boca arriba) es de sexo masculino, tiene una estatura de aproximadamente un metro 56 centímetros. Lo sorprendente es que no estaba en ninguna caja mortuoria, su disecación fue natural y junto a ella reposaba una rata de cola larga que también se momificó. Se colige que estos restos pertenecen a un hombre que vivió a finales del siglo XVI o inicios del siglo XVII.
El investigador francés remarcó que la momia no presenta las características para ser considerado un personaje religioso por el atuendo que lleva puesto, al contrario de lo que sostenían los investigadores del INPC que aseguraban que la momia corresponde a los restos del franciscano español Fray Lázaro de Santofimia (siglo XVI), hallados en el antiguo convento de Asunción.
Al referirse a las investigaciones anunció que se hará un escáner médico, muestras de cabellos para un examen toxicológico y eventualmente genético, exámenes binoculares de piel, cabellos y vellos, en el Museo Qual Branly de París, donde la momia recibirá un trato especial que un paciente de esta naturaleza amerita. Con estas indagaciones se podrá, también, determinar formas de vida de ese entonces (siglo XVI), en el sector central de la zona andina ecuatoriana.
En este encuentro, también, se informó que el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, el Ministerio de Cultura y Patrimonio firmarán un Convenio de Cooperación con el Museo Qual Branly, que tendrá una duración de tres años, en los ámbitos de la cooperación técnica, intercambio e investigación.
La Alianza Francesa fue quien le trajo a Charlier a fin de que sea uno de los expositores en una actividad, denominada La Noche de las Ideas, “de cara al presente”, programa lanzado en 2016 desde París, con el objetivo de reflexionar sobre los diversos problemas que le aquejan a la humanidad.