Amilkar Vélez López, icono de la historia puertorriqueña en Nueva Jersey

Guerrero incansable llama a unidad comunitaria y advierte sobre la asimilación

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Amilkar Vélez junto al ex gobernador Jim Florio, el concejal Luis Quintana

11113973_10206353391611691_6064104383257011491_oLa asimilación de los puertorriqueños a la corriente principal de la sociedad estadounidense no es la respuesta a la problemática específica que encara la comunidad boricua, asegura el abogado y juez retirado de Newark, Amilkar Vélez López.
¨Las nuevas generaciones creen que asimilándose solucionan nuestros problemas, pero están equivocados¨, afirma Vélez López. ¨Tenemos nuestras situaciones específicas y mi experiencia es que no todos los que ofrecen ayudarte son tus amigos y su apoyo está condicionado a sus agendas personales¨.
La realidad política actual, asegura Vélez López, es una de ¨pérdida de poder¨.
¨Los boricua hemos perdido poder, estamos desperdigados, más comprometidos con la imagen y el bolsillo¨.
La comunidad puertorriqueña sufre de ¨un virus que la divide y enfrenta a unos contra otros, llegando hasta el irrespeto¨.
La falta de unidad y las pugnas entre el liderazgo político no permiten lograr alianzas con otras comunidades o agrupaciones políticas que catapulten una agenda en beneficio de los puertorriqueños y latinos, enfatiza el reconocido líder.
¨La igualdad de poder es lo que solventa las alianzas, mientras estemos peleando unos con otros no tenemos poder¨.

Amilkar Vélez López es un guerrero que ha estado siempre en primera fila a la hora de defender los derechos de los puertorriqueños y latinos en Nueva Jersey y Nueva York.

 

¨Los mejores tiempos para los puertorriqueños en el área metropolitana fueron los últimos 40 años del siglo pasado¨, asegura el líder quién se formó bajo la tutela del legendario congresista neoyorquino Hermán Badillo.
Vélez López nació en el barrio Yacueca de Adjuntas, un pueblo en el centro occidental de Puerto Rico. Su padre, Miguel Salvador Vélez, recorría las plazas del mercado de San Juan y Bayamón acarreando en su camión frutas, vegetales y carbón para la venta. Su madre, la sangermeña Emilia ¨América¨ López de Vélez, fue ama de casa hasta mudarse a Nueva York a finales de la década de los 1950 que trabajó en la manufactura. Amilkar fue el único vástago del matrimonio
¨Mis padres me repetían constantemente que el que persevera triunfa. Ese dicho me lo he repetido constantemente toda mi vida y ha sido, junto al Premio por Logros Hellen Keller (The Hellen Keller Achievement Award) que obtuve cuando me gradué de noveno grado en la escuela en Nueva York, recién llegado y sin casi saber inglés, mis motivadores para continuar en la lucha y hacer mis sueños realidad¨.
La vida en Nueva York no fue sencilla para un hombre de inteligencia perspicaz. ¨Conocí el racismo en la escuela. Una orientadora de secundaria les dijo a mis padres que yo no era material universitario. ¡Gracias a Dios, que mis padres no escucharon esa declaración racista e idiota! ¡Le probé lo contrario!
Vélez era un estudiante destacado en la secundaria que demostró su liderazgo en diferentes organizaciones estudiantiles.
¨Yo fui miembro fundador del CLUB BORIQUEN ASPIRA SOCIETY en la George Washington HS del alto Manhattan de donde me graduó en el 1964. Allí fui electo para el gobierno estudiantil en varias ocasiones y participe en varios clubs¨.
Al graduarse de secundaria, regresó a su natal Puerto Rico para estudiar un bachillerato en psicología y sociología con una concentración en trabajo social en la Universidad Interamericana en San Germán. Fue el presidente de su clase en 1968.
Regresó a Paterson donde vivían sus padres e inmediatamente se matriculó en la Universidad de Columbia para estudiar su maestría en trabajo social. ¨En 1968 solo había tres estudiantes en Columbia, pero hicimos historia. Pusimos manos a la obra y nos esforzamos por reclutar estudiantes puertorriqueños, al graduarme en 1970 éramos 20¨.
Líder natural, se unió al grupo que lideraba el entonces presidente del Barrio del Bronx, Hermán Badillo en 1968. Esta escuela política lo preparó para lo que le esperaba en Nueva Jersey.
¨La discriminación en Paterson en contra de los puertorriqueños era descarada. Nos rechazaban todos. Nos negaban los servicios y las ayudas. Todas las puertas estaban cerradas. Había gente comprometida. En 1969 nos cansamos del abuso y junto a los hermanos Carrero y los Santana nos organizamos para tomar a la fuerza las oficinas de la Paterson Task Force, un grupo que se suponía proveyera servicios a todos los necesitados, pero solo prestaba asistencia a los afroamericanos¨.
El grupo se aseguró de incluir en el acto de rebelión a mujeres y bebés para evitar que la policía utilizara gases lacrimógenos, narra Vélez López. ¨La Biblioteca Pública de Newark tiene un trabajo que realice sobre los hechos, Estudio de la Comunidad Puertorriqueña en Paterson, Nueva Jersey”.
Terminada su maestría en Trabajo Social, Vélez López se convirtió en el primer director ejecutivo de ASPIRA, una organización educativa puertorriqueña que estimula el desarrollo cognoscitivo de los jóvenes y los prepara para la universidad.
¨Eran tiempos de transición. Newark estaba reponiéndose de la Rebelión Afroamericana, pero no estaba lista para la Rebelión Boricua¨, la voz de Vélez suena eufórica y llena de orgullo. Teníamos líderes y una agenda: igualdad, educación y mejor calidad de vida para los puertorriqueños ¨.
El abogado reconoció la gran aportación de Ramón Rivera, Juan Rosario, Miguel “Mike” Rivera, Miguel “Mike” Rodríguez, Rev. Alfonso Román, Elba Andino, Carmen Chinea, entre otros, como “los gestores de esa rebelión que dio paso a la mejor época sociopolítica de los puertorriqueños en Newark y en Nueva Jersey”.
“La Rebelión Boricua obligó a los gobiernos federal y estatal a proveer recursos para el desarrollo y mejoramiento de la comunidad”. Estos recursos fueron la base para el desarrollo de organizaciones comunitarias como F.O.C.U.S; OYE; la Casa de Don Pedro; el Club del Barrio y C.U.R.A.
Otras organizaciones que nacieron en Newark a raíz de la Rebelión Boricua son, la Asociación de Educadores Puertorriqueños, el Club de Leones Borinquén y la Asociación de Abogados Hispanos de Nueva Jersey.
Luego de trabajar con ASPIRA, Vélez López trabajó diez años con el Programa Bilingüe de la Junta de Educación de Newark, una de las victorias obtenidas por la Rebelión de principios de los 1970. Trabajaba de día y de noche estudiaba derecho en la Universidad de Seaton Hall, donde se graduó en 1979. Inmediatamente abrió su oficina de práctica legal en la cual trabajó por veinte años. Reconoce el gran apoyo que entonces recibió de los letrados Julio Fuentes, hoy juez del Tribunal Apelativo del Tercer Circuito Federal y de Martín Oliveras.
En el año 2000 fue nombrado como juez por el exalcalde Sharpe James, luego trabajó en la Corte Central de Procesamiento Criminal del condado de Essex, hasta su retiro en septiembre del 2011.
El distinguido jurista recalca que en todas las posiciones que ha ocupado siempre ha mantenido un nexo con la juventud.
¨Uno de mis empeños siempre fue ayudar a la juventud y estimularlos a que luchen por sus derechos y sus futuros para que logren sus sueños. Por eso me preocupa el derrotero que la juventud actual está tomando. No podemos olvidar nuestras raíces y mucho menos la lucha. Hay que estar vigilantes, pues nunca sabemos de dónde viene la traición. ¡Tienen que unirse y colaborar por el bienestar de toda la comunidad latina!
Vélez López es muy modesto, sin embargo es de conocimiento general las muchas veces que sacó dinero de su bolsillo para ayudar a familias necesitadas y pagar por eventos socioculturales. Ofreció consejería legal gratuita a muchas organizaciones y pleiteó en corte casos por los cuales nunca cobró, incluyendo algunos de índole política donde defendió los derechos de la comunidad puertorriqueña y el crédito se lo dieron a otros que no hicieron nada.
Vélez López es ejemplo de compromiso comunitario que va más allá del figureo y el beneficio personal. El líder y jurista es un ejemplo digno de emular y un icono comunitario intachable que sirve de pilar para la comunidad puertorriqueña no solo en Nueva Jersey sino en todo el territorio estadounidense y su natal Puerto Rico.
El exjuez es un aficionado al dominó, al billar y le gusta la actuación. Ha sido homenajeado en un gran número de ocasiones y ha recibido muchos reconocimientos por su labor comunitaria.

 

El mayor logro de Vélez López son sus cuatro hijos, Katilia Yuisa, Amilkar Miguel, Myrna Arsenet y Wanda Nieves, quienes son profesionales reconocidos en Newark.
Vélez López reside actualmente en la Florida junto a su esposa, la sangermeña Norma Mutt.

 

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