Con la entrega oficial del certificado como Geoparque por parte de la Unesco, la “Provincia de los Lagos” pasa a integrar la lista de 147 geoparques del mundo, el quinto a nivel Latinoamericano y el primero en Ecuador.
Para ser considerado un geoparque por parte de la Unesco es primordial contar con “áreas geográficas únicas y unificadas, en las que se gestionan sitios y paisajes de importancia geológica internacional, con un concepto holístico de protección, educación y desarrollo sostenible”.
Es decir el organismo internacional reconoció las manifestaciones vivas de su patrimonio cultural; su medio geológico natural evidenciado en sus lagos, cascadas, elevaciones, la biodiversidad de su flora y fauna, sus bellos parajes propios del páramo hasta los calurosos valles y el subtrópico de Intag; sus antecendentes históricos; sus características antropológicas y etnográficas.
La provincia de Imbabura, cuya capital es Ibarra, está localizada en la zona andina- norte de Ecuador, ostenta un conjunto de lagos, destacándose el San Pablo, Cuicocha, Yahuarcocha, Puruhanta, Mojanda y Piñan; nevados y volcanes como la mama (abuela) Cotacachi, a 4039 msnm, el taita Imbabura (abuelo) a 4.600 msnm; decenas de cascadas siendo la más importante la de Peguche, escenario de rituales tradicionales durante las fiestas de Carnaval, el Inti Raymi y el Yamor; reservas ecológicas como la Cotacachi- Cayapas; y lo más importante su gente. Imbabura cuenta con numerosos pueblos indígenas y afros que despiertan la admiración, por sus manifestaciones culturales, a turistas nacionales y extranjeros.
Imbabura es la cuna de pueblos ancestrales como los Cayambis, Caranquis, Natabuelas, Awás, Montubios y Otavalos. Al respecto, en Otavalo está situado el mercado artesanal más grande de Latinoamérica: la Plaza de los Ponchos, lugar en el que los otavalos ofrecen colecciones de artesanías andinas: hermosos tejidos, ropa de lana, joyas, textiles multicolores, bordados de altísima calidad, instrumentos musicales, figuras de madera, y decenas de recuerdos. Además, esta etnia califica a su lugar natal como “la mata de la música andina”.
La provincia tiene una superficie de 4.500 kilómetros de superficie y cuenta con seis cantones: Ibarra, Antonio Ante, Cotacahi, Otavalo, Pimampiro y Urcuquí. Aloja aproximadamente a unos 400.000 habitantes.
Una de sus bellos atractivos es Cotacachi que se caracteriza por poseer un mercado especializado en artículos de cuero. Asimismo, su pueblo la reconoce como la “Capital de la Música del Ecuador”, por la devoción que tienen por este arte.
Otro lugar, digno de visitar, es la hacienda de Zuleta construida a fines del siglo XVI, aquí las mujeres bordan a mano blusas, camisas, manteles, sábanas, etc, con motivos muy llamativos y multicolores.
En el cantón San Miguel de Ibarra está localizada Ibarra, la capital de Imbabura, que ofrece una gastronomía deliciosa con los famosos de helados de paila, las nogadas, el arrope de mora, las empanadas de morocho, los helados de crema y el inigualable pan de leche.
Para los amantes de los artículos de madera tienen la oportunidad de adquirirlos en San Antonio de Ibarra, sitio fundado a inicios del siglo XIX. En el lugar los artesanos tallan muebles, estatuas, murales, esculturas clásicas y una variedad de figuras.
Los turistas nacionales y extranjeros pueden deleitarse con recorridos que hace el remodelado tren conocido como “ Tren de la Libertad” que cruza parajes hermosos, puentes, túneles, hechos a pico y pala. Para, finalmente, llegar a Salinas, una comunidad afro-ecuatoriana que deleita con su cultura, música y el baile de la bomba.
Y qué decir de Atuntaqui, ciudad en la que se puede comprar tejidos en sus 150 almacenes comerciales. Lo relevante de este lugar es el “Museo-Fábrica Imbabura”, en el que la majestuosidad de equipos y maquinaria de inicios del siglo pasado, la historia del sindicalismo ecuatoriano permiten trasladarse a un pasado de muchas luchas y conquistas laborales.
El cantón de Urcuquí es el único que ostenta dos parroquias rurales declaradas como Patrimonio Cultural de Ecuador: Pablo Arenas y Cahuasquí. Las termas de Chachimbiro constituyen otro punto de encuentro para los que buscan sanarse con aguas naturales que brotan de las profundidades de la tierra.
No podemos desconocer la importancia arqueológica de Pimampiro para la historia hispánica del norte de Ecuador por ser un puente entre el Oriente y el Occidente. Cuenta la historia que en el periodo formativo los Pastos y Protopastos comercializaban el algodón, la coca, y las artesanías con los Caranquis.
Desde luego es algo inolvidable disfrutar de las celebraciones por las fiestas tradicionales que honran a la fecundidad de sus tierras en Otavalo, Cotacachi, e Ibarra expresadas en la Fiesta del Yamor (3 y 4 de septiembre) en la que predomina la chicha de jora, una bebida elaborada con diferentes clases de maíz.
LA DISTINCIÓN
El pasado 30 de mayo, en el Salón “Los Próceres” de la Cancillería, las autoridades de la provincia recibieron esta Certificación que ratifica la declaración que ya fue aprobada en abril pasado, misma que tiene una vigencia por cuatro años.
El gobernador de Imbabura, Galo Zamora, precisó que esta designación “enorgullece” a los habitantes de Imbabura porque se “va a notar la naturaleza hermosa que tiene nuestra provincia” y ello beneficiará al turismo.
Para el funcionario, no solo Imbabura “sino Ecuador deben sentirse orgullosos” por una provincia que quiere ser siempre acogedora. Este reconocimiento brinda la oportunidad de demostrar que “Imbabura es una provincia de paz, en la que se puede respirar tranquilidad y, sobre todo, vivir en armonía”.
El reconocimiento, en mención, fue entregado por el Subdirector de Relaciones Exteriores de la Organización de las Naciones Unidas para el Educación, la Ciencia y Cultura (UNESCO), Edouard Matoko al prefecto provincial de Imbabura, Pablo Jurado, en presencia de la viceministra Lourdes Puma y del ministro de Ambiente, Marcelo Mata.
El ministerio de Ambiente que participó en esta aspiración señaló “es el resultado de un trabajo integral y participativo, en la construcción de un modelo de desarrollo social justo, equitativo, ecológico y sostenible”.
Autoridades de la Cancillería informaron que esta designación se logró por el trabajo conjunto, ejecutado por dos años, en la que participaron varias instituciones del Estado, la academia y la sociedad civil. Dentro de esta gestión, la cancillería acompañó y brindó asistencia técnica a todo el proceso de postulación, a través de la Comisión Nacional Ecuatoriana de Cooperación con la Unesco (Cominal).
El festejo por tal designación estuvo marcada con la presentación de varios grupos artísticos como la Banda Mocha del Chota, el grupo de danza Agonchagua y los Campanilleros de San Pablo.
La Unesco informó en París que, además de Imbabura, otros lugares naturales y grupos ancestrales del país están en espera de ser reconocidos como el volcán Tungurahua y sus pueblo Salasaca en la provincia de Tungurahua, la reserva del Sumaco en la provincia de Napo, los manglares de la provincia de Santa Elena, las Islas de Galápagos y el bosque Puyango en la provincia de El Oro.