Seguramente has escuchado o has vivido la “crisis de los 40”, esa sensación de desasosiego o insatisfacción que sienten algunas personas cuando pisan los 40 y comienzan a tener unos síntomas conductuales, mentales y emocionales muy notables y los hace actuar de formas inusuales para ellas y su entorno. En esta crisis también contribuye el miedo a envejecer. Aquí tienes tres consejos para convertir esa crisis en una gran oportunidad.
- Todo es cuestión de perspectiva, de ver el vaso medio lleno o medio vacío: para nuestros ancestros del paleolítico, llegar a los 40 era toda una hazaña, casi nadie lo lograba; hace unos siglos, los 40 representaban más de dos tercios de una vida, pero con el aumento actual de la esperanza de vida, cumplir 40 años es llegar apenas a la mitad del camino. En vez de una crisis, lo podemos ver como la gran oportunidad para replantear lo que vivimos, reinventarnos y dar los pasos para hacer esas cosas que siempre hemos querido, pero que, por un motivo u otro, hemos postergado. Y una se pregunta, si no es ahora, entonces ¿para cuándo lo vas a dejar?
- Todos vamos a envejecer, aquí lo importante es cómo lo hacemos: te despiertas un día, te ves en el espejo y notas una arruga o una cana que jurarías que la noche anterior no estaba allí. Amigas, envejecer es inevitable, pero podemos tener calidad de vida, energía, vernos espectaculares, y prevenir enfermedades con una actividad física constante, alimentándonos bien y entrenando nuestra mente, como los tres factores principales que trabajo en mi Programa Transformador de 21 días #Los40sonlosnuevos20. ¡Que sea un motivo para un cambio total de estilo de vida!
- Aprovecha todo lo que tienes en tus 40 que no tenías antes: en vez de enfocarte en lo que has perdido, mira lo que has ganado; es muchísimo, por ejemplo, ahora tienes una mayor red de contactos con todas las personas que te has encontrado en el camino (trabajo, comunidad, viajes, etc.), tienes madurez y experiencia (que no se compra ni con todo el dinero del mundo), ya has pasado, superado y sobrevivido a muchas situaciones difíciles y sabes que no son el fin del mundo; ya has aprendido que puedes decir que no, que quieres rodearte de las personas que te hacen sentir bien, sabes agradecer, tienes más inteligencia emocional, etc. etc.
Eres tú, y solamente tú, quien decide cómo quiere ver los cuarenta: como el fin de la vida o como esa oportunidad en que decidiste ser tú y comenzar a vivir plenamente y sin remordimientos.