GUAYAQUIL, ASTILLERO DEL MAR DEL SUR

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La tradición naval de Guayaquil no viene con los españoles, sino desde la época prehispánica, particularmente de las culturas Manteñas y Guancavilcas que son las que enfrentaron a los conquistadores españoles y luego convivieron por largo tiempo.

Con ocasión de la celebración de los 197 años de Independencia de Guayaquil, (9 de Octubre 1822) se realizaron varios eventos que concitaron el interés y beneplácito del público. Entre éstos se puede citar la publicación del libro titulado “Guayaquil,  astillero del mar del sur” y la exposición de maquetas con  la muestra de barcos insignes que dejaron huellas en la historia del Golfo de Guayaquil.

Como un tributo a Guayaquil y su aporte a la historia marítima y cultural del país se calificaron  a estas iniciativas que muestran a barcos “que llevan misterios,  historias, leyendas de antaño”, mismos que recorrieron el golfo de Guayaquil, el gran río Guayas con sus afluentes, evidenciando que desarrollaron la navegación en alta mar, desde épocas tempranas, así como el comercio a larga distancia y gran escala, se señala en la presentación del libro.

El recorrido de las páginas de la obra nos lleva a descubrir aspectos muy interesantes de la historia marítima de nuestra tierra.  En definitiva la navegación en nuestro territorio tiene más de cinco mil años: se inició en canoas y luego en naves de balsa.

Fueron los balseros quienes idearon y fabricaron sus embarcaciones hechas de troncos de madera, experiencia adquirida a lo largo de 3500 años. La construcción de  estas naves se hicieron en astilleros, no hay evidencias de estos lugares pero se infiere por las naves encontradas, afirman los historiadores Presley Norton y Javier Véliz Alvarado.

El conquistador Bartolomé Ruiz sería el primer español es avistar una vela tipo latina en el horizonte, era la primera balsa manteña que vieron los españoles, iba hacia el norte negociando variada mercancía como textiles, chaquiras, objetos de oro, plata y bronce y vasijería negra, pagadas con una concha roja carmín llamada Spondylus princeps. Este comercio se realizaba en el Golfo de Guayaquil, la Isla Puna y toda la costa central de lo que hoy conocemos como Ecuador.

El cronista español Samano- Jérex (1525) describe a una valsa capturada que provenía de Sarango como una: “base estaba hecha de grandes troncos de una madera liviana y una cubierta de caña de guadúa soportando una caseta de gade, con mástiles de madera fina, vela de algodón, amarres y cordelería de jején y un novedoso sistema de navegación que empleaba varias guaras”.

La balsa manteña fue la única embarcación de las Américas impulsada a la vela y que fue desarrollada a partir de Valdivia Tardío (+2000 A.C) mucho antes del contacto europeo.

Según Javier Véliz, los viajes fluviales y marítimos empezaron aproximadamente  a finales de la cultura Valdivia (1500 A.C.) unos 3500 años antes de que llegaran los incas  a los andes del Ecuador. Véliz señala que nuestros navegantes partieron desde costas ecuatorianas a costas mexicanas en naves de balsa, y volvieron bordeando toda la costa de Centroamérica hasta llegar a su origen, también los balseros estuvieron en la costa norte de Perú.

Jorge Juan y Antonio Ulloa al referirse  a los  primeros astilleros de Guayaquil afirman: “el astillero de Guayaquil estaba situado dos mil varas de distancia de la ciudad hacia la parte Sur siguiendo el curso del río hacia abajo; y como este río tiene agua suficiente por aquella parte, es espacioso, él ámbito de la orilla que goza de esta comodidad, por lo que se puede construir varios navíos a un mismo tiempo sin estorbarse los unos con los otros”.

Se menciona que las principales maderas de las que se sirve la construcción de estos  navíos son: guachapelí, roble amarillo, maría, canelo, mangle, bálsamo y laurel. Todas estas maderas son distintas entre sí por sus cualidades, se empleaban en la fabricación de navíos aprovechando cada especie en sus diferentes propósitos.

 

En la Presidencia de la República se realizó una exposición de maquetas de barcos que fueron construidos en la Colonia.

 

 

LOS ASTILLEROS DE GUAYAQUIL EN LA ÉPOCA COLONIAL

Nos relata el libro que por 1640, a un poco de 100 años del asentamiento definitivo de la ciudad en las faldas de nuestra señora de Santa Ana, los astilleros se encontraban en pleno apogeo en la parte norte de la ciudad, donde actualmente se encuentra el barrio La Atarazana.

Aquí se fabricaban todos los galeones del reyno, además todo tipo de embarcaciones para uso particular. En otras palabras, durante el siglo XVI los habitantes de Guayaquil, aunque pocos ya eran exportadores e importadores, pues la ciudad era el puerto de salida del interior de la Real Audiencia de Quito.

A inicios del siglo XVII el comercio de cacao alcanzó niveles de exportación muy respetables que permitieron que algunas familias amasen grandes fortunas.

Uno de los personajes esenciales en la construcción de los navíos era el superintendente  (español criollo). Los artesanos agremiados formaban parte principal de la fuerza laboral. Eran pagados según sus aptitudes y conocimiento sin distinción de clase social, color o raza. En la segunda mitad del siglo XVIII, el equipo humano estaba compuesto por afro descendientes.

Francisco de Requema (1774) dice que la calidad de las maderas para la construcción de las embarcaciones, en general, era muy buena. Éstas eran el roble, cedro, bálsamo, canelo, pechiche, laurel, matapalo, mangle, víspero, entre otros.

Los galeones construidos en Guayaquil o Perú, cargaban entre 500 y 800 toneladas, la  “Olimpia Concepción” y “Santiago” alcanzaron las mil toneladas, fueron fabricados en 1644. Ernesto Salazar otro historiador cuenta que en el siglo XXI se descubrió la ubicación de un galeón español en las playas de Chanduy, aparentemente con el tesoro intacto. Al parecer todos estos tesoros fueron saqueados por los buscadores internacionales, nadie se responsabilizó por este hecho, ninguna explicación se dio al país.

A raíz del descubrimiento de América, España estableció a través del océano Atlántico, una ruta de comercio, llamada “Carrera de Indias” vigilada por la Casa de Contratación de Sevilla, sobre todo cuando se comercializaba oro y plata.

El galeón de vela es el típico barco español de la época, utilizado por un par de siglos. Era un galeón de tonelaje menor, podía llevar más de 100 personas, de las cuales 60 o 70 eran tripulantes, el resto pasajeros. Para el transporte de plata de plata y oro de Potosí al Perú, se recurrió al galeón más pesado y resistente llamado “Galeón de la Plata” que iba también con armamento y escoltas acompañando al viaje.

 

TRABAJO DE LOS ARTILLEROS DE GUAYAQUIL

Fernando Mancero Coloma asegura que en la época colonial, Santiago de Guayaquil fue declarada “Astillero Real”. Empero, en estos días, los habitantes de Guayaquil apenas se percatan que en la calle Eloy Alfaro aún persisten tres astilleros, que siguen con mucha voluntad  realizando su oficio que les legaron sus mayores.

Mariano Sánchez nos cuenta que el Virrey Andrés Hurtado de Mendoza dispuso en 1556, la construcción de una galera de 24 barcos, en la Isla Puná, con esta noticia se advierte el lugar exacto  donde se comenzó la industria de la construcción naval, señala Julio Pimental Carbo.

En 1557 se construyeron dos galeones en Guayaquil por costo de 18.000 pesos, los que se utilizaron para llevar pertrechos y refuerzos para la pacificación de Chile. Por lo tanto, estas fueron las primeras embarcaciones construidas en los Astilleros Navales de Guayaquil, por la Armada Virreal.

En los primeros años del siglo XIX es evidente la paulatina reducción de la actividad de los astilleros guayaquileños, cuyo proceso de decadencia se agudizó tras la independencia, pero quedaba una historia de más de dos siglos en          que la industria de fabricación de navíos dio renombre al país.

Los tiempos de los afamados astilleros navales guayaquileños de la época Colonial, tuvieron su sucesor, se trata del Arsenal de Marina (1907), su nombre ha ido variando a lo largo de los años, hasta convertirse en el ASTILLEROS NAVALES ECUATORIANOS (1972). En 1980 nace Astinave como empresa del Estado para apoyar el desarrollo industrial marítimo y la producción de tecnología en Ecuador.

 

BUQUE ESCUELA GUAYAS

El contralmirante Renán Ruiz Cornejo afirma que el 1 de marzo de 1974 se adquirió un buque escuela para la Armada de Ecuador, con el nombre “Alcance”. En 1977 se le dio el nombre de “Guayas” a un nuevo buque construido en Bilbao- España.

Durante 40 años de servicio el buque con el nombre Escuela Guayas, ha cumplido funciones de embajador itinerante de nuestra patria. Ha efectuado 30 cruceros internacionales, 70 nacionales, en los que ha capacitado a  guardamarines y  grumetes.

También la publicación hace mención a los “modalistas”, es decir a los diseñadores de las embarcaciones y nos brida los nombres como Oscar Martínez Espinosa, Fernando Proaño y Marcelo Troya Mora, como los más notables.

Bueno, les he traslado a ustedes un somero barrido histórico  sobre parte de nuestro legado recibido de nuestros antepasados  que nos llena de orgullo.

 

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