El pasado fin de semana, las redes estuvieron encendidas luego de que el cantante de reggaetón puertorriqueño Farruko declarara públicamente en medio de un concierto, su arrepentimiento por las letras de sus canciones, en especial una de las más sonadas llamada “Pepas” la cual incitaba al consumo de sustancias y pastillas.
Esto me recordó mis últimas vacaciones, cuando al preguntarle a una amiga de 25 años acerca de cuál canción le gustaba, justo me dijo que este tema era de sus melodías favoritas y me sorprendió escuchar la letra quedando muy perturbado por lo destructivo de su mensaje.
La canción dice:
Pepa y agua pa’ la seca
To’ el mundo en pastilla en la discoteca.
Farruko, si me permites auxiliarte en elevar tu letra, podrías cantar algo así (sin perder la rima):
Arepa y agua pa’ la fiesta
To’ el mundo con mascarilla en la discoteca….
Siempre será una buena noticia que una persona anuncie su despertar espiritual pues creo firmemente que uno de los principios del liderazgo bambú es la integridad. El mismo Farruko ha confesado que no se sentía nada bien con el mensaje que estaba dando con sus temas desde hace un tiempo.
Aunque han llovido las críticas, por considerar que se trata de publicidad engañosa el haber convocado a miles a un concierto para convertirlo en “una prédica religiosa”, prefiero alabar la parte positiva que implica para este artista (que no es pastor ni líder espiritual) ser coherente con su nivel de consciencia y caminar en línea recta entre lo que piensa, lo que dice, lo que hace y lo que siente.
El precio a pagar por hacerlo, seguramente será la decepción de algunas personas a quienes no les va a gustar el cambio aun siendo para mejor pero, al mismo tiempo, es el mayor ejemplo de libertad e independencia del pensamiento anteponiendo el perdón y la capacidad de recapacitar por sobre la trayectoria o el pasado.
Integridad es hacer el esfuerzo correcto para que todo fluya y que uno tenga el compromiso y la entrega de darse en un servicio con amor: bien sea en un escenario dando conferencias, en una pantalla frente a la televisión o en una tarima cantando. Da igual el espacio, lo importante es el mensaje que decidamos transmitir.
Justo la semana pasada, culminamos el retiro Conciencia Divina y allí bailamos, nos divertimos y cantamos mantras sin necesidad de ningún factor externo. Nuestro “éxtasis” lo pudimos producir en nuestra farmacia interior haciendo el trabajo e ignorando los atajos.
Celebremos a los que, al igual que Farruko, elevan su nivel de integridad y se atreven a ser coherentes en todos los entornos de sus vidas.
¡Bravo Farruko por tu toma de consciencia!
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