TRENTON – Respondiendo a la crisis de opioides en Nueva Jersey, la Presidenta del Comité de Educación del Senado, M. Teresa Ruiz, y el Senador Christopher K. Bateman, patrocinaron legislación para ofrecer antídotos opiáceos que pueden salvar vidas, como Narcan, en escuelas del estado y para tener enfermeras y otros funcionarios escolares entrenados para administrarlos en casos de sobredosis. Y el proyecto fue convertido en ley hoy.
“No es suficiente trabajar para prevenir las adicciones a los opioides; también debemos trabajar para revertir los efectos catastróficos de la condición una vez esté afectando”, dijo la Senadora Ruiz (D-Essex). “Si tener un antídoto opioide disponible y administrable en las escuelas salva una sola vida, esta ley valdrá la pena. Ninguna comunidad es inmune a la trágica epidemia de opiáceos que plaga nuestro estado, y debemos hacer todo lo posible para solucionarlo”.
La ley exigirá que los órganos rectores de las escuelas públicas y privadas desarrollen políticas, de conformidad con las directrices del Departamento de Educación, para la administración de emergencia de un antídoto opioide.
La política exigirá que cualquier escuela con grados 9, 10, 11 o 12 obtenga una orden permanente para el antídoto opioide y mantenga un suministro del antídoto en un lugar seguro y accesible. A cualquier otra escuela se le permitirá obtener una orden permanente y mantener un suministro del antídoto. La enfermera de la escuela o cualquier empleado capacitado podrá administrar un antídoto opioide a un estudiante, miembro del personal o cualquier persona que crean, de buena fe, que está experimentando una sobredosis de opiáceos.
Los antídotos opioides tendrán que ser accesibles en las escuelas durante el horario escolar regular y durante los eventos patrocinados por la escuela que tienen lugar en el aula o facilidades de la escuela. Los distritos escolares también pueden hacer que los antídotos contra loss opioides sean accesibles durante actividades patrocinadas por la escuela que tienen lugar fuera de las instalaciones de la escuela.
La enfermera de la escuela tendrá la responsabilidad principal de la administración de emergencia de un antídoto opioide, aunque se designarían empleados adicionales para administrarlo en caso de que una persona experimente una sobredosis de opiáceos cuando la enfermera no esté presente.