Después de los 40, hay un cambio drástico en el contexto metabólico-hormonal. Hay una disminución hasta de un 20% de la cantidad de hormona de crecimiento y testosterona, lo que marca el inicio del envejecimiento.
Y justo en ese momento, aumentamos de peso, circulan más grasas oxidadas de baja densidad en la sangre (colesterol malo), la insulina suele ser insuficiente o ya no tiene la misma eficacia y la grasa hepática aumenta, al igual que la grasa pericárdica. Todo esto unido a un síndrome metabólico y a los excesos de comida basura, alcohol y drogas, que serán el caldo de cultivo de las enfermedades que vendrán posteriormente.
¿Cómo cuidarnos después de los 40?
Lo primeros es evaluar nuestro estado de salud actual: valorar el índice de masa muscular y el índice graso del cuerpo, evaluar el contexto sanguíneo hemograma-colesterol-función renal-hepática, análisis de la glucosa, marcadores tumorales en hombres y mujeres, ecografía testicular y análisis periódicos de mamas, valorar el estado del cuello del útero en mujeres y sí el aparato genital masculino y femenino, vigilar la tiroides, hacer una colonoscopia después de los 50, valorar la función cardiorrespiratoria con una prueba de esfuerzo y valorar la salud de los ojos.
Debemos dar al organismo los recursos que van decreciendo con el paso del tiempo, siempre bajo supervisión médica:
-Omega 3, 6, 9
-Carnitina
-Un complejo vitamínico y mineral con las proporciones diarias óptimas
-Arginina, un aminoácido que producimos, pero va disminuyendo con la edad
-Un batido de proteína de calidad, sin azúcar ni edulcorantes, siempre en mitad del día para impedir la catabolia.
-El té verde, el ginseng, la pimienta cayena, el jengibre y el café (a bajas dosis) podrían ayudarnos a activar el metabolismo y a disminuir la glucosa en sangre.
-La práctica de ejercicios, con mayor importancia a los de fuerza y a los aeróbicos.
-Incentivar las actividades de ocio y sexual, para activar la libido y disponer así de más testosterona.
-No puede faltar la reina, la vitamina C, al menos dos veces al día
-Y olvidarnos de los azúcares refinados y las harinas, en especial las que llevan gluten. Las grasas trans están prohibidas a estas edades (y a todas las edades).
-Entrenar el cerebro con juegos mentales como el ajedrez, hacer nuevos cursos o estudios y salir de la zona de confort.