Catedral de Puebla:300 años en construcción

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Fue el 29 de agosto de 1536 cuando se empezó la construcción de la antigua Catedral con la participación de pobladores del actual municipio de Calpan, que tenían fama de hábiles constructores, finalizando su construcción el 31 de agosto de 1539

Posteriormente y debido a la importancia que fue tomando la ciudad, se decidió crear una nueva Catedral, iniciando su construcción en 1575. Sin embargo para 1640 apenas se había avanzado hasta la mitad de los muros, por lo que a la llegada del Obispo Juan de Palafox y Mendoza se dio prioridad a la construcción, por lo que ocho años después se concluyeron los trabajos. Después de la obra de Palafox, se continuó con lentitud pero manteniendo la unidad y puntualidad prevista por el.

En 1678 una de las torres estaba lista, y su compañera, 90 años después. La cúpula, hecha de piedra pómez para aligerarla es una de las más famosas de México, en lo que se refiere a su tamaño y a su cubierta exterior de azulejería poblana.

Uno de los espacios más bellos de la Catedral es el Retablo o Altar de los Reyes, que ostenta los primeros ejemplos en México de columnas salomónicas esculpidas en piedra de Tecali, el nombre de este altar, se debe a las esculturas que lo decoran y que representan a algunos santos que fueron reyes. Las pinturas que lo acompañan fueron hechas por el español Pedro García Ferrer. La cúpula sobre el retablo fue pintada por el excelente pintor novohispano Cristóbal del Villalpando.Esta pintura es el único ejemplo que se conoce de una cúpula pintada durante el periodo virreinal.

El altar mayor, conocido como baldaquino o ciprés, fue obra del arquitecto y escultor Manuel Tolsá, quien en el siglo XIX y de acuerdo a los gustos de la época, cambió el baldaquino anterior por su obra de corriente neoclásica. En esta misma época se hicieron varios cambios a la Catedral, los cuales le dan la fisonomía que actualmente tiene.

El coro es otro de os espacios que impactan al visitante. Su sillería en madera, su facistol al centro y sus libros de coro, además de la reja que lo resguarda, hacen de este sitio una verdadera ventana a la época virreinal y a la vida de las catedrales. Cuando se atraviesan las puertas de este imponente edificio, se tiene la sensación de haber salido de un viaje en el tiempo y en el espacio.

Con información de la Dirección de Turismo de Puebla Capital.

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