Ha sido defensora de la paz y derechos humanos de víctimas de la violencia
La religiosa María Estrella Valcárcel Muñiz,defensora de la paz y los derechos humanos, más conocida como la Madre Covadonga, falleció el domingo 16 de mayo en la ciudad de Ayacucho, Perú, según informes procedentes de Lima.
“A los 98 años partió la religiosa española que se quedó en Ayacucho en la época más difícil de la guerra interna. Siempre estuvo al lado de los más necesitados y las víctimas de la violencia política en Ayacucho. La madre Covadonga falleció por causas naturales y su cuerpo fue velado en la Basílica de la Catedral de Ayacucho, informó el diario la República.
“Ha fallecido la madre Covadonga y nos deja todo un legado de amor por los niños desamparados y personas que sufrieron durante la época de violencia en Ayacucho”, sostuvo vía internet la educadora peruana Carmen Aroni Salazar. Visitaba las cárceles, cementerios, los velorios, los pueblos alejados llevando sus consejos a los habitantes. La carismática religiosa cariñosamente era conocida como “la madre Covita”.
Nacida en Asturias, España, la misionera dominica, llegó al Perú en 1949, y junto con otras religiosas empezó a trabajar en los centros penitenciarios realizando labores de alfabetización y defensa. Adquirió la nacionalidad peruana en 1974 y ha sido profesora en varios centros educativos. En la ciudad andina de Ayacucho permaneció por cinco décadas.
La madre Covadonga será recordada por su trabajo en ayudar en la solución de los conflictos internos que propiciaron la aparición de una violencia irracional en Ayacucho en los años ochenta del pasado siglo, según sus biógrafos. Ella fue nombrada presidenta honorifica del Consejo por la Paz en Ayacucho.
“Con humidad, formó un equipo de voluntarios y profesionales para ayudar a los huérfanos, los desplazados, los condenados, los agredidos y los agresores”, resalta un documento elaborado en 2013 cuando fue postulada al premio Príncipe de Asturias.
“Son los ideales los que transforman a los pueblos. Por eso llevar buenas ideas, buenos pensamientos e ilusiones es importante si queremos que un pueblo se mantenga sano y apto para el trabajo’, sostuvo en vida la madre Covadonga.
Sus inicios en Asturias, España
La madre Covadonga, nació el 27 de mayo de 1922, en el pequeño pueblo de Campomanes, perteneciente a la villa de Pola de Lena, Asturias. Su familia se dedicaba al pequeño comercio agrícola y brindaba hospedaje a sacerdotes dominicos, por lo que seis de sus hermanos compartían su fe religiosa. Por el amor y la compasión de dicho entorno, no fue una sorpresa cuando a los 17 años, durante una misa en la iglesia, ella sintió claramente su vocación. Le tomó del brazo a su madre y le dijo: “madre, yo quiero ir lejos”. Y su madre, que comprendió enseguida, le dijo: “Hija, prepárate para sufrir».(Candidatura al Premio Príncipe de Asturias, 2013).
En 2007, la madre Covadonga fue condecorada por la Defensoría del Pueblo en reconocimiento a su contribución a la promoción, defensa y consolidación del orden constitucional. También recibió la medalla de honor del Congreso Peruano por su labor social en beneficio de la comunidad; y en 1999, la Municipalidad de Huamanga la declaró hija predilecta y gestora del amor desinteresado, entre muchas otras distinciones.
En 1993, recibió la bendición papal, otorgada por Juan Pablo II, con motivo de sus Bodas de Oro como religiosa.