Comunidades de la Amazonía y la sociedad ecuatoriana en general, recibieron con satisfacción la ratificación de la sentencia de la Corte Constitucional de Ecuador, la misma que obliga a la petrolera Chevron indemnizar con USD 9.500 millones por daños ambientales ocasionados en la región nororiental del país, entre 1964 y 1992 por explotación petrolera.
Tras calificar como “histórica” dicha decisión, los líderes de estas comunidades anunciaron que llevarán a nivel internacional su causa hasta que la empresa cumpla con su obligación de reparar el medio ambiente y la salud de los pobladores afectados.
El juicio que los pobladores entablaron contra Chevron duró cerca de 25 años. “Ha sido un cuarto de siglo buscando justicia y finalmente la unidad de los pueblos da sus frutos y decimos que es posible lograr justicia cuando los pueblos se unen, sin importar cuán grande sea el oponente” dijo el abogado, de los acusadores, Pablo Fajardo.
De su parte, James Craig, asesor de comunicación de la empresa Chevron, al referirse a la decisión de la Corte indicó “fraudulenta sentencia ecuatoriana deber ser inejecutable en cualquier corte que respete el Estado de derecho”.
Prácticamente, la Corte Constitucional, máximo órgano de control legal del país, desechó un recurso extraordinario de protección interpuesta por la transnacional, en 2014, para evitar una millonaria condena, por los daños ocasionados en esta zona del país..
Craig mediante un comunicado, vía correo electrónico, expresó “la sentencia anunciada por la Corte Constitucional de Ecuador es consistente con el patrón de denegación de la justicia, fraude y corrupción contra Chevron en Ecuador”.
Entre tanto, el abogado de los demandantes, Pablo Fajardo, destacó que el reto, ahora, es lograr que la petrolera pague los USD 9.500 millones a los afectados. Relievó el triunfo de las comunidades amazónicas y el cierre del proceso luego de 25 años de lucha contra este gigante petrolero.
Trajo a la memoria que en septiembre de 2017, el ministro de Comercio Exterior, del actual gobierno, Pablo Campana, viajó a los Estados Unidos para reunirse con representantes de la petrolera para “Buscar una salida extrajudicial. El Ejecutivo no es parte de este litigio y no tiene nada que hacer, este es un asunto entre privados”, sentenció.
El abogado Fajardo mencionó que esta “Es una derrota para el sistema. Hay que reconocerlo. En los últimos tiempos, el sistema norteamericano, de empresarios, sectores del Gobierno actual, hicieron presión enorme en la Corte para que fallen a favor de Chevron”.
Agregó que hubo intentos de sobornos de parte de la petrolera. También hubo presiones políticas por asuntos comerciales entre los dos países. “La lógica de EEUU era que este caso irritante obstaculizaba acuerdos comerciales entre Ecuador y EEUU”.
Asimismo, precisó que con este dinero a recibir se tratará de remediar o reparar el ambiente, salud, cultura de los pueblos de las provincias del norte de la Amazonía: Orellana y Sucumbíos, donde viven alrededor de 30 mil afectados.
ANTECEDENTES
Las personas que hemos ido a los sitios de la contaminación y hemos tenido la posibilidad de constatar esta catástrofe ambiental, conocemos que la petrolera ha tenido un comportamiento ambiental irresponsable, en nuestra Amazonía. Viajé hace dos años y vine conmovida por la grave situación que viven nuestros hermanos amazónicos.
El experto petrolero Iván Narváez dio a conocer, en un estudio, que Chevron adquirió las acciones de Texaco en 2001, esta es una de las petroleras más poderosas del mundo y la tercera en los EEUU, con ganancias de los USD 37 millones anuales,
Añade que “Desde 1964 hasta 1990 operó en la región amazónica ecuatoriana sin observar las normas ambientales vigentes a nivel internacional. Durante ese tiempo derramó en los ríos de la zona alrededor de 17 mil millones de galones de petróleo y 20 mil millones de galones de agua tóxica. Abandonó alrededor de 600 piscinas de desechos tóxicos; quemó aproximadamente 235 millones de pies cúbicos de gas; afectó a cerca de 30 mil personas…”.
Añade que debido a los impactos socio-ambientales y abusos de los petroleros, los pueblos indígenas Cofán, Secoya, Quichua y Huaorani, tuvieron que abandonar parte de sus territorios ancestrales. “Durante ese período, Texaco tenía libertad para abrir caminos, invadir territorios indígenas, construir carreteras e infraestructura y botar sus desechos en áreas ecológicamente frágiles”.
El estudio recoge que “antropólogos relatan que una etnia, los Tetetes, desapareció totalmente durante la operación de Texaco. Científicos de la Universidad de Harvard y de London Schoolof Higiene and Tropical Medicine, encontraron altos niveles de químicos cancerígenos en las aguas utilizadas para bañarse, tomar y lavar ropa, y observaron las enfermedades vinculadas con el petróleo, descubriendo niveles de cáncer mucho más altos que en otras regiones del país. Se estima que la ganancia de Texaco en Ecuador superó los $6 mil millones, de los cuales ha ofrecido menos de $50 millones para la remediación ambiental y la compensación social”.
En conclusión -según el estudio- Texaco no incorporó a los costos de producción el valor de los impactos socio-ambientales. Ello implicó que a menor costo de producción, mayor rentabilidad empresarial, mayor perjuicio al Estado que, además, heredó la deuda ecológica. Sin embargo, aparentemente entregó al país un alto porcentaje de ingresos, pero dejó depredada la Amazonía, concluye el estudio de Narváez.
El colono Luis Guamán indicó que debido a las malas condiciones ambientales su esposa falleció. “Ya no se puede criar con normalidad aves y ganado”, lamentó. “Los animales no tienen qué comer y lo poco existente está contaminado, por lo que ya no es rentable criar animales. Ni la producción agrícola es buena. Antes había plantaciones de plátano que eran sumamente grandes; era tan pesado que no se alcanzaba a sacar todo, hoy solo se dan como máximo 20 libras”, refirió Guamán, quien espera que la compañía petrolera asuma la responsabilidad de los daños ambientales generados y los remedie.
Por su parte, el escritor y especialista petrolero, Jaime Galarza, señaló en un artículo que esta “Suma es muy pequeña, que no compensa la muerte de un solo niño de la Amazonía, y más pequeña todavía si se sabe que este dinosaurio petrolero de dos cabezas se llevó miles de millones durante más de dos décadas de saquear el rico y dulce petróleo de Sucumbíos y Orellana. De allí que el grito soberano “Chevron-Texaco nunca más” terminará por imponerse a las amenazas y presiones imperialistas. Será el triunfo de la patria toda, de su derecho a la segunda y definitiva independencia.
Finalmente, el abogado Fajardo informó que se necesita USD 350 mil dólares canadienses para seguir litigando en Canadá, en donde se buscará la homologación de la sentencia o para buscar otras jurisdicciones donde se pueda validarla.