La decisión de abandonar la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR, por parte de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Paraguay pone en evidencia las diferencias políticas que existen en su interior y las injerencias externas que amenazan su supervivencia.
Prácticamente, la mitad de los países que integran la Unasur resolvió, el pasado 20 de abril, alejarse ante la paralización que sufre bajo la actual presidencia pro témpore que ostenta Bolivia.
En un comunicado dirigido al canciller boliviano Fernando Huanacuno y firmado por los cancilleres de los países disidentes, detallan que no participarán en las instancias de la organización “hasta tanto no contemos, en el curso de las próximas semanas, con resultados concretos que garanticen el funcionamiento adecuado de la organización”. De su parte el canciller boliviano manifestó que Bolivia cumple con su deber.
La principal crítica es la falta de un secretario/a general, que desde enero de 2017 se encuentra vacante, mismo que fue dejado por el colombiano Ernesto Samper. En concreto, no existe la posibilidad de designar a un nuevo miembro para este cargo porque, al parecer, no hay consenso entre los 12 países que integran la Unasur.
Hoy en día, el bloque que tenía 12 miembros, sólo se queda con Venezuela, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Guyana y Suriname.
Amerita recordar que la Unasur fue concebida el 8 de diciembre de 2004, en el Cuzco- Perú, en la Tercera Cumbre Suramericana. Finalmente, tras varias reuniones, el 23 de mayo de 2008, se firmó en Brasilia, el Tratado Constitutivo que estructuró y oficializó esta organización.
El primer secretario general fue el fallecido expresidente argentino Néstor Kirchner, después estuvieron dos ex cancilleres: la colombiana María Mejías y el venezolano, Alí Rodríguez; y el último exmandatario colombiano Ernesto Samper.
Sobre sus objetivos, el analista político, Hernán Reyes, afirma “ciudadanía sudamericana, cooperación económica y socio-cultural, términos de paridad y simetría, la construcción de Latinoamérica y el Caribe como una zona de paz, fueron los ejes de la misión de Unasur cuando ésta se creó en 2008, tras ocho años e ingentes esfuerzos que a la larga posibilitaron su creación formal. Hoy, esas metas tienen a quedar máximo como buenas intenciones fallidas o simplemente quedarán en el tacho de basura, barridas por el realismo de la hegemonía del modelo de libre mercado y por la presión del populismo bilateralista y de sojuzgamiento avasallante de Donald Trump.”
En el acta de constitución de la Unasur se establece que su principal objetivo es “construir, de manera participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus pueblos, otorgando prioridad al diálogo político, las políticas sociales, la educación, la energía, la infraestructura, el financiamiento y el medio ambiente, entre otros, con miras a eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social y la participación ciudadana, fortalecer la democracia y reducir las asimetrías en el marco del fortalecimiento de la soberanía e independencia de los Estados”.
Vale señalar que nuestro subcontinente tiene 400 millones de habitantes y una superficie de 17.500 Km cuadrados. Se destaca por poseer el 30% de agua dulce del mundo, ser el primer productor y exportador de alimentos en el mundo, posee reservas de hidrocarburos por 100 años, tiene 8 millones de kilómetros de tierras forestales y está rodeado por los dos océanos más grandes de la Tierra.
Para analizar con más profundidad este tema, actual y polémico, entrevisté al escritor y periodista uruguayo-ecuatoriano, KINTTO LUCAS, quien nos da herramientas para discernir de forma íntegra el destino de este organismo regional.
1.- Seis gobiernos de AMÉRICA LATINA, de corte neoliberal, decidieron apartarse de la UNASUR.
Sí, ellos dicen que es por un tiempo. En realidad salir de la Unasur no es fácil. Si uno ingresa a un Tratado Internacional por medio de una determinada acción, es el Congreso el que ratifica y después el mismo Ejecutivo de cada país. Para apartarse de la Unasur tendrían que decidir nuevamente sus Congresos, acción que es muy difícil porque existen Congresos políticamente atomizados con distintas posturas, por ejemplo: en Argentina, Brasil o Chile no lograrían los votos necesarios. Es decir se necesita la misma cantidad de votos que tuvieron para adherirse como para separarse, según los convenios internacionales.
Decir que se van a salir, en lo real, es imposible. Lo que sí pueden es continuar con lo que han venido haciendo: no darle importancia al organismo o no elegir a su secretario general.
Creo que ellos hacen todo esto para tratar de imponer un secretario general o secretaria porque esta dignidad tiene que ser elegida por unanimidad. Entonces, ellos tienen seis votos y quieren imponer un secretario general, algo que ni Bolivia ni Venezuela van aceptar.
Ecuador y Uruguay juegan en esto a ser bisagra, ya que nunca se sabe con quiénes están. En definitiva, lo que quieren, los seis países, es presionar. Creo que a lo único que podrían llegar es a establecer un acuerdo de que, alguien, sea el secretario general.
Yo diría Michel Bachelet, en razón de que ella tiene una postura de centro que podría ser aceptada por los distintos gobiernos. El mismo gobierno chileno la podría postular por ser chilena. Pero aquí hay un problema que es el litigio territorial entre Chile y Bolivia, que no tiene nada que ver con posturas ideológicas respecto a la integración. Para que Bolivia acepte a Bachelet, ella tendría que comprometerse a no tocar el tema limítrofe porque es un asunto bilateral.
De hecho, los únicos ex presidentes que tienen capacidad de ser aceptados por todos serían Bachelet o Pepe Mujica, este último no aceptaría nunca. Otra posibilidad es elegir entre ex Cancilleres que puedan ser aceptados por todos los países. Definitivamente, es my difícil la situación como para encontrar un acuerdo de manera fácil.
2.- ¿Esta decisión de apartarse de la Unasur obedecería a la política avasallante de Donald Trump?
En parte por esto y en parte porque los propios gobiernos de esos seis países han asumido una postura política determinada. Además, la presión desde los Estados Unidos, para tratar de liquidar Unasur, fortalecer la Alianza para el Pacífico y golpear al Mercosur a través de la salida de Venezuela.
Estos gobiernos además de dejarse presionar, también tienen su postura contraria a una integración mucho más amplia. Ellos son más proclives a un área de libre comercio, algo parecido al ALCA o a los Tratados de Libre Comercio, en las condiciones que ya conocemos. Prácticamente, se juntan las dos cosas, la presión del gobierno de los EEUU y las posturas propias e ideológicas de esos gobiernos.
Lo jinaudito es que estos gobiernos dicen que tienen posiciones técnicas, y en realidad son posiciones ideológicas encaminadas a destruir un modelo de integración que hasta ahora estaba siendo exitoso.
3.- Algunos analistas señalan que este es un golpe rotundo y letal al proyecto integracionista que llevaron adelante gobiernos de izquierda, por ejemplo Rafael Correa, Hugo Chávez, Lula, etc
Sí es un golpe, pero debemos recordar que en la Unasur estaban gobiernos progresistas y de derecha como el de Colombia y Perú, que finalmente aceptaron las reglas de juego que tenía Unasur, por ejemplo: se ayudó a solucionar problemas internos de ciertos países cuando éstos pedían ayuda, pero no se intervino en los problemas internos si no había tal solicitud, así tenemos a Colombia y su guerra civil.
Ahora, el problema es que estos seis gobiernos se están metiendo en los problemas de Venezuela. Antes había un respeto de la autodeterminación de cada país. Cuando hubo litigios entre Colombia y Venezuela, Unasur ayudó a acercarlos a estos países con posiciones ideológicas muy distintas.
.4- Recordemos a nuestros lectores los objetivos por los cuáles fue creado este organismo regional
La Unasur se creó con una visión de integración desde América del Sur. Recordemos que la OEA se creó porque los EEUU necesitaban un ente que reuniera a todos los países de las Américas para certificar las acciones de los ellos, acciones intervencionistas inclusive en la propia América Latina.
En tanto la Unasur fue creada como una instancia que surgió desde los gobiernos y países América del Sur. Con la decisión de gobiernos de izquierda y derecha de llegar a una integración por lo menos primero política porque la integración económica es un poco más difícil por las posturas distintas. En definitiva, se vio que políticamente se podía trabajar en conjunto en razón de que se solucionaron problemas de intentos de golpe de Estado tanto en Bolivia como en Ecuador.
Se crearon Consejos importantes como el Consejo de Defensa. América del Sur vivía dentro de la doctrina de Seguridad Nacional impuesta desde los EEUU, el Consejo de Defensa Sudamericano creó otras visiones por lo menos desde nuestra perspectiva. Desde luego, todavía falta caminar y profundizar.
Se crearon otros Consejos que hacían que los países pudieran trabajar a nivel de infraestructura, por ejemplo: el Banco del Sur. Había distintas soluciones que se estaban gestando desde la propia América del Sur, tomando en cuenta que es más factible porque es una geografía mucho más compacta, más allá del idioma, en el que el español domina. No es como el Caribe en el que existen un montón de países pequeños con idiomas diferentes. En definitiva, había una capacidad de caminar.
5.- ¿Fue realmente la UNASUR un espacio alternativo a la OEA que se sostiene bajo el tutelaje de los Estados Unidos?
Se transformó en eso. Mientras Unasur resolvía conflictos políticos, la OEA en lugar de resolverlos los azuza, esto es lo que está pasando en Venezuela. En este caso, la Unasur se hubiera dedicado a resolver ese problema, ahí radicaba su credibilidad.
Por esto, era necesario desde estos seis países y los EEUU echar leña al fuego a fin de liquidar Unasur, simplemente porque era un proyecto chavista. En realidad Hugo Chávez fue el que impulsó su creación por su visión integracionista. Pero no fue un proyecto solo chavista ya que después se fue consolidando con países que eran totalmente de derecha. El propio Álvaro Uribe aceptó a Unasur.
6.- Otros organismos regionales como el Mercosur y el Alba tampoco han podido cumplir con sus objetivos, por qué
El Mercosur surgió como un proyecto de los gobiernos neoliberales del momento, como Color de Melo o Carlos Menen, para que sea una pequeña área de libre comercio. Después se fue transformando por la llegada de gobiernos progresistas que trataron de cambiar para que sea un proyecto de complementación económica, que tome en cuenta las asimetrías con los países más pequeños. Ahora lo que quieren estos gobiernos es volverle a aquel proyecto original, en el que imperaba la lógica de “sálvese quien pueda”.
Esta es la razón por la que el Mercosur entró en crisis. Sobre todo, cuando ingresaron Venezuela y Bolivia éste se volvíó más amplio, por eso le sacaron a Venezuela y ahora Bolivia está en stand by a ver qué sucede.
El problema del ALBA es otro, ya que siendo un proyecto ideológico, sí se acota dentro del proyecto los gobiernos que lo pueden integrar. De alguna forma los gobiernos que lo integran deben estar de acuerdo con lo que se propone ese proyecto. Proyecto de complementariedad, de intercambios, equidad y solidaridad, en el que Venezuela ha sido sumamente solidario con Cuba y otros países, características que no hay en otros proyectos. Gobiernos que no tienen esa postura ideológica es muy difícil que ingresen al Alba.
A nivel de actuación en los organismos multilaterales sea la ONU o la OEA, el ALBA fue un bloque importante que siempre lo han tomado en cuenta.
7.- Sectores políticos ecuatorianos ya hablan de cuál sería el destino de la sede de UNASUR en la Mitad del Mundo
Eso es un absurdo porque Unasur no se termina. Para terminar Unasur los Congresos de esos seis gobiernos deberían aprobar su salida de Unasur por un margen de votación mayor al que tuvieron cuando ratificaron su ingreso, cosa imposible, eso es inviable. Por eso cuando se ratifican este tipo de convenios siempre se buscan que lo ratifiquen los Congresos, simplemente porque mañana viene otro Gobierno y entonces me voy. Es una tontería pensar que la sede sería para el Municipio de Quito o la Prefectura de Pichincha.
Lo que sí necesita Unasur es una reestructuración interna. El problema es su reglamento ya que este colocó al secretario general casi que por debajo de los delegados de los países. Los delegados de los países miembros de la Unasur son funcionarios de tercera de las cancillerías.
Lo que se tendría que transformar es que en la Sede, los países tengan representantes que sean realmente embajadores, en vista de que esos delegados solamente se reúnen, cuando el país es Presidencia Pro Témpore.
Todas las reuniones no se dan en la Secretaría General o Sede, sino en los países que son presidencia pro témpore. Si se cambia lo de los delegados por embajadores, que tienen otro tipo de representatividad, podrían reunirse aquí en la sede de Quito y representarían sus países.
Ese sería un cambio en el reglamento que no sería tan inviable. Siendo embajadores son mucho más representativos que los delegados pero además se reunirían aquí en Quito, no en la presidencia pro témpore. Según el reglamento aquí sólo se volverían a reunir los presidentes de los países miembros cuando Ecuador sea presidencia pro témpore, nuevamente.
8- Mientras tanto ¿qué se puede hacer para defender este espacio integracionista regional?
Bueno, las direcciones y los consejos están funcionando. Los países que sí quieren mantener el organismo regional tendrían que ceder algo y buscar una opción. Los países que son bisagras tipo Ecuador y Uruguay tendrían que buscar una salida, en lugar de ponerse de un lado o del otro, buscar y apoyar una salida que todos puedan aceptar. Eso sería lo fundamental.
Hasta aquí las declaraciones de nuestro invitado Kintto Lucas. Personalmente, auguro que las actuales divergencias se superen en consideración de los objetivos por los que se crearon el organismo regional. El mundo en la actualidad está constituido en bloques y América Latina no debería abstraerse de esta herramienta de la geopolítica, por algo, en el argot popular se dice: LA UNIÓN HACE LA FUERZA.