PUERTORRIQUEÑOS DESTACADOS EN NEW JERSEY: ARMANDO RODRÍGUEZ, DEFENSOR DE LOS DERECHOS CIVILES

Se ganó el respeto de la comunidad por sus convicciones de justicia social

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Por los años 60 y 70 en el condado de Camden, al sur de New Jersey, existía un grupo de jóvenes hispanos inquietos conocido con el nombre de “Los Doce Apóstoles”. La mayor parte del grupo apellidaba Rodríguez, aunque entre ellos no tenían parentesco.

Uno de sus integrantes del que hoy nos ocupamos, es el líder puertorriqueño comunitario Armando Rodríguez, quien muy joven salió de Puerto Rico, pasó unos años en Nueva York y luego se trasladó a New Jersey para fijar entonces su residencia en la ciudad de Camden, aunque más tarde se mudó al área norte del Estado Jardín. Al inicio de 1970, Rodríguez  llegó a ocupar una alta posición gubernamental en la División de Derechos Civiles del Estado de New Jersey, y se caracterizó por ser un servidor público respetado y  preocupado por la justicia social.

En ese entonces, las familias puertorriqueñas empezaron a extenderse por Camden, Allentown, Vineland, Millville y otras ciudades del sur y norte de New Jersey. Sus hijos asistían a las escuelas públicas y las bodegas latinas empezaban a dar servicios con letreros en español. Armando, recuerda muy bien el grupo de los “Doce Apóstoles”, porque sumaba una docena y se reunía periódicamente para hablar de la situación en Puerto Rico, los problemas en los países latinoamericanos, los candidatos de turno en Camden y de otras ciudades. Algunos de ellos eran simpatizantes republicanos, otros demócratas y algunos de ellos progresistas.

“Yo he sido un creyente conservador y creo todavía en el republicanismo, porque ha tratado de resolver los problemas de los pobres”, nos dice Armando, quien se ganó el respeto de la comunidad por sus convicciones de justicia y su lucha por la vigencia de los derechos humanos.

Armando, de 82 años de edad, en comunicación telefónica con Puerto Rico donde vive actualmente, expresa su satisfacción de haber sido un defensor comunitario entre los puertorriqueños en décadas pasadas y un buen servidor público.

 

En el Condado de Camden

Nacido en 1934 en Lajas, Puerto Rico, Armando, creció con su familia en este hermoso lugar que con el tiempo se convierte en un centro turístico por su bahía Fosforescente y la pesca. Prestó servicios en el Ejército estadounidense cuando tenía 17 años y estuvo asignado a una base en Alemania durante la guerra de Corea.

En 1962, estando en San Juan, Puerto Rico, nos relata que finalizó sus estudios en la Universidad de Puerto Rico y obtuvo la Licenciatura en Ciencias Sociales. “Al comienzo quise ser un ingeniero civil y no lo logré, por lo que escogí los asuntos políticos y sociales”. Estando en New Jersey, prosiguió capacitándose y obtuvo una certificación en Gestión Pública (Certified Public Management) en la Universidad de Rutgers New Jersey.

Después, decide buscar nuevos horizontes.  En el condado de Camden, se involucra en los movimientos juveniles políticos de esa época. “Con el grupo  de Los Doce Apóstoles le dimos apoyo al  activista cubano Mario Rodríguez, quien no era mi pariente y postulaba para la alcaldía de Camden y lamentablemente perdimos en las elecciones”, refiere Armando, acerca de sus  primeras experiencias en la política.

Armando fue uno de los líderes comunitarios que se involucró en la fundación del Puerto Rican Congress of New Jersey (Congreso Puertorriqueño de New Jersey). Junto con otros pioneros de ese entonces, participó en la junta de directores y se mantuvo activo en la defensa de los derechos de nuestra comunidad y los servicios a los trabajadores y su familia.

En esa época, los puertorriqueños que llegaban procedentes de la Isla, vivían dispersos en varias ciudades del sur y norte. Informes de la Universidad de Rutgers señalan que la mayor parte no tenía mucha destreza en el idioma inglés y les pagaban bajos salarios. En aquel tiempo, se crean programas como el Equal Opportunity Funds (EOF) de la Universidad de Rutgers (Rutgers College South) para atraer a nuevos estudiantes puertorriqueños y otros grupos minoritarios. Para este programa fueron contratados Armando Rodríguez y Ángelo Carrión y se dedicaron a reclutar más estudiantes.

Más adelante, Armando junto a otros activistas decidieron involucrarse en actividades políticas. Vieron con simpatía la candidatura para la gobernación del entonces candidato republicano William Cahill y deciden apoyarlo. “A Cahill le dimos nuestro apoyo porque pertenecía al condado de Camden, caminábamos y tocábamos puertas en su campaña por varias ciudades”, asevera. Cahill, logra ganar la gobernación (1970-1974).

Según informes periodísticos, como gobernador, Cahill se preocupa por la educación y mejores programas estudiantiles, destinando fondos dentro del presupuesto para los estudiantes con desventajas económicas, de modo que la juventud pueda acceder a las universidades. De este modo los estudiantes puertorriqueños y de otros grupos logran un mayor acceso a los estudios universitarios, señalan informes de la época. Asimismo, Cahill, prestó su apoyo en el desarrollo del Puerto Rican Congress y otras organizaciones nos confirma Armando.

En la Admistración del gobernador Cahill, Armando ingresa a trabajar como investigador de la División de Derechos Civiles del Departamento de Seguridad Pública del estado. Su desempeño fue muy favorable  en esta agencia que establece varias oficinas. “Me ocupé al comienzo de investigar los casos de discriminación. Había muchos problemas de discriminación en empleos y acceso para las mujeres en locales públicos, porque algunas eran rechazadas al acudir a los salones de belleza”, relata Armando, quien tiene recuerdos negativos del rol de los sindicatos de ese entonces. “Muchos de ellos (sindicatos) rechazaban a los hispanos y afro-americanos, todavía existe discriminación en el empleo y la vivienda”, agrega.

En 1982, Thomas Kean, elegido gobernador, lo promueve como sub- director de esta agencia y actuó por un tiempo como director interino de la División de Derechos Civiles. “Me siento orgulloso por mi trabajo desarrollado en la División de Derechos Civiles, en la cual pude realizar cambios favorables. Me satisface ver que siguen desempeñándose algunos empleados que yo nombré”, añade Armando.

 

Asonadas de discordia y divisionismo

En un período no muy grato en su experiencia gubernamental, Armando debió salir en defensa de la comunidad hispana en New Jersey. “Apareció un movimiento de un sector de los Afro-americanos para desplazarnos. En las oficinas de desempleo y otras agencias de servicios, los funcionarios afro-americanos ejercían mucho control en el personal y nos marginaban. Yo fui parte de un movimiento hispano para poner fin a estas amenazas”, recuerda.

A principios de los años 80, Armando, nuevamente tuvo que hacer frente a otra asonada divisionista, esta vez por parte de ciertos seudo líderes puertorriqueños que se dedicaban a fragmentar la comunidad hispana y sembrar discordia en contra de los cubanos exiliados que llegaban a New Jersey y otros estados, particularmente en la época del éxodo de los cubanos por el puerto de Mariel en el régimen castrista.

“Armando, al que considero un buen amigo, contuvo esta situación y por su visión pudo superar este divisionismo. “Armando, sembraba cordialidad, mientras otros sembraban rivalidades banales”, refiere el profesor Rolando Alum, organizador comunitario y respetado académico en antropología, quien además ostentó posiciones de relevancia en los gobiernos federal y estatal.

 

El abuelo de los hispanos republicanos

Armando, a quien se le recuerda como el “abuelo de los hispanos republicanos”, en 1993, participa activamente en la Coalición Hispana Republicana, HISREPCO, junto con distinguidos líderes comunitarios como Lydia Valencia, Rolando Alum, Dennis González, Daniel Guadalupe, John Fuentes, Ken Seda, Clara Fresneda, entre otros. Esta se acopió finalmente al Capítulo de New Jersey de la Asamblea Nacional Republicana cuando Dennis González deviene en su presidente.

“Tanto la Asamblea como HISREPCO se mantuvo activa por algunos años y apoyamos de alguna manera a los mejores candidatos”, señala Armando, al referirse a las campañas políticas en las que participó en favor de los candidatos republicanos Thomas Kean y Christie Todd Whitman. Pero no todo fue favorable en las lides políticas. “Cuando salió elegida Whitman tratamos de convencerla para que el doctor Eric Muñoz, vinculado al Partido Republicano, fuera nombrado Comisionado de Salud y no tuvimos resultados favorables”. Finalmente, el puertorriqueño Gualberto Gil Medina, fue el único hispano nombrado en el gabinete de Whitman.

Armando, perteneció a varias juntas y comisiones importantes. “El presidente Reagan me nombró para integrar el grupo asesor del Secretario de Agricultura”. Además fue miembro de Equal Employment Commission y del New Jersey Ethnic Advisory Board en Trenton, entre otras instituciones.

En 1982, estando en el gobierno estatal como subdirector de la División de Derechos Civiles, Armando, fue separado intempestivamente de su cargo, aún cuando mantenía buenas relaciones con el entonces gobernador demócrata Jim Florio (1990-1994). Posteriormente, Whitman, al ganar las siguientes elecciones para la gobernación, no se interesó en que Armando se reintegre a trabajar en su administración, lo cual provocó disgustos en la comunidad hispana. “Yo personalmente jamás le perdono a Whitman esta actitud”, sostuvo el profesor Rolando Alum al ser consultado acerca de lo sucedido.

Armando, continuó sus actividades ya no en el gobierno estatal  sino en el equipo del Congreso Boricua de New Jersey a cargo de Lydia Valencia, directora ejecutiva. Después de un tiempo, decidió retirarse y retornar a Puerto Rico. “Me dedico a compartir con mi familia, mis amistades y cuidar mi salud”, termina diciendo Armando, un baluarte de los hispanos del Estado Jardín.

 

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