Microsoft lleva tiempo presionando a sus usuarios para que instalen la última versión de su sistema operativo, Windows 10. Pero esta vez ha puesto una fecha definitiva si no quieren tener que pagar por ello: el 31 de diciembre de 2017.
A partir del 1 de enero, quienes tengan Windows 7 u 8 ya no podrán actualizarlo gratuitamente.
En mayo del año pasado, la compañía tecnológica generó mucha polémica cuando puso en práctica un»truco sucio» -tal y como lo describieron sus críticos- que obligaba a actualizar el sistema sin la autorización del usuario.
Poco después lo desactivó, e incluso alargó el plazo de la descarga gratuita, que en principio terminaba el 29 de julio de 2016.
¿Por qué tanta insistencia en que sus usuarios lo instalen?
El programa ha dado varios problemas desde su lanzamiento, hace ya dos años: pantallas azules, cámaras inutilizables o fallos de rendimiento y de conexión wifi son tan sólo algunos ejemplos.
Las ventajas
Sin embargo, Microsoft defiende que es un paso adelante.
«La actualización de Windows 10 es una elección diseñada para ayudar a la gente a aprovechar el Windows más seguro y más productivo«, dijo un vocero de la empresa estadounidense.
Entre las nuevas funciones del sistema operativo está la opción de ver el consumo de la tarjeta gráfica desde el administrador de tareas o mejoras visuales.
Además, tiene cinco años más de actualizaciones de seguridad que Windows 7.
«Por favor, aprovéchate de esta oferta antes de que se acabe, el 31 de diciembre de 2017», se lee en el sitio web de Microsoft.
Pero eso no es todo. Quienes decidan no actualizar su computadora, dejarán de recibir soporte oficial por parte de la compañía.
Eso significa que sus equipos dejarán de notificar cuándo hay errores y no se solucionarán los fallos de funcionamiento.
Por ahora, Windows 7 continúa siendo el sistema operativo de Microsoft más usado en todo el mundo, con más del 47%. El segundo más usado es Windows 10. De momento, apenas alcanza el 30%.