Tlayacapan Morelos

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Durante el imperio Azteca, a Tlayacapan se le otorgó gran importancia debido a su estratégica ubicación geográfica, aquí convergían los caminos provenientes de Puebla, Oaxaca y Acapulco, convirtiéndose este lugar en la “puerta de entrada de Tenochtitlan” y lugar de descanso para las peregrinaciones que se dirigían a “Chalma”.

La primera traza urbana de Tlayacapan es obra de los Xochimilcas, la cual fue modificada por los aztecas en el siglo XV a ordenanza de Moctezuma Ilhuicamina, empleando para ello la experiencia adquirida en la fundación de Tenochtitlan.

Como testimonio de su tránsito por lo que hoy conocemos como Tlayacapan, los primitivos que conocieron esta tierra, inspirados por la belleza y bondad de éste entorno, plasmaron su sensibilidad creadora en rocas.

Venciendo el paso de los años, estas manifestaciones del arte se encuentran aún en los cerros “Zihuapapalotzin” y “Yacatl” así como en la barranca de Tepechi.

Esta región fue primeramente habitada por tribus de origen Olmeca desde el año 1400 a.C. y posteriormente por Toltecas.

En el año 1100 d. C. se asentaron grupos Chalcas y Xochimilcas, siendo estos últimos los que empiezan a dar orden a las casas que en ese entonces, eran de paja y lodo.

Tlayacapan tras una feroz lucha, fue conquistada por Hernán Cortéz el 12 de abril del año de 1521.

Según la etimología náhuatl (Tlalli = Tierra, Yacatl = Nariz y Pan = Sobre) por lo que Tlayacapan significa “Sobre la Nariz de la Tierra”

Los españoles y la evangelización

Con su triunfo militar en el lugar y admirado de su traza urbana, Hernán Cortéz ordenó la evangelización de los nativos, instruyendo también que se edificara sobre este mismo lugar, una villa colonial y que además se respetara en lo posible la traza urbana encontrada.

En 1534, Tlayacapan era un pueblo de “visita” para los frailes de la orden de “San Agustín”, en el que se construyo la capilla abierta y parte del claustro. Los frailes Agustinos visitaron esta población y fundaron una vicaria, para establecer más tarde un lugar más apropiado. Para 1539, el virrey Antonio de Mendoza dotó de sus tierras a este pueblo mediante sus “Títulos Primordiales”. El padre Vertabillo hizo la fundación del “ex Convento de San Juan Bautista” en 1544 y ante el desarrollo inesperado, el convento se convirtió en priorato en el año de 1566 (Alpio 1984).

Actualmente Tlayacapan es cabecera del Municipio del mismo nombre, constituido por cinco barrios; Santa Ana, el Rosario, Tezcalpan, Exaltación y Altica.

Tlayacapan cuenta con dos museos de gran relevancia, El Centro Cultural La Cerería, monumento arquitectónico que data del siglo XVII. Este edificio fue en su esplendor una fabulosa fabrica de velas. Debido a que Tlayacapan era paso obligado a la ciudad de Tenochtitlan todas las personas de los alrededores se venían a abastecer de velas. A la fecha este edificio fue reparado y convertido en centro cultural en donde muy a menudo se montan exposiciones, ya sea fotográficas o de figuras de diferentes lugares y costumbres.

Museo en el interior del ex Convento de San Juan Bautista. Se puede visitar un museo de sitio abierto en lo que fue el refectorio, la sala de profundis y la sacristía, donde además de otros valiosos objetos se pueden admirar unas momias, que fueron descubiertas al restaurar la iglesia en el año de 1982. En el interior de la nave mayor muestran los diferentes tipos de personajes que fueron sepultados en dicho lugar.

El municipio de Tlayacapan es parte de la Ruta del Volcán, por su ex Convento de San Juan Bautista es un edificio colonial declarado por la UNESCO en 1996 como patrimonio de la humanidad.

Fundado por los frailes Agustinos en 1534. Su templo es notable por sus enormes proporciones destacando el límite superior del imponente frontispicio de más de 30 metros de altura el cual culmina con una elegante espadaña triangular que alberga seis campanas y apunta al firmamento. Su tipo de ornamentación pertenece al estilo llamado plateresco, elegantemente desarrollado en los suntuosos edificios novo hispánicos de la orden de San Agustín.

La artesanía de Tlayacapan data de más de 500 años, pasando de generación en generación, hasta lograr ser un centro turístico artesanal donde las familias de artesanos viven de la venta de sus productos como la cerámica de barro en macetas, alcancías, figuras, ollas de todos tamaños, comales, jarros, cazuelas y vajillas completas de barro vidriado y con tintes de gran colorido, es lo que caracteriza al pueblo de Tlayacapan, así como su fábrica de alta temperatura en cerámica.

En gastronomía la comida típica tradicional es el mole rojo, acompañado de tamales de frijol y el mole de pepita (verde) que se acompaña de tamales de ceniza, además de la cecina y sus exquisitos mixiotes.

Tlayacapan también tiene su carnaval con los chinelos que son hombres disfrazados con un traje típico, vistoso sombrero adornado con multitud de figuras alegóricas bordadas a mano y con pedrería de chaquira que son verdaderas obras de arte y una máscara rojiza con barba prominente curveada hacia el frente. Esta celebración se realiza antes del primer viernes de cuaresma y termina el miércoles de ceniza.

ConInformación del Museo y Centro Cultural la Cerería.

Conaculta-INAH

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