“La tierra luce como un cuento de hadas,” así describió el explorador noruego Roald Amundsen al Antártico. Y así es. Esta fue nuestra tercera visita a esta frontera del fin del mundo, a veces llamada “el Continente Blanco” por sus bellos panoramas de hielo y nieve, y en esta ocasión vinimos a bordo del barco Amsterdam de Holland America en una travesía de 128 días alrededor del mundo.
La belleza de la Antártida era evidente mientras navegábamos en la bahía Admiralty Bay en la isla King George Island, una de las islas del grupo de las Shetlands. La bahía, con montañas nevadas, es un primor.
Aquí y allá se divisaban pingüinos y otras aves marinas, focas y ballenas, pero generalmente en la distancia, pudiéndose apreciar por medio de binoculares. Los viajeros que gusten de ver la fauna de la Antártida de cerca, pueden optar por un barco pequeño que ofrece expediciones y excursiones por medio de zodiacos. Nosotros hicimos una expedición así en el barco alemán Hanseatic con unos 200 pasajeros en el 2000 y nos encantó pues pudimos bajar seis veces en el Continente Blanco.
Los viajeros que prefieran barcos más grandes, como el Amsterdam (con 1,300 pasajeros) tienen el confort de cruzar el a veces tumultuoso Pasaje de Drake que separa a las Islas Malvinas/Falklands de la Antártida con más estabilidad y con más facilidades, incluyendo grandes salones de observación y entretenimiento musical nocturno (estas facilidades abundan en los barcos más grandes en contraste a los pequeños barcos de expedición).
El explorador británico Ernest Shackleton y otros exploradores de la Antártida se hubieran sorprendido al ver el alto nivel de comodidades que nosotros disfrutábamos en estas latitudes remotas. Teníamos café, chocolate caliente, sopas y bocaditos para que nadie pasara hambre o sed, mientras disfrutaban de los panoramas al aire libre.
Cenas especiales celebraban a los exploradores de los Siglos XIX y XX y al Continente Blanco, con platillos con tema de la Antártida, como Bacalao de Amundsen, y decorado con tema invernal en azul y blanco, centros de mesas inspirados en bolas de nieve y alumbramiento especial en el comedor del barco. Las temperaturas por el día iban de 34 a 39 grados a finales de enero (el verano en la Antártida).
Puntos de interés visitados incluyeron, además de Admiralty Bay donde se encuentran varias bases de científicos incluyendo la base del Brasil en la isla King George;
la isla Deception Island, volcánica y con una colonia de pingüinos; el fiordo Neumayer y Paradise Harbor, ambos con sinfonías de montañas con picos nevados y glaciares.
Armados de abrigos y binoculares, nosotros y otros pasajeros avistábamos colonias de pingüinos y focas, y ballenas jorobadas y Minke a distancia del barco. Muy impresionante también eran los témpanos de hielo, que vimos en Paradise Harbor, en el canal Errera Channel y otros puntos. Algunos de los témpanos tenían hielo azul y verde y formas lindas –uno parecía un castillo; otro una casa; otro un velero. ¡El capitán de nuestro crucero, Jonathan Mercer, estimó que un iceberg tabular que vimos tenía 400 pies de altura!
En Paradise Harbor también vimos y fotografiamos una preciosa colonia de pingüinos Gentoo al contorno de la linda estación científica de Chile que está decorada con la bandera del país.
Científicos de la base científica Palmer no pudieron venir a bordo de nuestro barco para ofrecer una charla sobre sus trabajos científicos y la vida en el Antártico ya que por precauciones contra el viro Corona no estaban permitidas las visitas a barcos esta temporada.
Al ir y al venir del Antártico nuestro itinerario listaba una escala interesante en las Islas Malvinas/Falkland Islands, cruzaba el Cabo de Hornos, y paraba una noche y parte de un día en Ushuaia en la Argentina.
La escala en las Malvinas, programada con visita a Stanley, no se pudo realizar ya que las condiciones del mar y atmosféricas no lo permitieron. En nuestra expedición anterior habíamos tomado excursiones para ver los pingüinos en Volunteer Point y Bluff Cove, y también ya habíamos visitado a Stanley, un pintoresco pueblo con casas y edificios en colores brillantes.
Entre los puntos de interés que se pueden visitar se encuentran un arco de huesos de ballena, monumentos a la Guerra con la Argentina en el 1982 y varios barcos naufragados.
Otras atracciones de las islas incluyen el museo Falkland Islands Museum con muestras sobre las ballenas y la Casa del Gobernador.
El Cabo de Hornos, divisado temprano en la mañana un día en rumbo a Ushuaia, Argentina, lucía impresionante y tenía la cima en las nubes. En una de nuestras visitas anteriores en barco de expedición nos bajamos y pudimos apreciar el monumento a las tripulaciones de barcos que naufragaron aquí a través de los siglos.
En “el fin del mundo,” como a veces se le llama a Ushuaia, habíamos visitado en nuestra expedición anterior, el Parque Nacional de Tierra del Fuego, con bellos bosques, lagos y montañas, y que tiene en su recinto el final de la Carretera Pan American Highway, así que preferimos dar un paseo por la ciudad.
Ushuaia es un sitio pintoresco con un telón de bellas montañas y arquitectura de algunos de los edificios que le dan un aire suizo y se encuentra en el Canal Beagle Channel (así nombrado por el barco de expedición H.M.S. Beagle en el cual Charles Darwin navegó y realizó observaciones para su teoría de la evolución.
Ushuaia, al pie de los Andes del Sur, tiene unos 80,000 habitantes, varios monumentos interesantes, un letrero pintoresco que anuncia que uno está en el fin del mundo, y una calle principal, la calle San Martín, llena de tiendas de souvenirs, restaurantes y bares.
Hay un museo marítimo con mapas antiguos y modelos de barcos y otros museos. El Presidio, fue la prisión donde los criminales más notorios de la Argentina estaban encarcelados –se cerró en el 1947.
Al partir de Ushuaia en nuestro barco, nos aseguramos de estar en cubierta, para ver sus bellos panoramas de impresionantes montañas nevadas, con el pueblito a sus pies.
Después de Ushuaia y visitas a los fiordos chilenos y puertos en Chile, nuestro crucero alrededor del mundo nos llevará a cruzar el Pacífico rumbo a la Polinesia Francesa.
Datos interesantes sobre la Antártida:
Área: 14.59 millones de millas cuadradas – es el quinto mayor continente.
Espesura promedio del hielo del continente helado: 7,546 pies.
Montaña más alta: Vinson (16,066 pies).
Cantidad promedio de hielo en verano: 1.5 millones de millas cuadradas; en invierno: 7.3 millones de millas cuadradas.
Temperatura más baja registrada: -128.2 grados F.
Número de bases científicas presentes en el 2017: 77.
Política: El Tratado del Sistema Antártico del 1961, el cual 53 naciones aceptaron en el 2018, dedica al continente a estudios científicos y pacíficos.