ANTECEDENTES
La charreada de hoy en día recibe el toque femenino cuando la mujer a caballo, la Reina y la Escaramuza hacen acto de presencia, desfilan y posteriormente ejecutan sus espectaculares circunvoluciones en la charreada. Como final de la fiesta, bailan el Jarabe Tapatío acompañadas de gallardos charros.
Los espectadores aplauden cuando ven al grupo realizar sus precisas y bellas evoluciones simulando una pequeña revuelta, que fue origen de su nombre: «Escaramuza Charra”.
El grupo tuvo y mantiene todo para ser considerado un gran espectáculo: colorido, riesgo inminente, pericia, coordinación, valor a toda prueba; la alegría reflejada en el rostro de las participantes que transmiten al público asistente – variedad -. Variedad que cada vez se hace más complicada y requiere de constantes entrenamientos.
Se monta «a mujeriegas», es decir, -de lado- en una albarda de origen europeo que a través de los años tomó las formas propias de la Charrería en una evolución que data de más de cien años e iniciada en países de Europa y África.
Así vemos por ejemplo la escuela árabe de la Jineta. La presencia de estos pequeños grupos a los que llaman «Cuadrillas» por los escasos elementos que la integran, se remonta a varios cientos de años. A estos mismos grupos pero más numerosos y evoluciones más complicadas se les aplicaba el vocablo «Carrusel», ambos nombres en completo desacuerdo con nuestro léxico charro, como también el de Escaramuza, sin embargo los dos últimos fueron los que llegaron para quedarse cuando hace cinco décadas su presencia quedó bien establecida al conjugarse una serie de factores para su aceptación.
Alrededor del año 1800, Henri Lang hace referencia a un grupo inglés femenil a caballo conocido como: «March of the Hussars»; en 1843 encontramos el francés del «Circ1e des Champs Elysée»; en 1876 los del «Corty Circus» de Berlín; las Cuadrillas Mixtas, las de la policía montada y las de «Deputy Sheriff». Estos antecedentes de la Escaramuza en países como Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda e Inglaterra.
En cuanto a grupos ecuestres mexicanos he encontrado las referencias de un grupo de ocho «Mexican Señoritas» que participaban en las giras del «He al y and Bigalow Companys Medicine Show», que producía el Pawnee Bill Will West Show en el año de 1887, en el que realizaban peligrosos y arriesgados movimientos a caballo. En un cartelón de la época se puede apreciar.
Al grupo femenino montando -de lado- vestidas de Adelitas, con sombreros jaranos, en fila india y brincando unas pacas.
En 1890, Pawnee Bill presentó otro espectáculo al que invitó a varios mexicanos que presentaban una carrera parejera a caballo. A pie ejecutaban un «bailable a caballo» (Mexican Contradance) formado por varias parejas; también, los acompañaba un lazador llamado José Barrera y una banda de doce músicos.
El primer caso nos habla de un grupo femenino que puede ser considerado como el precursor de las Escaramuzas, y el segundo, inicador del Carrusel Charro integrado años después específicamente en 1953, por niños y niñas de la Asociación Nacional de Charros.
LA ESCARAMUZA CHARRA
La actividad de los grupos antes citados y de la Charrería en general, se vio interrumpida durante los años que duró la Revolución Mexicana, para después renacer con mayor brío y algunas modificaciones.
Se forman asociaciones estableciéndose en varios estados de la república mexicana; en sus actividades participaban los socios que provenían de las haciendas ganaderas que se habían refugiado en las grandes ciudades durante la contienda bélica, así como charros de nuevo cuño que trataban de aprender como ejecutar las faenas vaquerizas contratando a charros profesionales para ello.
PRIMERA REINA Y CAPITANA
Se empezaron a impartir clases a las que asistían desde los pequeños vástagos. En tanto las damas, fuera de algunos grupos como los de San Luis Potosí, Guadalajara y More1ia, se abstenían de asistir a los ranchos charros por el ambiente tan bravío post-revolucionario que existía.
La Asociación Nacional de Charros trató de vencer esta situación al nombrar en el año de 1925 a su «Primera Reina y Capitana», la Srita. Ana María Gabucio y Sánchez Mármol, estableciendo. Además, la primera Escuela Charra al mando de Rodolfo Rodríguez.Años más tarde, bajo el patrocinio de la Metropolitana, se funda la Asociación Metropolitana de Chinas en 1933, integrada por las esposas, hermanas e hijas de los mismos socios, las que también ayudaron en todas las actividades a sus esposos y padres, estableciendo otra escuela de equitación charra al mando del entonces capitán José Ignacio Lepe fundó el grupo de Damas Charras del Círculo de Amigos Charros de Villa Obregón (San Ángel) que se presentaban, junto con los charros, en festivales y desfiles.
Una crónica de la época relata que se presentaban: «Muy bien montadas, elegante y vistosamente ataviadas como charras. Ejecutaban algunos ejercicios al paso, al trote y al galope». Algo parecido a lo que años antes había organizado Lepe con los charros «Guardabosque» del Escuadrón Montado de la Policía del Distrito Federal.
Los antecedentes inmediatos de las actuales Escaramuzas Charras, que ejecutan sus movimientos siempre a galope y por lo regular vestidas de Adelita habían echado raíces junto con otros factores indispensables para su surgimiento. Nada aparece en forma espontánea, siempre es indispensable una evolución y el momento propicio para ello.
Varias mujeres comenzaron a mover los caballos montadas a mujeriegas, tan bien o mejor que los hombres. En el grupo de San Ángel había un ramillete de amazonas entre las que figuraban Alicia Sarmienta y Lily Romero, quienes se daban el «quién vive» en tan arriesgada ejecución contra Edith Calcáneo y Lupita Monroy, rivalizando con la representante de la Nacional, la gentil Malena Lucio.
Sin embargo, a pesar de estos ejemplos de pundonor, vergüenza, habilidad, gracia, belleza y señorío, los charros siempre se oponían a que las mujeres compitieran en charreadas formales. Pero no pudieron impedir su participación cada vez más mayor en el medio charro, que aunado al creciente número de niños y niñas que iban a practicar a la escuela charra, crearon las condiciones propicias para el gran cambio que tuvieron las asociaciones en su estructura y la Charrería en general, a la que en forma definitiva se integraría y participaría toda la familia.
En 1952, don Everardo Camacho Mora, Presidente de Asociación Nacional de charros, se dio a la tarea reglamentar y ampliar la Escuela de Charrería, que hasta ese entonces habría tenido un único maestro «El San Luis», nombrando ante la gran cantidad de alumnos a otros dos instructores: Luis Ortega y Rafael Ramos.
A Malenita Lucio le había tocado en suerte iniciar este gran paso. Ella montaba inicialmente en un club hípico, pero bajo la instrucción del Gral. Manuel Mercado, cambió al estilo charro, convirtiéndose de 1947 a 1953 en la menudita y graciosa estrella de la Nacional, calando en casi todas las fiestas de la asociación en forma maravillosa, y a manera de diversión, durante las prácticas, jugaban con los niños y niñas charras, a «La Roña», «Los Encantados», y a «Lo que hace la mano hace la otra», montando a caballo.
Don Everardo Camacho, con ese carácter muchachero que tenía, se ponía al frente de un grupo semejante integrado pos sus hijos: Pepe, Toña y Lupe, y los del Ing. Santiago Ruiz Gómez: María Eugenia. Graciela y Arturito, grupo al que se agregaban frecuentemente Manolito Herrera y Lalo López Becerril. El Ing. Ruiz fue otro de los grandes promotores para formar el grupo femenil.
A Luis Ortega se le confió la instrucción del conjunto y puso en práctica los movimientos que había observado en los grupos de la policía montada y a las cuadrillas mixtas formadas por veinte parejas en los Estados Unidos: vistosas evoluciones en perfecto orden y uniformidad.
Pronto empezó a presentar al pequeño «rebaño» ante el público de México. Fecha memorable en los anales de la Charrería organizada el 7 de marzo de 1953, cuando se presentaron al público esos niños de 5, 6 y 7 años que aportaban algo nuevo, un arte distinto en la doma y a la monta a la usanza mexicana. Había nacido el -Carrusel Charro-, fecha que más tarde sería reconocida como el día de las Escaramuzas.
LAS CORONELAS DE LA NACIONAL
Debido al deseo de los niños de practicar más faenas propias de los hombres, hizo que su presencia fuera sustituida por niñas y fue cuando el conjunto adquirió sus características actuales. Bajo la música de «Las Coronelas», gusto que se le atribuye al teniente Coronel Enrique Ramos Cabañas, papá de Julieta Ramos, integrante del grupo, fue cuando tomo el nombre de -Escaramuza Charra-.
Ese primer conjunto femenil lo formaron Lilia López Becerril, Susana Mondragón, Julieta Ramos, Graciela y María Eugenia Ruiz Loredo, y Lupe Camacho durando juntas relativamente poco tiempo al casarse Julieta y, convertirse las Ruiz Loredo en rejoneadoras, agregándose entones al grupo Rosalía Ransanz, Holda Esther del Rivero, Gloria y Margarita del Castillo y Elia Flores.
Bien vestidas, alegres y muy bien montadas, eran invitadas por todas las asociaciones del Distrito Federal y del interior de la república, entrando en el gusto del público asistente y haciendo escuela al despertar el deseo de los elementos femeniles de otros ranchos charros, de contar con un grupo semejante al de «Las Coronelas de la Nacional», como se le comenzó a designar.
Largo ha sido el camino que se tuvo que recorrer, pero que satisfactorio para todos los que intervinieron en su formación. Ver cómo ha proliferado y están presentes en todos los eventos charros de gran categoría y como su repercusión llegó fuera de nuestras fronteras y formándose Escaramuzas en las asociaciones charras de Estados Unidos, Cuba y Francia, además que ha habido intentos en otros países como Panamá y Japón, entre otros.
Actualmente, cientos grupos participaron deportivamente durante 2007 en exhibiciones, torneos, ferias, competencias regionales y nacionales bajo sus estrictos reglamentos, ganándose un primerísimo lugar dentro de la Charrería organizada y logrando incrementar el interés por nuestro Deporte Nacional
¡Viva la Escaramuza Charra!
Fuente: Federación Mexicana de Charreria.