¿Su hijo habla con ustedes en el hogar, pero no en ciertos entornos o con ciertas personas? Esta es una señal bastante común de un trastorno de ansiedad conocido como mutismo selectivo. El mutismo selectivo consiste en una imposibilidad para hablar que se manifiesta de manera intermitente, es decir, solo en algunos lugares o con algunas personas.
Si bien ser bilingüe no causa mutismo selectivo, se sabe que este trastorno es más común entre los niños que hablan un segundo idioma. Y si el niño tiene además un temperamento ansioso, el riesgo de que desarrolle un temor a hablar en uno o ambos idiomas aumenta.
La identificación temprana es clave para poder ayudar a los niños con mutismo selectivo. Hoy en día, existen tratamientos exitosos para que los niños aprendan a hablar en entornos nuevos.
Esta información que hemos reunido para usted puede ser de ayuda para reconocer el trastorno y saber qué tipo de ayuda buscar.
Breve resumen de las señales y síntomas del mutismo selectivo y las opciones de tratamiento.
El mutismo selectivo (SM, por sus siglas en inglés) es un trastorno de ansiedad en el que un niño que, por lo general habla en casa, no puede hablar en otros entornos, como la escuela. Los padres suelen notar señales de mutismo selectivo cuando el niño tiene entre 3 o 4 años, y podrían pasar un año entero en el preescolar sin decir una palabra.
Síntomas
- Hablar y socializar libremente en casa, pero no hablar nada o casi nada en la escuela o con desconocidos.
- Quedarse “paralizados” de miedo o como “apagados” cuando no pueden hablar.
- Algunos usan gestos, expresiones faciales y asienten con la cabeza para comunicarse; otros tienen dificultad para comunicarse, incluso de manera no verbal.
Tratamiento para el mutismo selectivo
El mutismo selectivo es tratado con terapia cognitivo-conductual. Debido a que la presión generalmente empeora el problema, el terapeuta trabaja gradual y sistemáticamente con el niño usando refuerzos positivos para aumentar su confianza, y lo ayuda a encontrar su voz en los entornos donde el niño tiene dificultad para hablar. El terapeuta también trabaja con los padres para enseñarles cómo aplicar estas técnicas en los entornos de la vida diaria del niño. Hay evidencia de que los tratamientos intensivos son más efectivos.
A algunos niños se les prescriben también medicamentos para la ansiedad si su mutismo selectivo es severo, o se les pueden recetar medicamentos adicionales si no logran una mejoría con la terapia conductual.
Mutismo selectivo: Diagnóstico
El diagnóstico deberá estar hecho por un profesional que esté familiarizado con el mutismo selectivo y pueda descartar otras condiciones que presenten síntomas similares. Debido a que los niños pequeños ansiosos tienen dificultad para participar en entrevistas, particularmente si tienen MS, el doctor que realice el diagnóstico debe basarse en gran medida en los informes de los padres, y otros adultos en la vida del niño, para determinar un patrón de conducta que contemple todas las situaciones. Puede ser que pida videos caseros del comportamiento del niño en “su lugar de fortaleza” y/u observarlo cuando está solo con sus padres (a través de un espejo de visión unilateral). Para ser diagnosticado con MS, el niño debe ser capaz de hablar en ciertos entornos, pero no en otros, la condición debe haber durado un mes que no sea el primer mes de clases, y el MS debe interferir con sus clases y actividades sociales.
Mutismo selectivo: Tratamiento
Conductual: El tratamiento basado en evidencia más recomendado para el mutismo selectivo es la terapia conductual que utiliza una exposición controlada. El terapeuta trabaja con el niño y sus padres para acercarse gradual y sistemáticamente al entorno donde ya no puede hablar, desarrollando poco a poco mayor confianza en sí misma, una situación a la vez. El niño nunca es presionada para hablar y siempre es alentado con un refuerzo positivo. Se usan técnicas especializadas para guiar la exposición gradual del niño en entornos difíciles, y el terapeuta enseñará a los padres las técnicas a utilizar en entornos de la vida real. Los acercamientos más novedosos ofrecen evidencia de que un tratamiento intensivo a partir del diagnóstico puede ser más eficaz que las sesiones semanales tradicionales.
Farmacológico: No todos los niños que presentan mutismo selectivo requieren de medicación. A algunos niños se les podría prescribir ansiolíticos al principio, casi siempre cuando su presentación inicial es muy grave, si han tenido MS durante largo tiempo, si no han mejorado con una psicoterapia conductual previa, si tiene una historia familiar de trastornos similares o si sufre de otros trastornos de ansiedad o de otro tipo. A algunos niños se les prescribirá medicación si los resultados de una intervención inicial en el comportamiento no alcanza los beneficios deseados, o si el proceso es demasiado pesado. Muchos niños que toman medicamentos como parte de su tratamiento encuentran que las tareas de exposición se vuelven más fáciles de tolerar, y eso marca la diferencia entre tener éxito y evitarlas. El medicamento preferido para el mutismo selectivo es uno de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, o ISRS, más conocidos como antidepresivos. Los ISRS son eficaces para la ansiedad y son bien tolerados por los niños, los cuales deben de estar siempre bajo supervisión médica por la posible aparición de efectos secundarios.
Los niños con mutismo selectivo tienden a tener un historial de ser muy inhibidos socialmente, y también son diagnosticados con otros trastornos de ansiedad, como trastorno de ansiedad social, trastorno de ansiedad por separación y fobias específicas. A veces puede parecer que el niño con MS presenta comportamientos negativistas cuando se le presiona a hablar. Y algunos también pueden presentar trastornos del estado de ánimo, así como trastornos del aprendizaje; esas condiciones deben atenderse en conjunto con el SM en el plan de tratamiento del niño.