Durante esta semana volvemos a caer en la misma retórica de hacer un edificio bonito equivalente a una enseñanza efectiva. Nada mas lejos de la verdad. No podemos negar que tener un sitio acogedor y cómodo para aprender influye algo pero no es lo mas importante. Hay que enfocar el dinero de educación en la enseñanza del maestro y el estudiante. Es ahí donde ocurre el verdadero aprendizaje.
Tenemos sitios alrededor del mundo que todavía los niños aprenden debajo de un árbol con una pizarra vieja y gastada. Pero el maestro es eficiente y el estado le da la libertad de enseñar de la mejor manera posible. En estos países como Finlandia, tampoco le dicen como enseñar ni los tópicos específicos según el libro. El cubrir material no es el proceso moderno ni es equivalente al aprendizaje de un concepto. Hoy pueden saber el material, toman el examen, lo pasan y mañana se les olvida.
Ese método todavía se empuja en el Departamento de Educación porque las compañías extranjeras hacen el trabajo de proveer libros y pruebas estandarizadas que tampoco les importa el niño de Puerto Rico. Solo les importa los millones que se llevan en contratos. Esas compañías también aportan a la campaña política del estado. En Puerto Rico, hay que invertir el tiempo y el dinero enseñando. Especialmente luego de pasar la pandemia con lagunas de aprendizaje significativas que todavía tienen los niños.
El modelo de 35 estudiantes por salón también esta terriblemente arcaico. Ahora, con el dinero que tiene el estado para educación se puede reducir los grupos a 15 estudiantes por salón. A los maestros de le puede triplicar el salario y beneficios. Claro, pero antes hay que implosionar el sistema y la burocracia actual que se come el dinero que viene para el estudiante y el maestro.
No se debe gastar dinero en una administración estéril donde gente que no tiene certificación de maestro están a cargo de las decisiones académicas, los contratos y la asignación del dinero a las escuelas. Esa asignación de dinero de educación debe ir directamente a cada escuela quitando los intermediarios y contratistas. Todo lo de administración y dinero debe ser trasladado a un banco para que ellos transformen todo a un sistema eficiente y no se puedan robar el dinero por tener un modelo ineficiente que existe actualmente. Actualmente, en el sistema central y regional de administración se les paga a las personas por reunirse para entorpecer el maestro y al plantel escolar pidiendo datos que luego no se usan para nada en la toma de decisiones.
Mientras el resto del mundo se digitaliza y se transforma, Puerto Rico prefiere centralizar todas las operaciones para que sean deficientes y lentas. También, para que se tarden 5 años en planificar el que hacer con el dinero federal que existe actualmente. En estos momentos, las subastas de educación tardan meses para su aprobación porque los participantes protestan las otorgaciones y se alarga el proceso afectando directamente al niño.
La transformación de la educación en Puerto Rico es necesaria para que el dinero vaya directamente al estudiante y al maestro.
Cada director de escuela debe y puede pedir el dinero por cabeza directamente del Departamento de educación federal. Especialmente los estudiantes de Educación Especial que están en abandono. Hay que sacar el sistema central en San Juan y sistemas regionales de la ecuación. Hay que darle la libertad al maestro para que pueda enseñar en su escuela sin tener intervenciones del sistema central y regional. Hay que pagarle al maestro todo el dinero de la carrera magisterial por sus esfuerzos que hacen estudiando su maestría y doctorado.
Hay que tener pantalones suficientes para decir Esto Se Acabo. Hay que cerrar el sistema central y regional de educación que no hace falta para redistribuir ese dinero que queda comenzando con los estudiantes y maestros. Luego si sobra algo se debe usar para una administración eficiente con una sola base de datos que sea rápida y al servicio de los estudiantes.