El hipotiroidismo, un ladrón de vidas

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El hipotiroidismo es una situación donde se hacen patente el cansancio, la apatía y la falta de deseo de vivir. En esta dolencia hay una percepción de que el tiempo pasa más lento para el que lo sufre. Por lo regular, demora al menos cuatro o seis horas más para que despierte su organismo y entre en la etapa metabólica activa.

Si pierden diariamente tantas horas en activarse, a la semana serán dos días, que pueden llegar a ser ocho días mensuales. En fin, pasados 20 años, estaríamos perdiendo casi cuatro años por el retraso metabólico que conlleva esta enfermedad.

El hipotiroidismo es una de las enfermedades que se tratan peor. En casi todos los casos se suministran cantidades de hormona tiroidea (eutirox), una dosis que se irá incrementando según pasa el tiempo. Esto crea una tolerancia al eutirox, y el problema sigue sin resolverse.

Si tienes unos de estos síntomas, puedes sufrir de hipotiroidismo:

-Falta de fuerza muscular

-Astenia o poco deseo de realizar actividades

-Apatía con fatiga fácil

-Aumento de peso, incluso siguiendo regímenes y haciendo ejercicios

-Sensación de frío, fundamentalmente en manos y pies

-Visión borrosa

-Estreñimiento

-Enlentecimiento de pensamiento y memoria

-Lagunas o quedarse en blanco

-Alopecia o caída del pelo sin justificación

-Piel seca

-Poca sudoración, aunque hagas ejercicio

-Deseo de comer dulces en las tardes

-Ojos secos y alergias

Entre los remedios naturales para el hipotiroidismo podemos encontrar: hierba de San Juan, pimienta cayena, jengibre, ginseng coreano, té verde, rábano, café verde, espirulina o alga clorella.

Todos estos elementos son ricos en sustratos para activar la actividad tiroidea, pero sería bueno suplementar al organismo con yodo, vitamina B12, magnesio y selenio. Esta es la materia prima para la salud del tiroides y la fabricación de hormonas.

Sería útil hacer una valoración de la salud de nuestro tiroides con un análisis de sangre, para valorar la cantidad de hormonas tiroideas. Además, ver la capacidad de la hipófisis para estimular al tiroides y valorar si no tenemos anticuerpos contra nuestra glándula tiroidea.

 

 

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