Si se eliminarán a tiempo de nuestros sistemas las células envejecidas o senescentes, el organismo tendría la capacidad de vivir por más de 200 años, cómodamente.
El ingenio humano lo puede todo. Hoy en día se están dando pasos de gigantes en la búsqueda del remedio para la longevidad. En este contexto ha surgido un nuevo grupo de sustancias, mal llamadas “fármacos”, pero que en realidad son reguladoras del control biológico: los senolíticos.
Las células del organismo sufren varias etapas en su desarrollo, como crecimiento y maduración. Luego se multiplican para formar otros grupos de células jóvenes, que terminan envejeciendo hasta llegar a una etapa de “stand by”, llamada senectud celular. Ya no cumplen la función para la que fueron creadas, y el sistema inmunológico las detecta y elimina.
Existe un grupo de sustancias en las cuales ya se trabaja arduamente para potenciarlas y aumentar su ratio de acción. Estas ayudan a eliminar las células viejas. Al sacarlas de circulación, también se elimina la posibilidad de la enfermedad y la muerte. Y es que las células viejas pueden transformarse en cancerígenas, o emitir sustancias tóxicas que matan a otras, destruyen al ADN y acortan la vida.
¿Qué sustancias naturales actúan como senolíticos?
-El resveratrol contenido en la uva, el cacao y en otros alimentos
-La quercetina, una molécula que contiene la cebolla
-La alanina, un estupendo antiinflamatorio presente en el ajo
-Los omega 3 de pescado puro
-Fisetina contenida en la manzana, la cáscara de pepino y las fresas
-El té negro, rico en teoflavinas, es un eliminador de tóxicos intra y extra celular
-Y, por último, el rey de los senolíticos, el cacao puro, rico en teobromina, que aumenta la vitalidad y la división celular, activa la insulina y reduce el catabolismo.
Estos son los siete secretos de la longevidad y de los senolíticos. Son sustancias que pueden encontrarse en cápsulas o en productos naturales. Se deben consumir regularmente, si no hay alergias o situaciones metabólicas adversas. Y siempre bajo supervisión médica.
Todo esto, unido a un estilo de vida saludable, donde el descanso reparador, la actividad física (de fuerza y aeróbica) y la alimentación nutritiva sean los que definan el límite de nuestra vida.