El ejemplo de Taiwán y la amenaza China

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Para América Latina y el Caribe resulta fundamental apoyar a Taiwán, un país que ha trazado un camino de prosperidad y desarrollo bajo normas estrictamente democráticas, frente a las amenazas cada vez más bulliciosas de Pekín.

En este sentido, más de cien diputados y políticos de 21 países, más miembros del PARLACEN, suscribimos recientemente una declaración, en nombre del Formosa Club, para resaltar que los valores de la libertad, la democracia y los derechos humanos, compartidos con el pueblo de Taiwán, son la base para fomentar el progreso y la prosperidad económica global.

Asimismo, respaldamos la participación de Taiwán en organismos internacionales y regionales, como la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la Organización Internacional de Policía Criminal, así como el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, para construir, junto a los países de América Latina y el Caribe, un mecanismo de cooperación más exhaustivo.

La declaración también reconoce los esfuerzos y contribuciones de Taiwán en materia de energía renovable y el objetivo de “cero emisiones netas de CO2 en 2050”. Hace un llamado, entre otras cuestiones, a reconocer su derecho a la participación en los mecanismos y actividades relacionados con la lucha contra la delincuencia internacional y el terrorismo.

Entre los participantes en el Formosa Club están Ralph Gonsalve, primer ministro de San Vicente y Las Granadinas; Mark Brantley, canciller de Sant Kitts and Nevis; Stanely Felix, presidente de la Cámara de Senadores de Santa Lucía; Carolyn Trench Sandiford, presidenta del Senado de Belice; y Fanny Salinas, presidenta del Parlamento Centroamericano.

En momentos en que China amenaza la propia existencia de la isla, las relaciones entre Taiwán y América Latina y el Caribe, para resolver crisis globales dentro de un marco democrático, son más relevantes que nunca.

Frente a la enorme dictadura de Pekín, que dice eliminar lentamente la pobreza, pero viola todos los derechos humanos, la pequeña Taiwán deviene un ejemplo inspirador para los países latinoamericanos. La búsqueda de la libertad y la democracia, en un marco de desarrollo y prosperidad de la economía, siempre será posible. Y Taiwán lo ha demostrado.

Un ejemplo, sobre todo, para Cuba, Venezuela o Nicaragua, países donde reina la pobreza (inducida por un sistema fracasado), en ausencia de los más elementales derechos.

* Orlando Gutiérrez-Boronat es Doctor en Filosofía de las Relaciones Internacionales y coordinador de la Asamblea de la Resistencia Cubana.

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