El organismo trabaja incesantemente 365 días al año para mantenernos sanos. Todos hacemos esfuerzos para controlar el exceso de peso con dietas, ejercicios, etcétera. Pero, entonces llegan las Navidades, periodo en el cual bajamos la guardia y dejamos que penetren el azúcar, los carbohidratos de mala calidad y la grasa animal. ¿El resultado? Entre 6 y 15 libras de más.
El consumo de azúcares refinados y de carbohidratos de absorción se dispara en Navidad, aumentando hasta veinte veces su necesidad diaria. Se crean picos insulínicos y se acumula toda esa glucosa. También dejamos de hacer ejercicios y se forman bloques de grasa, especialmente en el abdomen, los glúteos, la cara, el cuello y los miembros, haciéndonos perder la figura tanto deseada.
¿Cómo puedo resetear mi organismo y volver a la posición de normalidad? Activando el metabolismo, llevándolo de la posición Off a la On.
Por ejemplo: sal de la cama y activa los biorritmos (7 pm: toma un batido de proteína, acompañado de una infusión de té verde fuerte, una taza de café, una infusión de jengibre o un ginseng coreano). Espera 30 minutos a que se active el metabolismo y camina tres kilómetros, de manera rápida o ligera.
Al regreso, repite el batido de proteína, acompañado de una tortilla de tres huevos y una sola yema, con una rodaja de pan integral. También puede ser una loncha de jamón bajo en grasas o atún. Recuerda: cero frutas, no las necesitas por ahora, ya que estás repleto de glucógeno.
Puedes ir a trabajar o estudiar. En las meriendas, barritas de proteínas, acompañadas de yogurt desnatado sin azúcar. Sería estupendo que fueras al gimnasio al menos tres veces por semana y trabajarás la fuerza. Estos ejercicios consumen el glucógeno y utilizan la grasa acumulada para fabricar hormonas como la testosterona y las tiroideas.
Toma un multivitamínico que contenga minerales. Siempre a primera hora del día. No vale en la tarde o en la noche. El agua debe ser alcalina. Una forma fácil: a cinco litros de agua, añadir una cucharadita de té o café, pero con bicarbonato. Esto le quita la acidez al agua y nos ayuda a eliminar grasa pasivamente.
La comida y la cena deben ser vegetales o verduras, con solo cinco cucharadas de arroz o pasta integral. Elimina de la nevera los restos de la Navidad y haz una compra nueva de alimentos útiles. Tus enemigos son la báscula y los espejos, ya que deprimen o entristecen, y pueden hacerte dejar la rutina.
Trabaja duro, de manera consciente y orientada, y en solo 10 días verás los resultados. Pon una alarma en el celular, que suene cada dos horas, para tomar dos vasos de agua y garantizar la hidratación.
No te dejes engañar por los productos “cero azúcares”. Tampoco con edulcorantes: son tan malos o peores que los que tienen azúcar.
Una vez lograda la normalidad, sigue una dieta 11-2-9 y recuerda la lección para las próximas Navidades.