Un poco a la mala, hemos entrado en la fase de educar los niños desde la casa. Sospecho que la velocidad con que pasaron las cosas, nos ha dejado algo aturdidos. No obstante, hay una gran cantidad de recursos a bajo costo o gratuito para impartir docencia.
La parte sencilla es encontrar en internet lo que se necesita. ¡Eso lo están ya haciendo dos millones de padres! La parte menos sencilla es lidiar con nuestras emociones. La American Federation for Children (AFC) ha estado monitoreando las ideas que han ido surgiendo entre grupos de padres y maestros. Con toda la información recolectada se dedujeron ciertas prácticas que podrían ser muy útiles en este proceso de transición:
De entrada, ¡sí se puede! Cuando se le da de baja a un niño para educarlo desde la casa, es normal que exista una pizca de ansiedad. Es posible que temas no saber cómo mantener un orden y una estructura en el proceso, de manera que, al final, tus hijos/estudiantes puedan tener acceso a las universidades. O, sencillamente, sientes inseguridad sobre tus capacidades de maestro. Esos sentimientos son normales para casi todo padre que decide tomar el toro por los cuernos. Es una nueva responsabilidad y una nueva experiencia de aprendizaje para ambos, los niños y sus progenitores. Respira. Vas a poder.
Roma no se hizo en un día. Hay que permitirse el tiempo para pasar por un ajuste. Por cada año que un estudiante pasó dentro del sistema educativo, toma un mes desprogramarlo de la rigidez de la escuela de varilla y cemento. La clave es escuchar al niño y entender qué es lo que necesita.
La educación —eventualmente— tendrá que ser auto-gestionada. Es decir, cada quien gobernará la velocidad y profundidad con que aspira a adquirir el conocimiento sobre un tema o materia. Es imprescindible que, al inicio, se enseñe a los pequeños cómo investigar y cómo crear una administración balanceada del tiempo. ¡Ese será el más invaluable regalo de vida!
La administración balanceada del tiempo es algo que debe decidirse para toda la familia, de manera que las nuevas dinámicas permitan a cada individuo gozar de espacios propios, de la misma forma que lo necesita el niño. Por ejemplo, algunos padres que educan desde el hogar piden a sus niños que hagan citas con ellos para revisar o repasar un material. Así, las horas de trabajo de mamá y papá son tomados en cuenta y cada miembro del equipo familiar es honrado.
Así como hay mil sabores —fresa, chocolate, vainilla, pistacho—, de igual manera cada niño es diferente. Algunos necesitan más compañía que otros, más actividad física, más latitud para guiarse a sí mismo o más instrucciones. Fluye, juega con varias cosas, hasta que des en el clavo.
No pases por alto que esta es una oportunidad maravillosa para estar juntos. Considera que, mientras explores la curiosidad de tus hijos, expandes la tuya también. A medida que vas a encontrando apps y actividades para ellos, te enteras de cursos, clases, charlas y eventos que están alineados con tus intereses.
La nueva escuela eres tú, y la mueve tu deseo de explorar el auto-descubrimiento de la mano de tus herederos. ¡Diviértete! Estás emprendiendo una hermosísima aventura.