“EL RETO PROTESTANTE EN MÉXICO Y EL RESTO DE IBEROAMÉRICA– El Protestantismo, no el Marxismo, crece en el continente

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En la edición del 3 de mayo/2013 publiqué en AHORA-NEWS un artículo honrando la memoria del antropólogo chileno-italo-americano-mexicano Dr. Hugo Nutini (1928-2013), quien había fallecido el mes antes en el estado de Veracruz.  El prolífero mexicanista–mi mentor en la Universidad de Pittsburgh–había dejado inédito un libro sobre el protestantismo mexicano; su esposa, la también antropóloga Jean Nutini, lo completó después.  Quiero comentarlo ahora aquí a propósito de cumplirse cinco años del fallecimiento del distinguido académico, especialmente en el contexto de la audiencia de AHORA-NEWS en México.

Por meses, la prensa estadounidense ha venido conmemorando el V Centenario de la Reforma Protestante liderada por Martín Lutero en Alemania (octubre/1517); pero no mencionan la expansión del protestantismo en las naciones al sur del Río Grande.  Y ciertamente, un sinnúmero de vertientes del protestantismo se han ido convirtiendo en competidores del otrora hegemónico catolicismo en el «mercado» de la espiritualidad de los latinoamericanos.   En EL EVANGELISMO NATIVO EN EL MÉXICO CENTRAL (en su inglés original “Native Evangelism in Central Mexico”; University of Texas Press, 2014), Hugo y Jean Nutini confirman estas tendencias al explorar la evolución del evangelismo protestante en la región central de México.

El estudio se centra en las iglesias “evangélicas nativas”, definidas como congregaciones autóctonas independientes fundadas en México.  Los autores desdeñan los análisis de origen marxistas, por naturaleza especulativos, poco empíricos y anacrónicos.  Me complace la perspectiva de la pareja Nutini, además, dado los comentarios racistas y deplorables de Karl Marx y Friedrich Engels–fundadores del nefasto marxismo–acerca de los mexicanos durante la Guerra México-Americana (1846-1847).

De acuerdo a la muestra demográfica de los Nutini, los mexicanos que abandonan el catolicismo perciben el evangelismo protestante como más democrático en su gobernación eclesiástica interna y también más propicio al progreso económico individual.   Efectivamente, algunas de las razones doctrinales dadas por los conversos entrevistados son más bien racionalizaciones psicológicas ex post facto ya que, típicamente, se liberan de las obligaciones cívico-religiosas más onerosas, aunque emblemáticas, del México rural, por ejemplo, el “sistema de cargos» (en los cuales los aldeanos deben turnarse en financiar las fiestas patronales).  Me atrevo a sugerir que esta «emancipación del bolsillo» (mi propia terminología) podría ser la versión pragmática nativa local de una especie de «teología libertadora» propia, muy distante de la ya pasada de moda, y mal llamada, “Teología de la Liberación”, irónicamente con influencias marxistas anticuadas.

Como he observado en mis investigaciones en la República Dominicana y Puerto Rico, así como entre hispanos en EE.UU., la conversión ocasiona a menudo ciertos efectos secundarios, sobre todo disensiones familiares, particularmente entre los conversos más ortodoxos que llegan a considerar a sus nuevos correligionarios como parientes suplentes que desplazan a sus familiares.

Los autores identificaron nueve iglesias evangélicas nativas en las regiones de Tlaxcala-Puebla y Córdoba-Orizaba (Veracruz) de donde, por cierto, provienen muchos de los mexicanos residentes en el área metropolitana de Nueva York-Nueva Jersey.  A pesar de ciertas diferencias, estas iglesias comparten entre si ciertas prácticas y creencias tradicionales que, por cierto, coinciden con los conservadores sociales contemporáneos; por ejemplo: critican el consumo de productos de tabaco y bebidas alcohólicas, así como el abuso conyugal, el divorcio, la infidelidad, y la homosexualidad.  Igualmente, alientan el progreso educativo, el compañerismo (fraternidad), una vida sana y limpia, vestimenta discreta, fuerte ética de trabajo, y autosuficiencia financiera.  (No obstante, al menos una de estas iglesias, lamentablemente, ha sido sacudida por escándalos sexuales y de corrupción.)

Las estadísticas varían según la fuente; pero al menos en los reportes del Pew Center, de las 20 naciones latinoamericanas, México ocupa un distante decimoquinto escalón con población protestante (el 11,6%), aunque dicha proporción se ha venido duplicando cada dos décadas.  Conocedores de la religiosidad panamericana que entrevisté para este ensayo me informan que el ascenso en 2013 del controversial Papa Francisco, argentino–aunque de padres italianos–no ha frenado las deserciones al protestantismo.

Numerosos intelectuales se han pasado décadas pronosticando con gran alarde que una u otra variante del marxismo/comunismo/socialismo conquistaría a Latinoamérica.  El panorama continental, sin embargo, es ahora distinto.  La Cuba “socialista” antirreligiosa estilo tiranía ruso-soviética finalmente admite que su «experimento» dictatorial desde 1959 es un fracaso colosal.

Por otra parte, el llamado «Socialismo del Siglo XXI», encabezado por el desastroso binomio venezolano Chávez-Maduro, parece estar en retirada.  En lugar del divisionismo anticipado que conlleva la supuesta “lucha de clases” de la filosofía marxista, y del fomento del odio, la envidia, el resentimiento interhumano, y el ateísmo que propagan las diferentes versiones del marxismo-comunismo, lo que realmente vemos expandirse en el continente es el «espectro” del protestantismo.  Incluso, algunos reportes aducen que uno de cada cinco latinoamericanos se pasa al protestantismo de un tipo u otro <https://www. religionconfidencial. com/otras_ religiones/ protestantismo-America-Latina-catolicos-evangelicas_0_3023697623.html>.

La revista británica THE ECONOMIST (15 noviembre/2014) aludió con optimismo a que esta «protestantización» latinoamericana producirá transformaciones socioeconómicas y hasta políticas positivas.

El tiempo dirá si esa predicción resulta acertada o es otro mero deseo idealizado.  No obstante, obsérvese que los países latinoamericanos con mayor proporción protestante no figuran todavía entre los más progresistas: Guatemala, Honduras y Nicaragua, los tres vecinos centroamericanos con un aproximado del 40% de la población considerada protestante, tienen por delante un largo camino a recorrer para logar esas metas ideales, para el beneficio de sus respectivas naciones.

 

===*NOTA EDITORIAL:  Versiones anteriores de este ensayo aparecieron—en inglés y español—aunque con énfasis diferentes, en otras publicaciones en 2016-17, adaptado expresamente para AHORA NEWS por el autor.   El profesor Alum, Investigador Asociado (externo) de la Universidad de Pittsburgh, recibió un Certificado Post-Doctoral en la Universidad de Virginia, ha impartido cátedra en varias universidades estadounidenses y latinoamericanas, y es miembro público (y vice-presidente) del comité de Psicoanalistas Certificados de Nueva Jersey [[email protected]].

 

 

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