Siempre que visito la India, me convenzo aún más de que el poder para crecer no está en lo material, sino en tus convicciones y en la energía de quienes te rodean. Se trata de un lugar extraordinario en donde las carencias se comparten con filosofía de abundancia, en donde la escasez se opaca por la fiesta de colores, aromas y sabores que tienen lugar cada segundo en cada rincón. Un espacio para entender que la felicidad no consiste en tenerlo todo, sino en comprender que nada nos falta.
India es uno de mis destinos favoritos así como también lo fue para más de nueve millones de turistas que escogieron ese destino en 2017. Yo mismo he tenido la suerte de visitarlo en varias ocasiones, porque siempre me llena de energía. Podría decir incluso que es un descanso para mis rutinas. Es la mezcla perfecta entre el caos y el entendimiento; es un subcontinente lleno de contrastes.
Aunque muchos lo consideran el país de los mil colores, yo prefiero llamarlo el país de las mil emociones. En cada uno de mis viajes a la India he descubierto un nuevo secreto de cada lugar y, al mismo tiempo, un pedazo de mí mismo.
Siempre digo que soy un ciudadano del mundo, porque mi pasión es explorar culturas diversas y conocer personas; pero no solo para hacerme fotos en los monumentos más conocidos. Hablo de un turismo con sentido, para descubrir lo desconocido, abrir nuestra mente y dejar atrás la zona de confort limitante.
Cuando viajamos solos, a no ser que vayamos con un objetivo claro de desarrollo personal, acabamos centrándonos en lo estético. Sin embargo, si lo hacemos en equipo, podemos juntos decretar una intención, reflexionar, meditar en común y crear una nueva comunidad de intereses.
Es lo que yo llamo viajes con propósito y ciertamente te cambia totalmente la perspectiva del turismo tradicional ya que en este tipo de periplos, conocemos nuevas y desafiantes culturas que desafían nuestras creencias y hábitos y nos permiten darles una nueva mirada.
La lectura, los viajes y las experiencias de vida te muestran nuevos horizontes y expanden la mente. Por eso digo que viajamos para conocer más, para ignorar menos y para encontrarnos, desde el afuera, con nuestro interior.
No ha habido un solo viaje a India que no haya descubierto algo nuevo en mí para trabajar, mejorar u honrar.
De acuerdo con el portal de viajes TUI, el 60% de los turistas que visitan la India lo hacen por motivos de salud física y espiritual. Es por ello que las autoridades están promocionando este tipo turismo y cada vez es más usual que los hoteles ofrezcan este tipo de servicios a sus clientes, como clases de yoga, meditación y masajes ayurvédicos.
Mi invitación es que sigas tu intuición y selecciones un destino que te atraiga, que te rete, que te sorprenda y que combine esa búsqueda en el exterior que al mismo tiempo moviliza tu voz interna para creer, crear y crecer cada vez más.
¡Decrétalo en tu mente primero y luego movilízate para llegar allá y vivir al máximo la aventura!
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