Enero es el Mes Nacional de Concientización sobre el Acecho. Enseñarles a los adolescentes formas de lograr relaciones sanas es una estrategia que los CDC promueven para ayudar a prevenir el acecho en su comunidad.
El acecho implica un patrón de acoso o tácticas amenazadoras que son tanto indeseables como generadoras de temor o de preocupaciones de seguridad en la víctima. Estos comportamientos pueden materializarse en llamadas telefónicas amenazantes, mensajes de texto, espionaje, o llegar hasta la casa o el lugar de trabajo de la víctima y dejarle regalos o tarjetas indeseadas. Las víctimas del acecho con frecuencia son muy temerosas o creen que ellas o alguien cercano a ellas podría resultar lesionado o muerto como resultado del comportamiento de quien las acecha.
Una de cada seis mujeres y 1 de cada 19 hombres ha experimentado acecho en algún momento de la vida.1 Es más frecuente que el acecho provenga de alguien a quien conozcan o con quien hayan tenido una relación íntima. Tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres, quienes previamente fueron víctimas de acecho o de violencia sexual por parte de cualquier agresor, o de violencia física por parte de una pareja íntima, tienen muchas más probabilidades de reportar afecciones de salud tales como asma, síndrome del colon irritable, diabetes y presión arterial alta, en comparación con aquellos sin antecedentes de estas formas de violencia.1
Para prevenir el acecho, los CDC promueven las relaciones y los entornos seguros, estables y afectuosos. Comenzar los esfuerzos de prevención del acecho de manera temprana puede evitar que ocurra en la adolescencia y la adultez. Enseñar formas de lograr relaciones sanas y cambiar las normas acerca de la violencia y el acecho son estrategias importantes de prevención. Se pueden encontrar más estrategias y maneras de abordar el acecho que son relevantes para la prevención en los documentos de los CDC conocidos como paquetes técnicos contra la violencia sexual y la violencia en la pareja íntima: