Las tecnologías que vigilan todos tus movimientos en la oficina (y le van con el «chisme» al jefe)

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¿Algunas veces no has sentido como si alguien en la oficina te vigilara?

Puede que no te equivoques.

Los sistemas de supervisión de las compañías se han expandido mucho más allá del simple registro de entrada y salidas del edificio.

Para ello, han coincidido los avances de la tecnología y el hambre por acumular datos, dando como resultado dispositivos capaces de medir los movimientos de los empleados, su condición física y sus horas de sueño.

Todo en nombre de la productividad.

 

Omnipresencia

Veamos por ejemplo Take Humanyze, un emprendimiento en Boston, dedicado a producir carnets de identidad.

Una avasallante tecnología insertada en cada carnet monitorea todo lo que hace el portador: desde sus movimientos e interacciones dentro de la oficina, hasta conversaciones y tonos de voz.

El gerente general de esta empresa, Ben Waber, cuenta que la credencial del empleado posee un micrófono que permite procesar información para detectar si la persona domina la conversación, su tono, volumen y velocidad al hablar.

Con estos «indicadores personales» se contribuirá a la medición de todo en el mundo corporativo, desde cuántas interrupciones tienen los empleados, hasta la efectividad de programas relacionados con la diversidad o inclusión.

 

Incómodo, Ilegal

Obviamente, puede que las personas no se sientan muy a gusto con ser supervisadas permanentemente.

El año pasado, la instalación de sensores en los escritorios de la redacción del periódico Daily Telegraph generó protestas por parte de sus periodistas.

Se trata de un dispositivo de la empresa OccupEye que recoge el calor del cuerpo, permitiendo que las organizaciones sepan cuándo los empleados están en un escritorio, y la frecuencia con que la gente se levanta y se mueve.

Los sensores fueron eliminados, luego que las protestas escalaran y se sumara el Sindicato Nacional de Periodistas, SNP.

«El derecho a ser consultado sobre nuevos procedimientos que rigen estos datos está consagrado en la ley», dijo el secretario general adjunto del sindicato, Seamus Dooley.

«El SNP rechazará esta vigilancia de las redacciones al estilo Gran Hermano».

 

Territorio Desconocido

Las compañías han monitoreado los correos y teléfono de su personal desde hace mucho tiempo.

Sin embargo, a medida que la tecnología avanza, surgen oportunidades sin precedente para echarles un ojo a los empleados, despertando así mayores temores sobre violaciones a la privacidad.

Por ejemplo, cada vez es más frecuente el uso de computadores y teléfonos personales para trabajar.

De hecho, una encuesta elaborada por la firma de seguridad TrustLook, señala que 70% de los encuestados actúa así.

Esta práctica ayuda a las compañías a bajar los costos en tecnología.

No obstante, las políticas de seguridad en el manejo de data en algunas empresas, hace que las organizaciones puedan ver toda la información personal que esté en esos dispositivos.

Por ejemplo, si manejar es parte importante del trabajo, encontrarás que los GPS y las opciones de localización de los teléfonos pueden utilizarse para determinar la ubicación del empleado, e incluso, su comportamiento al manejar.

Algunas compañías dicen que las ayuda a mejorar su servicio.

Un estudio de 2012, realizado por la firma de servicios de tecnología Aberdeen Group, advierte que 45% de las empresas afirman que este tipo de monitoreo fue esencial en sus estrategias para mejorar la atención al cliente.

Pero más allá de celulares y laptops, hay otro dispositivo que contribuye con la vigilancia: el auge de tecnologías como el Fitbit impulsa una sólida tendencia en el monitoreo de la salud del usuario.

La empresa de consultoría ABI Research predice que, para 2024, 44 millones de artefactos para el monitoreo de la salud estarán en uso solo en Estados Unidos.

¿Por qué las compañías espían?

Aunque parezca que se trata de un espionaje, las empresas insisten en que toda la data que se recoge sobre el empleado es para mejorar la eficiencia, la seguridad y a productividad.

Por ejemplo, los sensores de OccupEye no pueden determinar quién está sentado en el escritorio bajo vigilancia o qué está haciendo.

Y en ese sentido, Neil Steele, jefe de ventas y mercadeo en Cad-Capture, filial de OccupEye, explica que esta tecnología está pensada para asegurar que se esté «utilizando eficientemente el espacio físico».

De acuerdo con Steele, estos sensores son muy útiles para implementar programas donde los empleados no tienen escritorios fijos.

Por otra parte, muchas empresas consideran que el acceso a los correos y conversaciones telefónicas contribuyen con la política de seguridad, debido a que pueden alertar sobre posibles conflictos de intereses, distribución de información confidencial u otras situaciones que pueden afectar la reputación corporativa.

Sobre este particular, proteger la reputación puede ser visto como un tema financiero, tal como alerta Deloitte, la firma de servicios globales.

Según esta compañía, 41% de las empresas sufren pérdidas financieras cuando su reputación es perjudicada.

Y finalmente también está el factor productividad.

Monitorear a los trabajadores no solo ayudan a «preservar la reputación de la compañía, sino también garantizan que los empleados estén haciendo lo que deberían en el trabajo», explica Kirsten Smith, consultora en capital humano en face2faceHR.

 

¿Los sensores funcionan?

Para mejorar la productividad de un empleado utilizando dispositivos de monitoreo se requiere un enfoque muy cuidadoso y ajustado al tipo de empresa.

En Estados Unidos se publicó un estudio el año pasado cuyo objetivo era medir si el monitoreo podía mejorar el cumplimiento de las normas de lavado de manos por parte del equipo médico en un hospital.

Las evaluaciones venían mostrando que el número de veces que las personas se lavaban las manos disminuía a medida se acercaba el final de cada turno.

Los investigadores encontraron que, bajo vigilancia, la tasa de lavado de manos aumentó durante los dos primeros años, y luego decayó cuando se suspendió el monitoreo.

Al eliminarse la supervisión, la tasa de lavado de manos descendió por debajo de los niveles de previos al uso de sensores.

La interpretación de estos resultados indica que la supervisión funcionó por un período corto, pero no creó el hábito en el personal médico.

En palabras de la doctora Hengchen Dai, podría decirse que incluso revirtió los buenos hábitos, sustituyendo las razones internas y los incentivos para lavarse las manos, como por ejemplo el genuino deseo de proteger de infecciones a los pacientes.

Incluso cuando la tecnología es adoptada por el empleado como una herramienta, no pasa mucho tiempo antes de que sea desechada.

Eso ocurrió en Buffer, una compañía dedicada a las redes sociales en San Francisco, cuando entregó monitores a sus empleados para medir sus patrones de sueño.

Dado que Buffer no tendría acceso a la data, alentó a los empleados para que compartieran entre sí sus resultados.

El objetivo principal era mejorar la productividad, a través de cambios en los patrones de sueño, pero antes de que iniciaran el uso de la herramienta, la participación de los empleados se evaporó.

 

¿La Empresa puede monitorearte?

Las reglas para definir lo que una empresa puede monitorear sobre ti dependen del país donde vivas.

En Reino Unido, las empresas deben informar a sus empleados que están siendo monitoreados, qué será supervisado y por qué.

En Estados Unidos, la autorización del personal solo es requerida cuando la empresa va a utilizar o divulgar información personal.

Aparte de eso, no hay muchas leyes en el país sobre la vigilancia a los empleados, por lo que generalmente queda en manos de los tribunales decidir si se han violado o no los derechos del trabajador.

Incluso cuando el empleado puede justificar el monitoreo, se cree que estas actividades deberían guardar un balance entre la necesidad de manejar el negocio de la mejor manera posible, y el respeto a las actividades e información privada de su gente.

 

 

 

 

 

 

 

 

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