Por décadas se ha dicho que la mayoría del dinero del Departamento de Educación y de la Universidad de Puerto Rico se va en nomina de facultad y maestros. Esto puede aparecer en los libros de gastos como cierto pero la realidad es que a muchas posiciones administrativas quedan ocultas como posiciones de maestros de escuela k-12 y facultad docente. O sea, que el truco siempre ha sido el de poner en los libros que las personas están trabajando y cobrando como maestros o profesores cuando en realidad son administradores y nunca dan una sola clase directamente con los estudiantes. Puede darse el caso de que tengamos diez maestros de humanidades cuando solo tenemos 25 estudiantes en la matricula. Esos casos hay que ajustarlos de tal manera que se puedan distribuir de forma equitativa y eficiente. No meramente debemos dejar a ese profesor de vacaciones y devengando el sueldo completo y beneficios en lo que aparecen los estudiantes.
También los administradores universitarios no dan clase para luego contratar por años a miles de facultad externa creando más gastos excesivos para la universidad.
El otro error que hacen los investigadores y los contralores es el pedirle información a los administradores de turno que saben poner cortinas de humo para esconder los trucos y gastos innecesarios que por muchos años se bien haciendo.
A veces le dicen al contralor que la agencia acreditadora le exige el tener esos gastos. Eso es totalmente falso. Cada día se siguen nombrando más y más administradores para justificar los puestos que no hacen falta y en estos tiempos de emergencia nacional donde los estudiantes necesitan cuidado intensivo para que no se den de baja de la escuela pública, realmente no hacen falta alguna.
El dinero del Departamento de Educación de Puerto Rico y de la Universidad de Puerto Rico se va en la burocracia arcaica e inepta creada hace un siglo y heredada de España con puestos administrativos no necesarios, en puestos de ayudantes especiales, chóferes, asistentes especiales, consultores, rectores, decanos, directores de departamentos, coordinadores, directores de región, superintendentes, superintendentes auxiliares, oficinas de asuntos legales, de asuntos federales, oficinas de prensa, contratistas, tutorías, en presidencias, en vice presidentes académicos, en vicepresidentes administrativos, en todo tipo de nombres que se puedan inventar para justificar el gasto en algo que no es necesario en estos momentos de crisis fiscal. Todos estos puestos han sido repetitivos en cada agencia educativa, recinto universitario y son totalmente inútiles ya que ahora mismo se pueden digitalizar y mecanizar sus funciones mediante un programa de computadoras que lleve a cabo esas funciones.
Mientras más burocracia tengamos en estas instituciones educativas, más tarda el proceso, menos se aprovecha el tiempo y menos se sirve y educa al estudiante que es el verdadero cliente y la razón de ser de la institución. Esta aristocracia inepta que en la actualidad entorpece el progreso de la isla es culpable por la parálisis intelectual que experimentamos en todos los ámbitos de la sociedad puertorriqueña.
La Junta de Control Fiscal esta pidiendo en su carta mas reciente al nuevo gobernador que ajuste el numero de maestros al numero de estudiantes que tenemos en la actualidad. También le pide que reduzca 300 millones de la Universidad de Puerto Rico. Le sugerimos que antes de reducir el numero de facultad y maestros de escuela pública, ajusten el número de los miles de administradores ineptos, ajusten la sobre carga repetitiva y burocrática que tenemos en las instituciones educativas y escuelas que actualmente se comen la mayoría del dinero educativo del pueblo.
Debido a la emergencia nacional que tenemos donde los estudiantes de K-12 se reprueban en las pruebas PISA y en el caso de la universidad de Puerto Rico donde los estudiantes no tienen las herramientas necesarias y profesores con metodología moderna y capacidad de tecnología mundial hay que hacer lo siguiente y pensar fuera de la caja para rescatar nuestro sistema educativo.
Primero, hay que poner dos (2) maestros por salón de clase en las escuelas elementales para darles la base con ayuda inmediata a los estudiantes con el fin de ponerlos al día en sus destrezas básicas usando la tecnología como instrumento principal.
Segundo, también hay que quitar todos los exámenes de estandarizados y el andamiaje de gastos millonarios que ello requiere. Hay que cambiar la estrategia de enseñan a una estrategia de aprender. El niño debe comenzar a producir productos basados en la solución de problemas usando la tecnología con velocidad de internet de 300 MEGAS abierto.
Tercero, hay que quitarle todo el trabajo administrativo al maestro y al director escolar para que solo este a cargo de educar al niño.
Si los estudiantes se están reprobando y dando de baja en grados primarios, no tiene sentido alguno eliminar maestros. Eso sería como en un hospital donde hay enfermos, quitar el médico en vez de quitar al administrador del hospital. Debemos tener mas educación de forma intensiva por más tiempo pero con un modelo nuevo que invite al descubrimiento, exploración, colaboración en el salón, producción de proyectos y desarrollo intelectual del niño usando robots, programas de video, laboratorios virtuales, internet y libros electrónicos.
Hay que eliminar los puestos administrativos y los puestos que no tienen nada que ver directamente con dar clases en las escuelas, solo empujan papel y crean reuniones diarias para justificar su posición.
Cuarto, hay que cancelar todo programa de preparación de maestros temporeramente en todas las instituciones de educación superior en lo que se crea un Centro Nacional de Preparación de Maestros con un programa moderno donde los maestros se preparen en el desarrollo del aprendizaje del niño, con estándares altos de entrada y que el mismo sea enfocado a competir mundialmente, a colaborar, a que aprenda usando la internet como medio, a que investigue y resuelva problemas, a que vaya desarrollando destrezas de cómo hacer una empresa y productos para vender en el mundo.
Países como Finlandia, Estonia y Singapur crearon una institución nacional de preparación de maestros con unos estándares mucho más altos para que estos mejoraran la educación del país un 100% y para que los programas de preparación de maestros no fueran un refugio de reprobados. Estos países también le duplicaron el sueldo a los maestros que tenían maestría y doctorado en su especialidad pudieran dar el grado en la nueva institución educativa de preparación de maestros. Por eso ahora, esos países tienen el sistema numero uno de enseñanza.
Hay que hacer una ley nueva o una orden ejecutiva para que el Consejo de Educación Superior de la isla deje de funcionar temporeramente como una entidad que entorpece el desarrollo y el cambio en las instituciones educativa de la isla. Donde se le ordene por ley que sirva de ayuda y facilite el cambio en vez de dilatar los procesos y el progreso de las instituciones educativas.
Hay que dejar de ofrecer excusas donde decimos que la ley de educación actual y las cartas circulares evitan el cambio y no permiten salirnos del sistema educativo arcaico que ahora tenemos.
Es cierto que a veces no es solo el sistema educativo que tenemos actualmente el culpable de la condición educativa de los niños, también hay maestros que hacen lo mínimo y no enseñan nada por diversas razones que no vienen al caso. Pero ahora, llego el momento de corregir todo eso rápidamente y comenzar con un sistema nuevo enfocado a salvar al estudiante para que sea un ciudadano de provecho y productivo. El dinero se esta gastando en los puestos de confianza, funciones administrativas y exceso de recintos de la UPR con gastos exuberantes y reinados innecesarios que se pueden eliminar ahora mismo. Esto seria el primer paso para el mejoramiento de la educación del pueblo de Puerto Rico.