A todos los congresistas latinos que salgan a defender a los puertorriqueños para que nos den los mismos derechos que a los demás y nos asignen igual partidas
Ellos nos pueden dejar tener representantes en el congreso con voz y voto si quisieran ahora mismo
La isla de Puerto Rico está en una crisis económica, social, de salud y educativa. ¿Pero que lo ha causado? Podemos mencionar, primeramente, el abandono de los Estados Unidos de Norte América en cuanto a resolver el asunto del estatus político de la isla. Mientras estamos en limbo, seguimos siendo estrangulados por las leyes de cabotaje, cobros excesivos de arbitrios federales, recibir menos del Seguro Social, del Medicare, asignar dinero para las gradas en el Congreso y luego no enviarlo a la isla y hasta el discrimen por raza, color y el idioma.
Arreglar el asunto de Puerto Rico es relativamente fácil si alguna vez lo quisieran hacer. El problema es que por diseño han abandonado la educación de Puerto Rico con el fin de poder manipular a la población con dadivas de comida, casa y trabajo político. Han acostumbrado al puertorriqueño de hoy a ser dependiente y esperar que todo se lo den gratis. Apartamento gratis, teléfono gratis, electricidad gratis, y hasta darle dinero por quedarse en casa.
De esta manera nadie va a cambiar la cultura del vago. Hay que salir de este modelo del vagoneta dependiente para uno de emprendedores, creativos y trabajadores.
Un país que tiene a su gobierno en quiebra, un país que no puede hacer nada sin ser aprobado por el Congreso de los estados Unidos es un país esclavo. Los puertorriqueños son esclavos modernos que no se dan cuenta que pueden salir de las cadenas del engaño.
La clave es educarse y comenzar a ayudarnos para salir del modelo de la pobreza dependiente. Hay que comenzar a presentar ideas por las redes para que los lectores se den cuenta del engaño. Existen monopolios que cada día empobrece más al habitante de la isla. La electricidad es un monopolio y el agua es un monopolio. Hasta que no se salga de esos modelos antiguos de ofrecer servicios esenciales no se podrá comenzar a bajar los costos.
Hay que buscar la manera de que el mundo entero sepa que los puertorriqueños son discriminados por el congreso. Hay que decir a los cuatro vientos que no tenemos representación y no podemos votar por el presidente que nos envía a nuestros hijos a la guerra.
La posición bochornosa de comisionada residente es una que debe comenzar a cambiar cuanto antes. Hay que exigir representación plena en los asuntos de derechos humanos como la educación, la salud, el trabajo justo, políticos y la seguridad.
Se nos discrimina políticamente porque no dejan al puertorriqueño como ciudadano americano tener voz y voto en el congreso. La excusa es que Puerto Rico es un territorio y como tal perdemos los derechos a tener representación. O sea que por vivir en un sitio, “Te Quitamos los Derechos y te discriminamos dándote menos que a loa demás ciudadanos americanos”
Es hora que les paguemos a los abogados americanos para que ellos mismos nos representen en una demanda de clase al congreso junto a los Boricuas que viven en USA.
La demanda debe salir en todos los periódicos, redes sociales, prensa, radio y hasta en persona. A todos los congresistas latinos que salgan a defender a los puertorriqueños para que nos den los mismos derechos que a los demás y nos asignen igual partidas.
Ellos nos pueden dejar tener representantes en el congreso con voz y voto si quisieran ahora mismo. Pero en vez de eso nos asignan 7 personas y en una Junta de Control Fiscal para oprimir y aún más a la gente que no tuvo que ver nada con los prestamos billonarios que se hicieron creando la deuda impagable resultando un caso de quiebra federal.
Cada grupo de latinos que está organizado en New York, New Jersey, Chicago, Florida, Texas y California debe unirse a los Boricuas exigiendo que nos traten como ciudadanos americanos y no discriminen a los que viven en la isla.
Este concepto es muy difícil para que lo entienda el presidente. No esperamos más del señor Trump. Solo que nos tire papel de inodoro la próxima vez que venga.