El problema actual en Puerto Rico es que no existe seguimiento en las agencias de servicios sociales, el país está en quiebra y el servicio es solo de referido sin acción verdadera
La falta de disciplina y la falta de consideración por los demás, la avaricia, la mentira y el engaño es la orden del día en la isla
En el día de ayer pudimos notar que en la ciudad de Mayagüez hay algo verdaderamente peculiar. En cada intersección donde hay una luz de tránsito de la carretera numero 2 hay limosneros pidiendo a los choferes y pasajeros que por allí tienen que parar.
Precisamente, frente a la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez se pueden apreciar varios hombres vestidos con harapos, sucios, al sol candente, caminando en la carretera y pidiendo limosna. ¿Quién iba a decir que al lado de la estatua de Hostos todavía tendríamos gente pobre pidiendo en las esquinas, por falta de educación, trabajo, programas de asistencia pública y abandono de su propia familia?
Una universidad que cuenta con miles de profesores, administradores y personal no docente que les pasan por el lado cuando entran a su trabajo y para ellos son invisibles. Podemos añadir que los funcionarios municipales, policías, funcionarios estatales y hasta clérigos le pasan por el lado y ni los miran.
Al parecer hay que recordarles que existe una ley donde los hijos son responsables por los padres en caso de enfermedad o que estén desamparados. Si mañana mismo fuéramos al Departamento de La Familia a elevar una querella, el personal haría un expediente y luego lo pondría en turno por meses en lo que alguien interviene con la querella.
Aún todavía hay que notar existen varias leyes que prohíben pedir limosna en las carreteras y en el medio de ellas interfiriendo con el paso de vehículos de motor.
En conclusión, el problema actual en Puerto Rico es que no existe seguimiento en las agencias de servicios sociales, el país está en quiebra y el servicio es solo de referido sin acción verdadera. Tampoco los agentes de la ley quieren arrestar a estas personas que piden limosna a pesar de que están poniendo en peligro sus vidas y la de los conductores que van transitando por las avenidas. De lo contrario, si los arrestan, los tienen que mantener en una celda y luego soltarlos a su suerte.
Recientemente, un ex Secretario de Hacienda mencionó que hay una mafia institucional. Tal vez por esa razón es que no hay seguimiento en los servicios, todo es lento, en papel y no hay una verdadera preocupación por los demás.
Razón por la que Puerto Rico sigue recibiendo monitores federales, juntas de control fiscal federal y oficinas del inspector general. La falta de disciplina y la falta de consideración por los demás, la avaricia, la mentira y el engaño es la orden del día en la isla.
Puerto Rico es una isla donde la libertad de expresión está condicionada al partido político que uno pertenezca. El sistema de Justicia de Puerto Rico se encuentra podrido, es extremadamente lento y la corrupción de jueces ha sido comprobada en varias ocasiones. Las demandas en contra del gobierno nunca progresan porque los jueces son nombrados por los gobernantes de turno y no por el pueblo.
Por eso hay que mencionar a los limosneros que siguen por años pidiendo en las intersecciones de la carretera principal de Puerto Rico. Los limosneros son las víctimas directas de los que se hacen ricos robando, haciendo trampas y conspirando en el gobierno para tener contratos y trabajo para sus familiares más cercanos.
La limosna que le damos a esas personas puede ser el único dinero que tienen para comer. Muchos no tienen donde vivir y con el huracán María se les fue lo poco que tenían.
Le pedimos como solución que cada legislador, alcalde, pastor de iglesia, y cura actual adopte a un limosnero y le ayude para que salga de ese espiral de problemas que tenga.
Solicitamos a todos los lectores que le tomen fotos a los limosneros de Puerto Rico que están en cada intersección de las carreteras principales del estado y las pongan en las redes. Pueden enviar las fotos a este servidor y a la emisora de televisión más cercana para que ellos tambièn expongan el problema grave que sigue en crecimiento.
Antes de pensar en vender el turismo de Puerto Rico hay que pensar en resolver los graves problemas sociales que tenemos primero.