Intenso, sensual, carismático y versátil es lo que han hecho a Roberto Manrique ser uno de los actores más exitosos de la cadena Telemundo. Y es que este galán ecuatoriano es un hombre de retos, comprometido con su trabajo, responsable, que ha sabido ponerse a prueba y triunfar.
Lo vimos en grandes producciones como Doña Bárbara, El Clon, Los Victorinos y Flor Salvaje, entre otras. En cada una de ellas desplegando pasión y entrega a sus personajes, lo que le ha ganado ser uno de los favoritos de los televidentes.
En la actualidad Roberto forma parte de uno de los proyectos más importantes de Telemundo, “Marido en Alquiler”, junto a Sonia Smith, Juan Soler y Maritza Rodríguez, la cual está por estrenarse.
En una plática amena y sin poses, Manrique habló sobre su carrera y nuevos proyectos.
Háblame un poco de tu personaje Kike en la nueva telenovela Marido en Alquiler. ¿Cuándo comienza?
Todavía se demora un poco en salir, no hay fecha oficial. En esta ocasión soy el hijo de la protagonista, Sonia Smith, personaje que me tiene entretenido porque tiene mucha comedia. Es un gran tipo, gran ser humano, pero a la misma vez muy torpe de emociones y brusco en su manera de amar. Les va a gustar.
¿Desde cuándo decides dedicarte al arte profesionalmente?
Estudié Comunicación Social y una especialización en Diseño Gráfico, graduándome a los 22 años. Tuve una agencia de publicidad durante un año, pero no me encontraba a gusto por lo que la cerré. Con 23 años no sabía hacía donde me dirigía y tomé un taller de actuación. Sin proponérmelo, terminé enamorándome de la actuación, de la carrera, de lo que se siente estar en un escenario. De esa manera me lancé en esta aventura.
¿Te has enfrentado a muchos retos para llegar a la fama?
Sí, claro. Los retos son los que cortan el carácter y te dan la oportunidad de crecimiento. Los mejores retos que he tenido los tuve en la transición para buscar trabajo en Colombia, cuando me mudé sin tener nada. Fue un proceso muy duro y al mismo tiempo tan especial porque no tenía ni apartamento, ni manager, ni visa, ni trabajo y fue tanto el aprendizaje que hasta lo extraño.
Fue difícil; pero a la misma vez descubrí que tenía habilidades, fortaleza de carácter para enfrentarme a ello, capacidades para lo que podía lograr. Fue muy grato y lo agradezco.
¿Pensaste alguna vez que el triunfo te llegaría a tal magnitud?
Diría más bien que fue un proceso gradual y de ir visualizándolo, pero sí…siempre es extraño.
Comencé sin imaginarme trabajar internacionalmente, pero al momento que decido que me iba a dedicar a esto con ¡todas!.. recordé los consejos de mi padre cuando supo que iba a cambiar tan radicalmente de carrera: ‘No me importa que te dediques a eso, siempre y cuando lo hagas buscando la excelencia’. Partiendo de esa base tenía que ser ambicioso con excelencia y visualizándome con lo que me llenaba, que era la actuación.
¿Te ha sido difícil internacionalizarte?
Totalmente. Esa mudanza de la que te hablé a Colombia fue la internalización. Fue duro, pero fue una época en que tenía que luchar. Más de una vez amanecí sin saber con qué dinero iba a comer. Una experiencia dura pero también maravillosa.
¿Crees que tú físico ayuda a la hora de proponerte un personaje?
Si…No sólo en la actuación; la realidad es que vivimos en un mundo en que la belleza abre puertas. Eso puede ser una bendición, un buen karma, pero también un gran riesgo. Porque es fácil confundirse y creer que esa es tu herramienta y no arreglar otras habilidades u otros valores, fortalezas interiores que en realidad tienen más importancia y trascienden con el tiempo, como el talento. La belleza eventualmente se acaba y es un error basar tu valor en ella.
¿Cómo te preparas para darles vida a tus personajes?
Todos los procesos que hago son distintos. En ocasiones me ha tocado que tengo mucho tiempo de preparación y entonces trabajo con una maestra en Colombia haciendo un trabajo profundo psicológico, corporal, de recuerdos, de trabajar desde la infancia del personaje y con el eneagrama. (Una estructura de nueve tipos de personalidad distintos y sus interrelaciones, asociadas con el ser humano.)
Pero también he tenido situaciones en las cuales tengo que crear un personaje en tres días, como fue en El Clon. Ahí sucedió algo mágico desde el primer momento en que leí la primera escena, de inmediato supe por donde era, algo que no pasa siempre.
Es un proceso cambiante, que depende del estado emocional en el que estoy y qué me produce al momento de la lectura sobre el personaje para definir cuál va a ser el proceso de creación en ese caso en particular.
¿Cuál de ellos te ha sido el más difícil de interpretar? ¿Porque?
A Ver!…Creo que Victorino. Porque ese fue un personaje que tuve tiempo para preparar con mucha anticipación. Ya que los Victorinos adultos aparecían como en el capítulo 30. Trabajé con una maestra, preparé el camino, tenía todo listo y el día antes de grabar, Ramiro, ese gran director y buen amigo, me dice: ‘Si has preparado algo no quiero que hagas NADA de eso. Quiero que te vayas por el camino completamente suelto’. Es algo que él hace con frecuencia, definiéndolo como su estilo de dirección al llevarte la contraria. Estilo muy particular, pero que tiene su ventaja.
Fue muy duro el haber incorporado algo a tu cuerpo durante par de meses y de pronto tienes que llevarlo por otro camino. Pero de alguna manera también lo agradezco porque fue muy interesante.
¿A cuál le tuviste más cariño?
Me parece que el que estoy haciendo en este momento. Cada uno que voy personificando va remplazando al anterior. Sin embargo, María Nieves de Doña Bárbara. Ese loquero, huraño, bruto, torpe, que al mismo tiempo tenía una dulzura escondida en su terquedad, le tengo un cariñó muy especial.
Aunque era un personaje relativamente pequeño fue muy lindo ver como el cliché de ese personaje pequeño se volvió realidad de alguna manera. Vi como María Nieves me puso a brillar al punto que me dieron la oportunidad de hacer un protagónico. Eso fue un gran aprendizaje y es lo que agradezco a María Nieves.
¿Qué es lo más que te apasiona de tu trabajo?
Cuando llego a la verdad y me vuelvo uno con el personaje. Cuando esa adrenalina se junta y se vuelve algo muy vivo, emocionante. No pasa seguido, pero son unos instantes muy muy valiosos. Se pueden hacer muy buenas escenas pero sin llegar a eso tan especial. Sucede en televisión, con las cámaras y mucho más en el teatro y ahí tienes la respuesta del público de inmediato.
¿Qué prefieres el teatro o la televisión?
Bueno…si tuviera que elegir para el resto de mi vida creo que el teatro. La televisión también la siento mucho. Sobre todo a mí me gusta cambiar, si hiciera tres años de sólo teatro seguramente estaría muerto por hacer televisión. Necesito ese cambio.
¿Cuál es la diferencia entre ambos? ¿Cuál te exige más?
El teatro exige más en términos de que no puedes engañar, de que estas desnudo frente al público y no hay nada que hacer. La televisión es un ritmo muy intenso y hay que tener un temple y un carácter particular para poder llevarlo sin amargarte ni amargar a los demás porque puede ser muy exigente, intenso y muy duro.
¿Cómo es Roberto Manrique el ser humano y el actor?
Son la misma vaina. No hay mucha diferencia, (se ríe). Soy aventurero, curioso, intenso.
¿Tu sueño?
Recorrer el mundo gracias a mi trabajo
¿Con que actriz te gustaría trabajar?
Con Helena Bonham Carter, porque ese trio entre ella, Tim Burton y Johnny Deep hay un factor bizarro que me parece fascinante. Los caminos, los personajes que eligen, como cuentan las historias desde unos lugares tan obscuros, me llaman mucho la atención y me gusta ese tipo de humor, de sarcasmo. ¡Me encantaría hacer algún trabajo con ellos!