La situación de Puerto Rico sigue en constante cambio. Muchos ciudadanos se sienten molestos por los contratos otorgados a los puestos de confianza en todos los renglones de gobierno. Estos contratos siempre se otorgan cuando cambia a un nuevo gobierno.
Es natural que los puestos de confianza se cambien debido a que los trabajadores nuevos tienen doble función. La primera es la de proteger a la persona que los contrata y la segunda es para mantener al partido vigente desde el puesto que ocupa. No hay nada ilegal en esto. Tampoco es fácil mantenerse en estos puestos de confianza debido a que hay que estar disponible 24/7 o pierdes el empleo. Se requiere disponibilidad y sacrificio personal lo cual hace que todo trabajador esté preparado sin quejarse. Así siempre ha sido para los dos partidos que han estado en el gobierno.
Lo que es diferente ahora es que se publican todos los puestos para que la gente vea quien es el contratado, su justificación y cuánto gana por el contrato. La cantidad es relativa debido a que todo depende de la especialidad y la función especial de cada contratado. Antes todo estaba en secreto y escondido. La gente se daba cuenta de los contratados ya cuando era tiempo de elecciones.
Puerto Rico está contra la pared para hacer un cambio, no importa quien esté a cargo. No hay dinero como antes, ni prestamos billonarios ni tampoco se vislumbra dinero de parte del nuevo presidente. Hay que informar públicamente todos los gastos y entradas de cada agencia de gobierno. Por ley, hay que pagar las deudas a los bonistas que prestaron el dinero al gobierno y están representados por la Junta de Control Fiscal.
Es muy incómodo estar en esta posición de rendir cuentas debido a que ahora van a tener que presentar de forma electrónica todos los gastos, contratos millonarios, compromisos de pago y un plan para tener los libros al día que se pueda ver digital mente por la junta. La democracia verdadera se basa en la participación y comunicación del gobierno a sus ciudadanos.
El momento es difícil pero tiene remedio. Lo primero que tiene que hacer es cuadrar caja en cada departamento. Segundo, tiene que decidir en qué se puede gastar de forma eficiente para tener control y no sobregirarse como históricamente se ha hecho. Tercero, buscar la manera de ser eficientes usando la tecnología y portales nuevos en la Internet para evitar la duplicidad, aligerar la velocidad de las transacciones y servicios al cliente. Por décadas hemos castigado de forma inhumana al cliente con unas filas enormes donde se pierde el tiempo y donde las transacciones de papel retardan los procesos y servicios. Cuarto, hay que entrenar al ciudadano de Puerto Rico para que pueda usar los sistemas nuevos digitales. No es fácil migrar a la era digital si toda la vida han usado sistemas viejos de papel. Tampoco es imposible hacer sistemas electrónicos que faciliten los servicios y pagos por permisos, boletos y multas de tránsito, licencias, traspasos etc. las 24 horas del día los 7 días de la semana.
Se gastan millones en la duplicación de servicios, en la espera por servicios, en el mantenimiento, agua, luz, teléfono, Internet de edificios del gobierno, en renta de edificios de gobierno, y en el uso de sistemas antiguos de papel que solo nos mantiene detenidos y evita el progreso.
Finalmente, se recomienda que todos los empleados de gobierno tengan la oportunidad de un entrenamiento con tecnología en el uso eficiente de los sistemas y plataformas electrónicas de gobierno. Hay que cambiar la manera de pensar a una más flexible y positiva. Tenemos que salir adelante para poder competir con el resto del mundo como país. No podemos seguir dependiendo de ayudas extranjeras que cada día se van extinguiendo. Hay que volver a levantarnos como país para que podamos tener una economía saludable y un país próspero.