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Ola criminal e inestabilidad social en Puerto Rico

(San Juan, PR) Puerto Rico enfrenta una ola de violencia criminal que ha sacudido las estructuras sociopolíticas del país. La gobernadora Wanda Vázquez se reunió con la alta oficialidad del Departamento de Seguridad Pública, el secretario Elmer Román y el comisionado de la Policía, Henry Escalera, para establecer un plan de contingencia que frene la creciente ola criminal. Douglas Leff, director del Buró de Investigaciones Federales (FBI) y Stephen Muldrow, nuevo jefe de la Fiscalía Federal, también anunciaron que se unen al gobierno central para combatir la imparable violencia.

El caso que más revuelo ha creado en el país fue la masacre en el Residencial Ernesto Ramos Antonini el pasado lunes donde seis personas fueron acribilladas a balazos. Las muertes están asociados a la guerra por el control de los puntos de drogas entre los residenciales Ramos Antonini y Jardines de Sellés, que son colindantes. En el enfrentamiento también participó un grupo del municipio de Loíza.

La matanza fue precedida por fuegos artificiales lanzados en Jardines de Sellés para anunciar que había llegado un cargamento de drogas para la venta. Los usuarios de Ramos Antonini se movilizaron hacia Jardines de Sellés, oportunidad que usaron los sicarios para matar a cinco hombres y una fémina.

Una fuente del Residencial Manuel A. Pérez le informó a AHORA que la fémina asesinada, Kathia Matos Sandoval, de 29 años, era la esposa del hombre que fue acribillado en Isla Verde el pasado 6 de enero, quien aparentemente era el jefe del punto de drogas de Ramos Antonini.

“Ellos sabían que los estaban buscando para matarlos. Se parapetaron en Ramos Antonini, pero al irse sus camarillas en busca de drogas, perdieron su protección. Esto es una guerra sin cuartel que solo terminará cuando uno de los dos grupos tome el poder en Ramos Antonini y Sellés”, dijo la fuente que pidió no ser identificada. “Solo espero que esta guerra no trascienda más allá de las fronteras de esos residenciales, sería fatal”.

“Esto no sucede en Manuel A. Pérez porque cada una de las ocho secciones tiene su bichote (líder de punto de venta de drogas) y mantienen la paz entre ellos”, añadió.

La masacre de Ramos Antonini ha causado revuelo por su ubicación cercana al centro comercial Mall of San Juan y la urbanización Villa Prades. En el área también hay otro residencial, Villa España.

“Si no fuera por la ubicación de estos residenciales y los intereses económicos que se ven afectados nadie le prestaría atención”, aseguró Mireya Ramos de Carolina. “Los pobres y nuestros muertos no valemos nada para el gobierno hasta que llegan las elecciones”.

Las agencias de seguridad estatal y federal han demostrado su incapacidad para evitar que Puerto Rico se convierta en un narcoestado.

“La situación está peor ahora que lo ocurrido en los 90. En ese entonces existían reglas que evitaban el asesinato de mujeres y niños. Roto el control de Angelo Millones y los otros capos del área metropolitana de ese entonces el poder pasó a jóvenes inescrupulosos que no tienen más conciencia que el enriquecimiento a costa de lo que sea”, explicó Jonathan Suarez de Conóvanas.

“Estamos sobre un volcán en erupción que puede convertirse en el mayor desastre en este siglo. Hemos perdido los valores y las nuevas generaciones no tienen límites”, comenta Ana Soto, de Río Piedras.

“La gente decente tiene miedo de salir a la calle.  Mira esa matanza en Plaza Carolina a las 2:30 de la tarde. Ya no hay horarios ni lugares seguros”, indica Santa Martínez de Carolina.

“La policía no tiene recursos, está 80 años atrasada, y sus dirigentes son incapaces de esbozar un plan que detenga los ríos de sangre que bañan las calles de la isla”, asevera Antonio Pagán de Trujillo Alto.

Mientras el país aparenta no confiar en la capacidad de la uniformada, el secretario Román asegura que la pesquisa está adelantada. Hasta el momento solo ha habido reuniones entre las agencias estatal y federal, pero nadie está segura cual será el curso de acción que tomarán para atajar el crimen.

“El crimen no se detiene con reuniones, sino con acciones. La mano dura solo generará más violencia. El efecto dominó de estos actos de violencia nos impactan a todos. Es un problema socioeconómico que requiere de remedios innovadores para romper con el ciclo de la pobreza”, atesta una consejera que trabaja con la población penal que pidió no ser identificada”.

“Mientras más recortes imponga la Junta de Control Fiscal mayor será la violencia”, asevera la consejera. “La desigualdad social se refleja en la falta de acceso a la salud, la falta de alimentos adecuados que tienen los pensionados, la violencia de género, el maltrato a niños y adultos mayores, el sistema educativo deficiencia y la corrupción gubernamental, entre otros”.

El problema de la pobreza se incrementó en Puerto Rico luego de los huracanes Irma y María. La pobreza de los puertorriqueños es de 44.9% dos veces más que el estado más pobre de la Unión que es Mississippi. El ingreso promedio en la Isla alcanza los $19,775 anuales mientras que en el estado sureño es de $42,009. Mientras que si lo comparamos con el estado de mayor ingreso que es Maryland con un promedio de $78,916 anuales la pobreza es abismal.

La pobreza es aún mayor para los jóvenes menores de 17 años, alcanzando el 57%. La pobreza entre los adultos jóvenes entre los 18 y 24 años es de 55% para las mujeres y 50% para los hombres. Los niños que viven con un solo progenitor masculino llegan al 62% en el nivel de pobreza, pero es de 77% para los que viven con la madre.

En el 2017, antes de los huracanes, solo un 34% de los niños que vivían con ambos padres estaban bajo el nivel de pobreza.

Los municipios más pobres de Puerto Rico son Guánica con un 62.2% de su población con un ingreso promedio de $12,653; Maricao con un 65% de su población con ingresos anuales de $13, 462 y Adjuntas con el 64.1% de su población percibiendo un ingreso anual de $11,680.

“Mientras haya desigualdad social y vivamos en una sociedad consumista habrá pobreza”, asegura Sylvia Rosario, consejera ocupacional. “La falta de oportunidades y el constante bombardeo de los medios para adquirir objetos materiales lleva a los más necesitados a la criminalidad, al trasiego de drogas”.

“La ilusión de dinero rápido, la glorificación de la criminalidad, reforzada por la corrupción gubernamental y el aparente salirse con la suya de los criminales adinerado, refuerzan conductas delictivas y conducen a nuestros jóvenes por derrotero equivocado”.

“La situación empeorará según los jóvenes y los profesionales abandonan el país dejando una deuda inmensa por pagar y recortes continuos a las ayudas sociales, los servicios médicos y la educación”.

“Puerto Rico está en una encrucijada, es hora de tomar acción y dejarnos de planes inútiles que solo acrecientan el mal, pero no lo resuelven. La erradicación de la pobreza y la igualdad social son remedios inmediatos que, si no se llevan a cabo hoy, mañana podría ser muy tarde”, concluyó la experta.

 

 

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