Las 5 tradiciones que López Obrador romperá desde su posesión y que marcan «el fin de la presidencia imperial»

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Desde su campaña para la presidencia y durante su periodo como presidente electo de México, una promesa constante de Andrés Manuel López Obrador ha sido la de traer un cambio radical para el país.

Este objetivo no solo lo ha manifestado al referirse a su presidencia como una «Cuarta Transformación», término con el que pretende situar a su sexenio al nivel de tres momentos clave en la historia de México: la Independencia, la Reforma y la Revolución, sino también en las medidas que tomarán desde su toma de posesión.

«El ritual está siendo alterado para marcar un mensaje, se acabó la época de la presidencia imperial e inicia una presidencia más cercana al pueblo. Ese es el mensaje central» señaló en entrevista con BBC Mundo, Sergio Aguayo, académico e investigador del Colegio de México.

Un buen número de las medidas que está tomando como viajar vuelos comerciales, vender el avión presidencial desaparecer al Estado Mayor Presidencial, tienen sentido porque los presidentes mexicanos han abusado de los presupuestos y de los privilegios que tienen».

Así, la visión de hacer un parteaguas de su presidencia también lo expresa AMLO en la forma en la que asumió el poder este 1 de diciembre y en las tradiciones que se omitirán durante su periodo como mandatario.

Aquí presentamos algunas.

  1. Eliminación del Estado Mayor Presidencial

El órgano técnico militar conocido como Estado Mayor Presidencial (EMP) tiene la tarea de garantizar la protección del jefe de Estado y de su familia.

De acuerdo con información del portal oficial del gobierno de México, existe desde el inicio de la vida independiente el país, aunque con diferentes nombres y características. De hecho, Agustín de Iturbide, quien rigió el primer gobierno provisional mexicano, «contó desde 1823 con un denominado Estado Mayor».

Sin embargo, AMLO ha reiterado desde su campaña que no usará el servicio de protección y seguridad del Estado Mayor Presidencial como parte de su plan de «austeridad republicana».

En lugar del EMP, López Obrador dijo que contará con la «ayudantía» de 10 mujeres y 10 hombres que no estarán armados y que recibirán entrenamiento «no necesariamente en seguridad».

  1. Presencia limitada de militares en toma de posesión

«¡Pelones, no!», con estas palabras, el presidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo resaltó a mediados de octubre la ausencia de militares y hombres armados en la toma de protesta de AMLO.

Y en un comunicado de la Cámara de Diputados rechazó que se vaya a implementar un «supercerco de seguridad».

«Solo la seguridad preventiva. Francamente no vemos por ningún lado un trastorno que pueda haber».

Sobre la seguridad de los mandatarios extranjeros y sus delegaciones que asistan al evento, de acuerdo con el manual de la Secretaría de Relaciones Exteriores, fue el ejército el encargado.

Como contraste, Enrique Peña Nieto fue custodiado durante todo su sexenio por elementos del Estado Mayor Presidencial.

Y en el periodo en el que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) estuvo en el poder, previo al año 2000, se solían hacer desfiles como parte de la toma de posesión en los que participaba el ejército.

El objetivo, de acuerdo con Muñoz Ledo, quien como presidente de la Cámara de Diputados es el encargado de la ceremonia, es que la toma de posesión sea «austera y solemne» ya que es la «refundación de la República».

  1. El presidente no vivirá en la residencia Los Pinos

La Residencia Oficial de Los Pinos, conocida coloquialmente como «Los Pinos», ha sido desde 1934 la propiedad en la que viven los presidentes de México. Antes de convertirse en la residencia oficial, los presidentes vivían en el Palacio Nacional o en el Castillo de Chapultepec.

Sin embargo, una de las declaraciones que ha hecho AMLO desde su campaña ha sido que no vivirá en Los Pinos ni en el Palacio, sino en una casa que rentará aledaña a la zona.

«No voy a vivir en Los Pinos, van a cambiar las cosas. No voy a vivir en una mansión; voy seguir viviendo en mi casa, que es casa de ustedes. No voy a ir a vivir a esa casa que está embrujada, ahí espantan, sale el chupacabras», dijo en mayo López Obrador en Miahutlán, Oaxaca.

Incluso, López Obrador dijo que convertirá a Los Pinos en un «espacio para las artes y la cultura» al que tendrá acceso cualquier ciudadano mexicano o extranjero y que la zona en la que se encuentra dicha propiedad pasará a formar parte del parque del Bosque de Chapultepec.

Será la primera vez que se la residencia oficial se abra al público general, lo que ya causó expectativa entre muchos mexicanos curiosos de conocer el lugar donde vivieron los anteriores presidentes del país.

  1. Adiós al avión presidencial

En 2016, llegó a México el Boeing 787-8 «José María Morelos y Pavón» para ser el nuevo avión de los presidentes del país y sustituir a la aeronave Boeing 757-200 «Presidente Juárez», con 28 años de servicio, de acuerdo con información del portal oficial del gobierno mexicano.

El costo total del avión, que se había adquirido en 2012 durante la administración del expresidente Felipe Calderón, fue de US$218,7 millones.

Y desde el momento de su compra hubo críticas por el costo de la aeronave, entre las cuales resalta el famoso: «Ese avión no lo tiene ni Obama» que dijo AMLO en repetidas ocasiones durante su campaña con la promesa de que venderá el avión una vez que sea presidente.

¿Cómo se transportará el presidente de México?

Ni en Morelos ni en Benito. Lo que ha anunciado hasta ahora es que viajará como lo hizo durante su campaña, en vuelos comerciales.

  1. Sin Primera Dama

La esposa de AMLO, Beatriz Gutiérrez, ha hablado de «poner fin a la idea de la primera dama» y ser simplemente la compañera del próximo presidente.

«En México, no queremos que haya mujeres de primera ni de segunda», dijo Gutiérrez, doctora en historia, durante un mitin en Veracruz el mayo pasado.

«Con todo respeto a las mujeres que han estado antes en ese papel, decir ‘primera dama’ es algo clasista».

 

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