Solo era una esposa y una madre más. Era totalmente feliz con mi vida, pero hoy voy a inscribirme como candidata a la presidencia».
De una vida ordinaria a una turbulenta que roza la pesadilla si tenemos en cuenta que Svetlana Tikhanovskaya tuvo que enviar a sus hijos a vivir al extranjero y que su marido está en la cárcel por lo mismo que ella intenta ahora.
Y es que desafiar en las urnas a Alexander Lukashenko, el hombre que ha gobernado Bielorrusia durante 26 años, no está siendo un camino fácil.
Svetlana Tikhanovskaya, la esposa de un blogger encarcelado, se enfrentará al presidente en las elecciones del 9 de agosto, mientras que la gente sale a las calles para exigirle que se vaya.
Si tiene éxito, se convertiría en presidenta.
Por eso Tikhanovskaya se ha unido a otras dos mujeres, Veronika Tsepkalo y Maria Kolesnikova, para liderar una campaña de oposición en las elecciones presidenciales.
Las tres comparten una coincidencia: las candidaturas de sus maridos o jefes fueron, de una u otra manera, excluidas de la carrera presidencial por ser críticos con el presidente.
Además, el blogero Sergei Tikhanovsky, esposo de Tikhanovskaya, y el candidato Viktor Babaryko, del que Kolesnikova es portavoz, están encarcelados.
«Esposas, madres y amas de casa»
«Lo que hace que la iniciativa de estas tres mujeres sea aún más notable es la naturaleza patriarcal de la política bielorrusa», dice Yana Lyushnevskaya, analista de Bielorrusia en BBC Monitoring.
Explica que durante sus casi tres décadas en el poder, el presidente Lukashenko se ha encargado de expandir el mensaje de que el papel de las mujeres en Bielorrusia es el de «esposas, madres y amas de casa».
Lukashenko, que fue elegido por primera vez en julio de 1994 y busca ahora su sexto mandato, dijo recientemente que los bielorrusos «no estaban listos para votar por una mujer» y que la «constitución no está hecha para las mujeres».
Pero podría haber juzgado mal a su audiencia, dado que sus comentarios provocaron una protesta y se vio obligado a explicar que no tenía intención de ser misógino o irrespetuoso.
Nuestra constitución está escrita de tal manera que es difícil incluso para un hombre llevar esta carga. Y si se la pusiéramos a una mujer se derrumbaría, pobre», aclaró el presidente Lukashenko.
¿Una nueva era política?
Las manifestaciones conjuntas organizadas por Svetlana Tikhanovskaya, Veronika Tsepkalo y Maria Kolesnikova han hecho historia en Bielorrusia.
La foto de las tres mujeres haciendo campaña juntas se ha convertido en «un símbolo de una nueva apuesta para desafiar al presidente Alexander Lukashenko», dice Lyushnevskaya.
Podrían haber sido consideradas como recién llegadas, pero de una forma u otra, todas tienen años de experiencia en política y vida pública.
«Mi esposo Sergei Tsikhanovsky unió a la gente, así que también hemos decidido unirnos para lograr un objetivo común«, dijo Tikhanovskaya en su primera aparición en un mitin de campaña.
Sergei, un influyente bloguero, fue apartado de la carrera presidencial y encarcelado después de ser acusado de planear protestas masivas.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que monitorea elecciones internacionalmente, no ha reconocido ninguna elección en Bielorrusia como libre y justa desde 1995.
Si gana, Tikhanovskaya dice que quiere celebrar nuevas elecciones, que sean «justas», liberar a los «presos políticos» y recuperar la constitución de 1994, que reduce los poderes presidenciales y limita el número de veces que un individuo puede ser reelegido.
Esperanza para el futuro
Veronika Tsepkalo, la esposa de otro de los candidatos vetados Valery Tsepkalo, está de acuerdo.
Su esposo, un exembajador en Estados Unidos, fue considerado en algún momento una amenaza creíbles para Lukashenko, pero fue uno de los nueve candidatos descartados por la Comisión Electoral Central de Bielorrusia para las elecciones.
Durante un mitin en Minsk, Veronika Tsepkalo acusó al presidente Lukashenko de la caída de la población de Bielorrusia.
«Nuestros jóvenes se van al extranjero, familias enteras, en busca de una vida mejor, porque allí hay libertad», dijo.
«Hay libertad de expresión, mejores salarios , y lo más importante, hay esperanza. Algo que los bielorrusos aquí no tienen. Queremos cambiar eso», dijo Tsepkalo.
La portavoz
La experiencia de Maria Kolesnikova es ligeramente diferente.
Era la portavoz del candidato presidencial Viktor Babaryko, un conocido banquero en Bielorrusia que se considera el contendiente más fuerte contra Lukashenko.
Pero cuando se vio obligado a retirarse, después de ser encarcelado por cargos de malversación de fondos y fraude, ella decidió postularse en su lugar y unirse a la campaña de mujeres.
Aunque las tres mujeres provienen de diferentes partidos independientes, todas comparten puntos clave de su programa como la reforma política, la lucha contra la corrupción o la mayor libertad de expresión.
Lyushnevskaya, de BBC Monitoring, dice que la campaña de las tres mujeres ha generado entusiasmo, en un país a menudo poco interesado en la política, tal vez debido a décadas de acusaciones de fraude electoral.
Pero Lyushnevskaya reconoce que también existe preocupación entre la oposición «de que el esfuerzo está condenado al fracaso».
El pesimismo no es sorprendente considerando la «historia de elecciones no democráticas del país y la presión ya brutal sobre los opositores de Lukashenko en la actual campaña», agrega Lyushnevskaya.
Cualquiera sea el resultado, la campaña de las mujeres ciertamente está trayendo un nivel de unidad que rara vez se ve en la política bielorrusa.
Quizás esta vez, dicen los críticos, la elección de Lukashenko no sea tan directa como él creía.