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La Ley Algarete en Puerto Rico

Hace varios días que un policía entró a la Cooperativa Federal en Guaynabo y se tomó de rehén a varios empleados.  El policía estaba uniformado y con su pistola en mano.  De momento se formó un sal pafuera que ocupó todas las emisoras de televisión y radio. Cerraron las avenidas cerca de la cooperativa y comenzaron a negociar.

El caso más raro es que el policía no pidió dinero.  También supuestamente disparó un tiro con su pistola de reglamento el cual puso a todo el mundo a correr. Algunos empleados y clientes de la cooperativa lograron salir por una escalera a toda prisa.

Mientras tanto, afuera estaba la policía estatal y federal con sus rifles listos para cualquier eventualidad. Luego de varias horas de negociación las autoridades se dieron cuenta que el policía no quería dinero y que el policía solo quería enviar un mensaje.

Todavía no se sabe cual era el mensaje.  Finalmente, el policía se entrego a las autoridades y fue ingresado a un hospital para evaluación.  Luego de esto, el policía fue llevado ante un juez para que se le dictaran los cargos por las faltas a la ley que había cometido.

Por sorpresa de todos, el juez encontró No Causa Para Arresto.  O sea, que no le van a dar ningún cargo por infracción a la ley de secuestros, disparar con un arma de reglamento, amenazar a los clientes, etc. Se le ha comunicado a la prensa que el individuo se encuentra en un hospital para tratamiento de enfermedades mentales.

Según los analistas radiales, los fiscales hicieron una chapucería y no presentaron los cargos de forma apropiada lo cual obligó al juez a tomar tal decisión de No Causa Para Arresto.  Luego de eso el policía fue ingresado a un hospital para seguir su tratamiento.

Se le ha preguntado al Secretario del Negociado de Seguridad Publica, Carlos Pesquera el cual ofreció su acostumbrada opinión sobre el caso.  El policía del incidente de la cooperativa indicó que estaba cansado. Según Carlos Pesquera, todos estamos cansados de trabajar y los policías tienen todos los servicios de salud disponibles.

Lo raro de todo este caso es que si sucediera lo mismo con cualquiera de nosotros, ya estaríamos en la cárcel esperando dos o tres meses en turno para ser llevado a un juez con cargos de armas y secuestro.  Mientras tanto, los casos de infracción a la ley de armas y secuestro hecho por un policía estatal se le dan un lavado de cara y se mantiene como un caso aislado de un policía que esta enfermo mentalmente.

Da pena ver como el sistema de justicia se deteriora como un cáncer.  La sobre carga a todos los policías y fiscales hacen que el sistema sea uno deficiente y selectivo.  También da pena ver como los policías siguen matando a sus parejas usando sus armas de reglamento.

El gobierno y los fotutos del partido en el poder tratan de subsanar este mal social anunciando la inclusión de un currículo escolar sobre la violencia de género. El tomar clases en la escuela sobre la violencia de género no cura este mal social.  El problema es multifactorial y hay que atacarlo desde su raíz. Hay que reconocer que hay un problema y hay que actuar rápido para evitar mas muertes.

El problema actual de los policías es que cuando van a pedir ayuda psicología o psiquiatría, inmediatamente le quitan el arma de reglamento y queda marginado y marcado para siempre como una persona débil.  Por eso, los policías prefieren callar y tomar días por enfermedad.  El resultado de aguantarse la enfermedad mental es lo que vimos recientemente en la cooperativa federal.

Una persona con problemas mentales, sobre carga de trabajo, presión y ansiedad por el trabajo tan peligroso es lo que tenemos en Puerto Rico.  Como este policía hay cientos de personas en todas las agencias que viven con el temor de ser estigmatizados.

 

 

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