En efecto. Durante una conferencia de prensa, desde el palacio presidencial La Casa Grande del Pueblo, en La Paz-capital de Bolivia, Evo Morales renunció a la presidencia, el pasado 10 de noviembre, luego de 14 años en el poder. Se sumó a esta dimisión su vicepresidente, Álvaro García Linares.
En su alocución, el ex mandatario recalcó que su renuncia era para facilitar la pacificación de Bolivia que, en las últimas semanas, ha vivido una convulsión social por una oleada violenta perpetrada por opositores a su régimen y a raíz de que la Organización de Estados Americanos (OEA), pidiera nuevas elecciones por presuntas irregularidades en los comicios presidenciales realizados, el pasado 20 de octubre.
“Decidí renunciar a mi cargo para que Carlos Mesa y Fernando Camacho, dejen de maltratar y perjudicar a miles de hermanos. Tengo la obligación de buscar la paz y duele mucho que entre bolivianos nos enfrentemos, por esta razón envié mi carta de renuncia a la Asamblea Plurinacional de Bolivia”, remarcó.
Los militares y policías, de su parte, también le solicitaron que dimita para pacificar el país, por lo que Morales afirmó “ha habido un golpe cívico, político y policial”. Añadió “mi pecado es ser indígena, dirigente sindical y cocalero”. Terminó su intervención advirtiendo “Aquí no termina la vida, la lucha sigue”.
El anuncio de la renuncia llegó horas después de que el comandante de las Fuerzas Armadas de Bolivia, general Williams Kaliman, sugiriera al ex mandatario que diera un paso al lado para desbloquear la crisis política.
Antes de que se de esta decisión, Morales convocó a nuevas elecciones generales “para buscar la paz” atendiendo una recomendación de la OEA, pero esto no calmó las protestas de la oposición. El presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, Fernando Camacho exigió la renuncia de todos los altos funcionarios. Además, solicitó que se conforme una “junta de notables” para gestionar la transición.
A última hora, se conoció que existe una orden de aprehensión en contra de Evo Morales, lo confirmó el líder de la oposición, Fernando Camacho, uno de los políticos que estuvo detrás de las protestas que llevaron a la renuncia de Evo Morales.
Cabe recordar que Morales fue el primer presidente indígena que llegó a la presidencia, el mandatario que permaneció por más tiempo en el poder en la historia de Bolivia. Deja un país con altos índices de desarrollo humano y con un crecimiento económico de 4.5%, según la Comisión Económica Latina y el Caribe (CEPAL).
Asimismo, el ex vicepresidente, Álvaro García Linares, dirigió mensajes a través de twitters y enfatizó “Estamos dejando a Bolivia con dignidad y soberanía, con conquistas sociales. Quiero agradecer a los bolivianos por haberme acompañado, hemos estado al servicio del pueblo”.
“No es ninguna traición a los movimientos sociales, la lucha sigue. Somos pueblos que gracias a esa unidad política y orgánica, hemos liberado Bolivia. Estamos dejando una patria liberada”, agregó.
ANTECEDENTES
Los problemas en Bolivia se iniciaron la misma noche de las elecciones, cuando el Tribunal Supremo Electoral (TSE) suspendió abruptamente el conteo de las votaciones con un 83% escrutado y con una tendencia que apuntaba a que iba a haber segunda vuelta entre el ex mandatario con el candidato opositor, Carlos Mesa.
Esta circunstancia llevó a la oposición a calificar que en las elecciones hubo un “fraude descarado”. Lo que llevó a que se iniciara enfrentamientos violentos entre partidarios de Morales, en su mayoría miembros de movimientos sociales, contra la oposición.
REACCIONES
El periodista, Leonardo Parrini, ante los acontecimientos ocurridos en Bolivia expresó “Fue el anuncio de una caída anunciada. La crisis boliviana acorraló al presidente Evo Morales”.
Agregó “La situación tuvo una salida de fuerza el momento que los policías se amotinaron hace dos días y dejaron de actuar en las protestas para saldar así viejas cuentas pendientes con el Gobierno. Un factor clave para decantar la situación a favor de los manifestantes. Durante su mandato, Morales quitó a la institución policial algunas atribuciones como la administración del sistema de identificación, y prefirió apoyarse en las Fuerzas Armadas que, sin embargo, no han querido apoyarlo en esta crisis”:
Por su parte, Kintto Lucas, analista internacional señaló “La historia de Bolivia es la historia de traiciones y los traidores. Hoy se regresa a ese camino con el golpe cívico- militar contra Evo”.
Además indicó “Bolivia vuelve al camino del Golpe de Estado. Las FFAA vuelven a ser golpistas (dejaron de serlo algún momento?) OEA y EEUU son responsables del arrinconamiento de Evo. Aquellos que se dicen de izquierda y se lavan las manos en América Latina: entienden lo que ocurre?”.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE) puntualizó “Nuestra solidaridad con el pueblo boliviano, repudiamos el GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA, orquestado por la derecha, la oligarquía y grupos económicos contra el gobierno de Evo. Exhortamos respeto a los DDHH en apego a los tratados internacionales”.