Así se expresó el sociólogo y académico, David Chávez, respecto a un posible consenso político entre los sectores progresistas para encarar las próximas elecciones de febrero de 2021, e hizo un análisis del papel que juega la coalición de movimientos y partidos políticos que cogobiernan el país.
En un diálogo mantenido con este medio, puntualizó que primero tendríamos que entender qué significa el progresismo. Señaló que ahí hay una especie de supuesto asumido, sin realmente saber el significado de esta palabra. Para el caso ecuatoriano, este momento, el progresismo no es lo mismo que hace un año. Entonces, no deberíamos hablar de un pacto progresista sino un pacto por el país.
Subrayó que la crisis a la que nos condujeron quienes han gobernado estos tres años, es de tal gravedad, que el acuerdo básico en este momento es evitar que el país entre en una crisis total e integral y que ponga en riesgo la existencia misma de Ecuador. No quiero asomar muy alarmista pero me parece que estamos en esa situación, además, los gobernantes no dan ningún viso de repensar un poco su credo y dogma fanático neoliberal.
Aseveró que vivimos una crisis política porque la posibilidad de pensar en un país democrático es imposible, cada vez debemos ser más conscientes que en Ecuador la democracia quedó suspendida hace un buen rato, con lo ocurrido en octubre y con lo que está ocurriendo ahora, ese cierre y clausura democrática provocada por Moreno, se ha radicalizado todavía más.
Veo actores políticos que hablan de candidaturas para el 2021, a mí me parece ridículo, porque es muy probable que no tengamos elecciones. Y así hay gente que se está pensando en ser candidatos. Si tenemos elecciones éstas van a ser controladas, restringidas y poco democráticas. Insisto estamos viviendo un estado de excepción, de vulneración total de garantías democráticas y derechos, esto no es retórico sino práctico.
Ecuador está viviendo en un Estado de ficción permanente, en el sentido de que no se está respetando la Ley y las legitimidades democráticas. Sencillamente si usted tiene a una fuerza política que representa a una gran porción de la población, me refiero al correísmo. Si esta fuerza política está bajo asedio, sin posibilidad de representación política, sin posibilidad de tener un partido político propio y sin posibilidad de participar en las elecciones etc. eso no es democracia.
No debemos perder de vista que existen distintos grupos de la coalición que han ganado espacios en el gobierno, en distintos niveles, con diferentes grados de importancia, pero en general cada grupo ha recibido una parcela de poder en el Estado. Hay que tomar en cuenta que en la época del correísmo esos grupos quedaron fuera del control del Estado; entonces haber retomado el control es el logro político más importante que han obtenido, por ejemplo: la Banca es la que dictamina la política económica, sin mediaciones. El ministro Martínez no es más que un empleado de la ésta, lo cual constituye en retroceso enorme para el país. De igual manera, es evidente que los partidos políticos controlan la justicia.
Ese reparto lo que ha hecho es evidenciar que lo que han ganado es muy importante para esa coalición, es por esa razón que resulta difícil encontrar fisuras dentro de ella. Puede haber tensiones, puede haber conflictos pero al final terminan encontrando salidas que les permite resolver problemas.
De otra parte, hay otro problema que es una de las graves limitaciones, inclusive, del propio correísmo y de otros movimientos sociales y partidos políticos que nos afecta: somos una sociedad escasamente organizada en términos de sociedad civil y de organizaciones políticas. Se piensa que las únicas fuerzas organizadas son los partidos de izquierda y organizaciones sociales tradicionales que tienen una limitadísima representación social, con los cuales sería prácticamente imposible un acuerdo político precisamente porque a esos actores les conviene mantener este estado de caos y desastre, ya que sus cálculos están centrados en evitar que el correísmo vuelva a tomar el poder.
En este momento es cuando uno se da cuenta lo importantísimo que es promover la sindicalización de trabajadores públicos y privados. A nombre de ciertas malas experiencias sindicales se debilitó la sindicalización en el sector público. Lo que demuestra que no se puede tomar esas decisiones a partir de la excepción sino de la norma general. Ahora vemos las consecuencias de no tener sindicatos en los sectores públicos, vemos cómo se ha despedido a miles de trabajadores, se les ha bajado el salario, se les sigue despidiéndolos y se les precariza y, no hay quien pueda decir ni hacer nada para defenderlos
En el sector privado sucede exactamente lo mismo. La sindicalización en Ecuador es mínima. Además tenemos centrales sindicales que están haciendo cálculos para ver cómo siguen cogobernando con Moreno. En esas condiciones construir capacidad política, en el sentido fuerte, es lo más aconsejable; es decir no ganar solamente las elecciones sino tener una fuerte organización política.
2.- ¿Quién gobierna Ecuador?
Es muy difícil saberlo. Desde que Lenin Moreno llevó adelante su estrategia planificada con antelación, lo que ocurrió es que volvimos a una vieja forma de gobierno y funcionamiento del Estado, que implica que diversos grupos hacen acuerdos y toman el control del Estado, se reparten éste de acuerdo a la presión y capacidad de negociación que cada actor político tiene.
Para resumir diría que es una amplia coalición de diversos grupos que durante los 10 años de la Revolución Ciudadana, cuando gobernaba Rafael Correa Delgado, estaba en oposición a ese Gobierno. Pero con el viraje político de Lenin Moreno hacia la derecha, lo que se produjo fue una nueva correlación de fuerzas políticas y quienes estaban en la oposición pasaron a ser gobierno.
Esta amplia coalición tiene una variedad de actores políticos y sociales que van desde la ultra derecha hasta los que se dicen de izquierda. Los que antes eran de la de Alianza País unos se alinearon con Moreno y la otra facción se quedó en la oposición contra Moreno y, hoy en día, pertenecen al movimiento Revolución Ciudadana, liderado por Rafael Correa.
En medio de eso se puede descifrar que, en la coalición, hay actores centrales, periféricos o secundarios. Los centrales son, principalmente, ciertos sectores empresariales ligados a la importación, la Banca que injiere, directamente, en la toma de decisiones económicas y, los actores políticos de la derecha como el Partido Social Cristiano (PSC) y Creando Oportunidades (CREO).
Sumados a ellos, como personajes secundarios o periféricos, están algunos partidos de izquierda como el Socialista y otros entre las sombras como Pachakutik que fue determinante en el desmantelamiento institucional del Estado, el Movimiento Popular Democrático (MPD), y algunas organizaciones sociales y sindicatos como el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) y la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE).
Este conjunto heterogéneo y complejo es el que ha venido gobernando estos tres años, con distanciamientos y acercamientos inclusive conflictos entre ellos. Con este modo de manejar el poder lo único que se obtuvo es el debilitamiento muy significativo del Estado, que estamos constatando con mucho dolor
3.- ¿Cuál es el papel que juega la oposición?
Hay que hacer una doble lectura de esto: hay una oposición calmada y más abierta a negociar con el gobierno y otra radical que quedó por el viraje político de Moreno. Esta oposición radical, es la llamada Revolución Ciudadana, que en estos tres años, ha sido muy constante.
La oposición calmada es la que se va acomodando de acuerdo a las circunstancias, sobre todo sus líderes que actúan alejados de sus bases. Eso vimos en octubre con el movimiento indígena y otras organizaciones sociales, cuando sus bases fueron las que presionaron a sus líderes a un enfrentamiento con el Gobierno.
Pero al final de cuentas, estos sectores políticos no terminan de romper con el gobierno, no lo hicieron en octubre con muertos de por medio, y no lo han hecho hasta ahora. Una situación absolutamente dramática y dolorosa del país. Tampoco ha habido una ruptura radical, por ejemplo: el partido Socialista que aún es parte del gobierno y mantiene altos funcionarios en el Gobierno con responsabilidades importantes.
En realidad me parece que el juego de esta oposición consiste en acomodarse de acuerdo a las situaciones para lograr mejores posiciones de negociación por un lado y por otro lado evitar el desgaste político que significa estar cerca de Moreno. Esta especie de juego político de distanciamiento reactivo es común en muchos actores políticos, les ha funcionado a los de izquierda y también a la derecha, en este juego el Partido Social Cristiano (PSC) tiene mucha experiencia.
Este partido ha venido apoyando al gobierno estos tres años, pero, en situaciones de crisis toma distancia, al final termina restituyendo sus alianzas y alineamientos, aunque sea de manera silenciosa que es lo que parece que está ocurriendo, hoy mismo, después de un distanciamiento debido a actos irresponsables del Gobierno central y de la Alcaldía de Guayaquil en el deplorable tratamiento de la pandemia en esa ciudad. La tragedia de Guayaquil hizo saltar en pedazos lo que nos habían vendido como un “modelo exitoso”, que ellos lo llamaron a su gestión municipal, y que quedó demostrado que no era así, que, en realidad, era un mito y una ficción.
El PSC tiene 30 años en Guayaquil, sin embargo no fueron capaces de manejar la crisis. En medio de este caos se provocó un aparente enfrentamiento entre el Gobierno y el Municipio de Guayaquil y de ahí en adelante esa ha sido la dinámica, parece que están enfrentados, después se calman las aguas y nuevamente están como aliados.
4.- ¿Cómo ha enfrentado políticamente el régimen la catástrofe producida por el coronavirus?
Yo creo que ni siquiera han enfrentado, lo que ha hecho el Gobierno es mantener su política. Un indicador muy significativo que contrasta a nivel mundial es que, prácticamente, en todos los países esta crisis les obligó a replantear muchas de sus políticas, por ejemplo: Boris Johnson, en un principio, en Inglaterra dijo que sólo era una gripe y, ahora, él es el primero en salir a decir que hay que mantener el aislamiento porque se enfermó. Emmanuel Macron, mandatario francés dijo que es importante invertir en salud pública y reconoció que hay cosas que no funcionan con la lógica del mercado. El multimillonario Bill Gates manifiesta que hay que atender la salud pública y la cooperación internacional para resolver problemas, porque la epidemia nos ha puesto a pensar que estamos súper conectados y es imposible que esto se maneje solamente a nivel estatal.
Un poco de presidentes, quizás los más estúpidos del mundo, no se movieron un centímetro en su gestión frente a la pandemia como Ronald Trump, Jair Bolsonaro y Lenin Moreno. Mientras en otros países están discutiendo sobre una renta básica humana, la necesidad de provisión de alimentos, la ayuda a los trabajadores precarizados, o a los que tienen que salir a la calle a ganarse el día a día, en Ecuador unos trasnochados fanáticos que asesoran al gobierno sugieren la continuidad de un programa neoliberal muy agresivo.
Ni el Fondo Monetario Internacional (FMI) ni el Banco Mundial (FM) están sugiriendo las idiotas medidas que este grupo de fanáticos está ejecutando. El Gobierno, que no tiene capacidad alguna de pensar por sí mismo, lo que hace es escuchar a estos ideólogos de los grandes empresarios y banqueros.
Ecuador debe ser uno de los pocos casos, que en medio de una crisis lo primero que hace es pagar la deuda externa, y además engañarnos porque dijeron que habían pagado sólo el capital, cuando hace pocos días admitieron que pagaron los intereses también y que no hubo ninguna renegociación sino que la pospusieron. Lo dramático es que el gobierno de Ecuador no se ha movido un centímetro de lo que ha sido su desgobierno, lo único que les ha interesado es mantener una la línea de continuidad en el manejo del programa neoliberal que venían ejecutando. De hecho la crisis les ha servido como pretexto para radicalizar el programa neoliberal. Políticamente siguieron con el reparto del Estado y la persecución al correísmo que es su objetivo central.
Cualquier ecuatoriano/na puede preguntarse quién está al mando de la crisis, quién es la voz que lidera la crisis y seguro cada uno va a tener una respuesta distinta. Un caos total con el cual el Gobierno ha manejado esta situación. Cada funcionario del gobierno parece tener una agenda distinta. Se contradicen entre ellos y dan datos que no corresponden a la realidad.
5.- ¿Conoce la sociedad ecuatoriana hacia dónde va, ante todo, en el campo político?
Creo que no, porque además nos hemos olvidado un aspecto central que es el incondicional apoyo que los grandes medios comunicación privados le dan a este Gobierno, ellos se han convertido en sus órganos de propaganda.
Ellos también juegan a tomar distancias, cuando se vieron desbordados por las noticias que empezaron a circular sobre Guayaquil, a través de la prensa internacional, se vieron obligados difundir lo que ocurría, pero, en general su estrategia es de encubrimiento de las ineptitudes y la incompetencia del Gobierno, esto no permite dimensionar a la mayoría de la población la gravedad de la crisis de la que ya veníamos sufriendo anteriormente.
6.- ¿Podríamos señalar la emergencia de nuevos cuadros políticos, en esta coyuntura?
La estrategia de este gobierno es como decir “tierra arrasada” lo que ha significado, también, la destrucción de la política, por lo que se promovió la antipolítica. Al exacerbar el discurso de la anticorrupción, que no es neutro, se promovió una visión conservadora de la antipolítica, lo cual se ha logrado posicionar muy bien. No está devastado sólo el Gobierno y el Estado sino el campo de la política en general. Además, en esta crisis política- económica tan severa es muy difícil ver, en ese contexto el surgimiento de liderazgos políticos.
7.- ¿Cuáles grupos estarían sacando ventaja de esta crisis política, social y económica?
Los grupos empresariales afines a los importadores, los banqueros y ciertos grupos políticos de la derecha e izquierda, quienes no necesariamente han sacado provecho en el sentido de posicionarse políticamente. Para ellos lo más significativo es destruir, en el campo político al correísmo, ese es su beneficio que han obtenido tanto los actores de derecha como cierta izquierda. Pero aún no terminan su propósito como quisieran, por ejemplo: neutralizarlo o quitarle de la disputa política.
8. ¿-Hay posibilidades de que se pospongan las elecciones?
Una de las primeras acciones que se propuso fue posponer las elecciones, no tenían un plan de contingencia para responder a la emergencia sanitaria en Guayaquil, pero estaban pensando en sentenciar a Correa y posponer las elecciones. Eso evidencia cuáles son las prioridades del Gobierno y a lo que están dispuestos, efectivamente, a llevar adelante un programa más radical, en cuanto al autoritarismo y al irrespeto total a las leyes y al estado de derecho.
Eso es preocupante porque, en mí interpretación, esto no habla de un Gobierno debilitado sino de un Gobierno que tiene mucho poder. Por eso es que hay premura en ciertos actores políticos que piensan que estamos viviendo condiciones democráticas normales y que vamos a tener elecciones libres y que la gente va a repudiar a este Gobierno en las urnas.
Creo que solamente un acuerdo entre actores sociales y políticos más amplio que lleve a presionar a la Asamblea Nacional, para propiciar una transición democrática sería la única posibilidad. Sin embargo es un escenario complicado, muy difícil de conseguir, porque no existe confianza en esta función del Estado.