La mitad de los inmigrantes indocumentados que residen en Estados Unidos son mexicanos.
De acuerdo con un estudio del Centro de Investigaciones Pew, 5,8 millones de mexicanos vivían en ese país sin contar con las autorizaciones requeridas para el año 2014.
La cifra, por abultada que parezca, en realidad señala una tendencia a la disminución en el número de inmigrantes mexicanos en situación irregular pues en el año 2009 eran 6,4 millones.
En cualquier caso, ambos números indican que las autoridades mexicanas tienen motivos para estar preocupadas por la política de deportaciones anunciada por el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Los nuevos lineamientos anunciados por el departamento de Seguridad Interior (DHS, por sus siglas en inglés) amplían las potestades de los funcionarios para deportar a los inmigrantes sin papeles y aumentan el número de casos considerados prioritarios para abarcar no solo a quienes hayan cometido delitos graves, sino además a quienes hayan cometido cualquier tipo de delito.
Para hacer frente a ello, el gobierno de México anunció la apertura de centros de asistencia legal en consulados de 50 ciudades estadounidenses.
Estas oficinas proveerán de asesoría legal gratuita a los ciudadanos mexicanos que sientan que sus derechos en Estados Unidos están en peligro.
El ministro de Exteriores de México, Luis Videgaray, dijo al respecto que a su país le interesa el respeto de los derechos humanos de los mexicanos que viven en Estados Unidos, aunque aclaró que los nuevos centros «no promoverán la ilegalidad».
Preocupación e irritación
Las relaciones entre México y Estados Unidos se encuentran en su punto más bajo en varias décadas.
Una semana después de haber asumido la presidencia el 20 de enero, Trump reafirmó su decisión de construir un muro a lo largo de los 3.200 kilómetros de frontera con México.
Además insistió en que será México el que pague el costo de la obra.
El anuncio llevó al presidente de México, Enrique Peña Nieto a cancelar un viaje a Washington y a anunciar la aprobación de fondos adicionales para proteger los derechos de los mexicanos que residen en Estados Unidos.
Durante una visita a México, realizada el mes pasado por el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson y el jefe del departamento de Seguridad Interior, John Kelly, Videgaray dijo que las políticas de Trump hacia México son una fuente de «preocupación e irritación».