La pérdida auditiva es común y ‘progresiva’ en los estadounidenses mayores

Las tasas se aceleran especialmente tras los 90 años de edad, encuentra un estudio, pero los audífonos se usan poco

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Un nuevo estudio encuentra una pérdida auditiva generalizada entre los estadounidenses mayores, con una tasa particularmente alta tras los 90 años.

En la muestra del estudio de 647 personas a partir de los 80 años de edad, casi todas tenían cierto nivel de pérdida auditiva, basándose en los resultados de pruebas, y las que tenían más de 90 años eran las más afectadas.

«La pérdida auditiva acelera con la edad entre los más ancianos, una población en que los audífonos se utilizan muy poco a pesar de su inmenso beneficio potencial», concluyó un equipo dirigido por el Dr. Anil Lalwani, del Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.

Un especialista en la audición cree que el estudio quizá incluso subestime el problema.

«La población del estudio tenía acceso a la atención médica y los medios sociales y financieros para recibir una evaluación», señaló el Dr. Darius Kohan, jefe de otología del Hospital del Ojo, el Oído y la Garganta de Manhattan, en la ciudad de Nueva York.

«Muchos de nuestros ciudadanos quizá no tengan la capacidad de buscar una evaluación de los déficits de la audición», señaló, de forma que la cantidad real de personas mayores con dificultades de la audición podría ser incluso mayor.

En el estudio, el equipo de Lalwani comparó las tasas de pérdida auditiva de 647 adultos de 80 a 106 años de edad.

Todos los participantes se habían sometido a evaluaciones del oído en un centro médico académico. Fueron divididos en cuatro grupos: los de 80 a 84, los de 85 a 89, los de 90 a 94, y los que tenían más de 95 años.

El estudio encontró que la pérdida auditiva era progresiva a las edades más avanzadas, y casi universal en la muestra del estudio.

«Encontramos que la audición se pierde rápidamente en los pacientes de más de 80 años, y la tasa de pérdida auditiva se acelera en la décima década», dijo Lalwani. No hubo diferencias en términos del sexo, añadió.

Lalwani dijo que la pérdida auditiva relacionada con la edad «se asocia con varios efectos nocivos psicosociales, funcionales y cognitivos. Se trata de la próxima preocupación de salud pública importante, a medida que se anticipa que la población de individuos mayores de 80 años se duplique en los próximos 40 años».

Hay ayuda disponible en la forma de audífonos, pero solo un 59 por ciento de los participantes del estudio usaban uno.

«Los audífonos están subutilizados en esta población, a pesar el hecho de que se ha mostrado que el uso de audífonos mejora los efectos sociales, funcionales y emocionales de la pérdida auditiva», señaló Lalwani.

Kohan se mostró de acuerdo, y dijo que la pérdida auditiva en las personas mayores se puede tratar con facilidad, mediante audífonos o implantes cocleares.

«La ciencia médica ha avanzado hasta el punto en que la rehabilitación auditiva de alta calidad casi puede eliminar del todo este problema», enfatizó.

Kohan considera que la atención de rutina del paciente debe incorporar evaluaciones de la audición.

«Imagínese un mundo en el que el proveedor de atención médica indique una prueba de audición junto con su ECG y su análisis de sangre en la revisión anual», dijo. «Si se detecta una pérdida auditiva significativa, el médico emitiría una receta de amplificación para recoger en el dispensario local de audífonos, y el gasto lo cubrirían las compañías de seguro».

Pero otro experto en la audición dijo que el costo podría ser un factor.

«Estoy de acuerdo con la conclusión [de los autores] de que la pérdida auditiva debe considerarse como una enfermedad crónica», comentó el Dr. Maseih Moghaddassi, jefe de otorrinolaringología en el Hospital de la Universidad de Winthrop en Mineola, Nueva York.

«Pero es una espada de doble filo», añadió. «Por un lado, las aseguradoras quizá comiencen a asumir parte del costo de un audífono. Por otro lado, nuestro sistema de Medicare está muy saturado, y esto podría desviar recursos de otros procedimientos que salvan vidas, como la diálisis o la cirugía cardiaca. Creo que ha llegado el momento de que nuestra sociedad tome algunas decisiones difíciles».

Kohan dijo que, mientras tanto, se debe incorporar las pruebas de audición en la atención de rutina del paciente.

El estudio aparece en la edición del 15 de septiembre de la revista JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery.

 

Más información

El Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación tiene más información sobre la pérdida auditiva y los adultos mayores.

 

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